Metal Tales: Fury Of The Guitar Gods es un roguelike shooter desarrollado y distribuido por Nuberu Games. Su ambientación gira en torno al Metal y sus variantes. Así que arriba esos mástiles de guitarra y venga esas melenas al viento, que os cuento qué me ha parecido.
Metal Tales: Fury Of The Guitar Gods nos da exactamente lo que promete: Metal por los cuatro costados. Nuberu Games, un pequeño estudio español, ha querido hacer un juego al gusto de los amantes de esta música. Desde el Metal más técnico y frenético al más oscuro y pesado, pasando por varios estilos derivados, la banda sonora es parte fundamental e hilo conductor de todo lo que pasa en pantalla. No es un juego musical, pero se podría decir que todo lo demás es casi secundario.
Una vez a los mandos, ya sea teclado, ratón o pad, de lo único que te vas a preocupar es de vaciar las sucesivas pantallas de enemigos. Desde el principio hasta el final. No requiere un tutorial de hora y media ni complicadas explicaciones para llevar a cabo la tarea encomendada. Que por cierto, no es otra que derrotar al demonio que ha poseído a nuestros compañeros metaleros y los ha convertido en casi zombies. ¿Alguien ha dicho metáfora y drogas?
Dejando a un lado ideas locas y demás, Metal Tales es también uno de esos juegos “fáciles de controlar, difíciles de dominar” con los que tanto disfrutamos los que nos gusta dedicarle tiempo a esto de los jueguicos. Porque además, para evitar que se haga repetitivo o pesado, tiene un buen sistema de recompensas y una generación de mapas aleatoria que ayuda a que no haya dos partidas iguales. No puedes memorizar el camino ni el número de enemigos a los que te tienes que enfrentar, pero sí puedes aprender la mejor manera de vencer a cada uno de ellos, ya sea en solitario o en grupo.
Todo esto, sumado al hecho de no saber qué objetos encontraremos durante nuestro avance, aumenta la capacidad para adaptarte al juego y notar una mejoría lenta pero constante. Todos los niveles cuentan con una tienda, una habitación con un regalo, un habitación trampa, una habitación de desafío y el escenario con el jefe final como elementos fijos. Además, hay un número variable de habitaciones en los que tendremos que luchar contra los enemigos “básicos”. La suerte decidirá si la partida que vamos a jugar será plácida y fácil o un torrente de sufrimiento continuo.
Al empezar el juego tenemos disponibles dos personajes, Axel y Eve, cada uno con sus pros y sus contras. Cuando consigamos derrotar a dos de los jefes finales, desbloquearemos dos compañeros más. Mientras tanto, tendremos que elegir al chico (más daño, más lento) o a la chica (menos daño, más rápida). No sé por qué no me sorprende esta decisión. Tópicos a parte, como no hay una progresión de los personajes como en un juego de rol, podremos comprar mejoras con los puntos ganados al cumplir ciertas misiones. Misiones tan simples como recorrer todas las habitaciones de cada nivel o matar un número X de enemigos.
Esto también ayuda a que Metal Tales no sea siempre igual y haya algo de pique en seguir jugando. Aunque seas del #teammanco como yo y te maten más que a Krilin. Poco a poco puedes conseguir mejores guitarras y equipo para darle más potencia a tu sonido. Así podrás derribar con más facilidad a la tropa de descerebrados que se interponen entre tú y los jefes. Dicho esto, destacar que Nuberu Games ha conseguido plasmar casi todos los tipos de individuos que forman la escena metalera.
Cada uno de los jefes finales representa un estilo musical (bastante reconocible si te gusta el rollo) y tiene una canción específica que sonará mientras nos enfrentamos a él. Su orden de aparición también es (relativamente) aleatorio, por lo que al llegar al final de cada nivel no sabremos con certeza a quién nos vamos a enfrentar ni si el equipo que cargamos será el más adecuado a sus movimientos y ataques. Lo bueno es que aprender la mejor manera de ganarles no es especialmente complicado. Otra cosa muy diferente es ser capaz de poner en práctica la teoría.
Pero, espera un momento. ¿Cómo se enfrenta, o mejor dicho, con qué se enfrenta un chaval/a a un ejército de adoradores de satán poseídos por un ente diabólico? Pues a guitarrazo limpio. No a golpes, sino con acordes de guitarra convertidos en bolas de energía. Puestos a molar, pues se mola del todo, ¿no? A base de encontrar pedales de efectos, discos o paquetes de cuerdas modificaremos o mejoraremos la potencia o cadencia de nuestras notas. Si además de eso encontramos o compramos una guitarra mejor, los enemigos no tendrán rincón donde esconderse.
Y si después de todas esas ayudas sigues siendo un manta que no puede pasar de pantalla, pues te queda el modo cooperativo. Que además es local. Se hace un poco más complicado saber qué está pasando en la pantalla, pero es divertido. Quizás no estaría de más un modo online, pero tampoco nos pasemos pidiendo. Metal Tales ya nos proporciona bastante vicio tal como está. Más vale disfrutar de lo que tenemos y dejar este tipo de cosas para estudios con más recursos.
En resumen, Nuberu Games nos ofrece un juego muy entretenido. Muchos enemigos, mucha acción, recompensas, buena dificultad. Es difícil encontrarle una pega importante a Metal Tales. Teniendo en cuenta el tipo de juego que es, poco más se puede pedir. Ni una historia más compleja ni un lore más amplio son necesarios. Además, pocos juegos pueden presumir de una banda sonora tan potente. Ni de tantos guiños al mundillo metalero.
Así que ya sabéis, si os gustan las guitarras atronadoras, es vuestro juego. Si os molan los juegos de acción intensos, es vuestro juego. Y si además pensáis que apoyar al producto nacional, cuando es de calidad, es importante, pues también es vuestro juego. Y por el mismo precio os lo vais a pasar de vicio. ¡Arriba esos cuernos, encended el ventilador y que viva el metal!
Y de premio, unos minutos del jefe haciendo el ñarder.