Microsoft define su apuesta con la marca Xbox. La versión Slim y la hipervitaminada One X cancelan la producción de Xbox One.
Culpables, Xbox One ha muerto. No es una broma ni una frase hecha. Es la pura verdad. Microsoft ha decidido matar la producción de Xbox One para centrarse en sus dos modelos recientes: Xbox One S y Xbox One X.
La noticia viene de Glixel, la sección de videojuegos de la más que famosa revista de música Rolling Stone. Según lo que han publicado, el dato viene de una conversación con un representante de Microsoft, seguramente el relaciones públicas (PR) de Estados Unidos. Este les ha confirmado que Xbox One ya no se fabrica. “Como es habitual en la industria de las consolas, dejamos de fabricar Xbox One cuando lanzamos Xbox One S“, han dicho los de Redmond. En la tienda oficial de Microsoft ya no se puede comprar ese modelo.
El modelo original de Xbox One se lanzó en noviembre de 2013, mientras que el slim llegó al mercado en agosto de 2016. Por su parte, la nueva Xbox One X se lanzará en noviembre de 2017. Con estas fechas, significa que desde hace un año todas las Xbox One que se han ido vendiendo en todo el mundo eran stock acumulado que había a lo largo de la cadena de distribución. Kinect deja de formar parte del ecosistema Xbox puesto que solo se distribuía ya con el modelo original.
La decisión de Microsoft tiene sentido. El modelo original Xbox One se hubiera quedado en tierra de nadie en noviembre. Con su cancelación, la oferta de la marca Xbox se divide en dos, entre el modelo barato de One S y premium de One X. Lo que no tengo claro es si esto es muestra del compromiso de Satya Nadella, CEO de Microsoft, o de sus ajustes austericidas.