Con la nueva entrega llega el sueño de muchos: destruir y construir la isla a voluntad. Veamos cómo modificar el terreno en Animal Crossing: New Horizons.
La última obra de la franquicia trae, por fin, una función que muchos necesitaban. Ese empujoncito para que los más creativos den rienda suelta a su imaginación. O para aquellos individuos con síndrome de Chisaki destruyan y construyan a voluntad. Me refiero a la terraformación, aunque en verdad no se llama así, pero me gusta hacerlo. Queda guay, no podéis decir que no. Vamos a lo que nos concierne, que es precisamente cómo desbloquear la capacidad de modificar el terreno en Animal Crossing: New Horizons. Y para llenar esto de spam del bueno, del necesario, aquí tenéis el análisis, por si queréis echarle un ojo.
Primer paso: ser el esclavo de Tom Nook
Aunque con otras palabras, sí que tendremos que rendirnos ante los deseos del capitalista más conocido de la región. Es indispensable seguir todas las indicaciones que nos ofrece. Para ello, lo que tenemos que hacer es ir a la oficina de gestión. Aquí, hablamos con Tom Nook y seleccionamos la opción «¿Qué hago ahora?». Es entonces cuando el mapache comentará distintas actividades a realizar, ya sea donar peces o bichos para desbloquear el museo o poner unas cuantas vallas.
Cuando ya hayamos abierto el edificio de la oficina de gestión y Canela haya llegado como currito, empezará lo bueno. Después de otras tareas como conseguir más habitantes o construir una zona de acampada, Tom Nook querrá que la popularidad de la isla crezca para que Totakeke, un reputado músico, haga un concierto en la isla. Aquí es donde se ponen las cosas serias. Por cierto, genial la evolución de Totakeke, de casi vagabundo a tocar en garitos, para finalmente ser reconocido mundialmente. No te rindas, persigue tus sueños, sé como Totakeke.
La isla de las tentaciones musicales
Bien, tenemos que llegar a tres estrellas de popularidad, ¿cómo lo hacemos? Os voy a dar los pasos y consejos que he hecho yo para conseguirlo, de forma bastante sencilla y medianamente rápida.
- Juega a ser Dios con las flores. Cultívalas, crea variedades de otros colores, plántalas. Consigue que una parte de la isla sea un enorme jardín. Emula a Íñigo Segurola en Bricomanía Jardinería.
- Sigue los pasos de Bricomanía y crea muebles a más no poder. Si son diferentes sumas más puntos. Ahora ponlos en la isla, donde sea. Si quieres que quede bonito mejor. Mírame a mí, cogí un montón de basura (literalmente la creé), cartones y un barril de petróleo y los puse en la playa. Ahora vive allí un alter ego llamado Rusty.
- Elimina los hierbajos de la isla. Guárdalos, porque sirven para crear otras cosas, que podrás usar en el anterior punto.
- Crea más infraestructuras, como puentes. Y más puentes. Yo hice tres más. Si quieres haz más, total, nunca sobran. Todo vale en nuestra lucha contra el agua.
En resumidas cuentas, decora la isla, mantenla limpia y cultiva flores. Siguiendo esta premisa ya tendrás tres estrellas de popularidad y Totakeke se rendirá ante tu excelsa isla.
¿Dónde está mi maldita opción de modificar el terreno?
Tranquilo, mi querido lector. Ahora tienes que esperar un día hasta que el músico llegue a la isla. Mata el tiempo, no sé, saquea árboles o tálalos. A la mañana (o tarde, o noche) siguiente, saltará una escena en la que disfrutarás del tema principal del juego cantado por Totakeke. La verdad es que es un poco siniestro. Después de los créditos aparecerá Tom Nook para instalar una última aplicación en nuestro teléfono, Obras públicas. ¡Exacto, esto es lo que buscas!
Ahora bien, para desbloquear todos los tipos de caminos y modificar laderas y agua vas a tener que gastar millas. Amigo, qué te pensabas, estás tratando con Tom Nook, el mayor tacaño visto nunca desde Ricachón de Spyro. El capitalismo está a la orden del día, pero podrás montar tu propio imperio tarde o temprano desde tu isla tuneada. Ahora, literalmente, te pertenece.