Los culpables nos paseamos libremente por el recinto ferial del IFEMA que acogió este año una nueva edición de la Madrid Games Week. Sí, como leéis. ¿No nos vísteis? Pues os quedasteis sin autógrafo, así que habrá que esperar a la próxima. Lo que sí que no os vais a perder son nuestras impresiones y valoraciones de la feria. Y no, no seremos condescendientes, que nos gusta mucho criticar.
Este año Madrid Games Week me ha sabido a poco. Sin duda, la feria apunta maneras, pero ha llegado a un punto en el que o da el salto de calidad, o se verá condenada al fracaso. IFEMA y AEVI han de apostar por un evento aún más fuerte que rivalice directamente con Gamescom, que es el referente europeo a batir.
Un espacio mayor, una ambición que se aleje del conformismo imperante este año y sobre todo, ganas de hacer algo grande, son los ingredientes primordiales que Madrid Games Week 2015 necesita para no caer en la mediocridad.
Para ello debe convertirse en un espacio asequible para las desarrolladoras patrias -sin duda lo mejor del evento- y un punto de encuentro lo suficientemente interesante para las grandes desarrolladoras del mercado, que, salvo honrosas excepciones, llegaron a la feria para cubrir la papeleta.
IFEMA abría sus puertas una vez más la semana pasada para celebrar la gran feria del videojuego de España, la Madrid Games Week5. Un año más pudimos disfrutar de muchos títulos meses antes de su lanzamiento, además de los últimos estrenos de todas las plataformas y de una gran colección de juegos indies.
En comparación al año pasado, la Madrid Games Week ofrecía muchos más stands. Ya no había huecos vacíos y desaprovechados, ya que hasta el último metro del pabellón estaba ocupado por un expositor o tienda. El problema es que cantidad no significa calidad, y es que este año la feria ha bajado un poco el nivel respecto a 2013. También es verdad que el año se aprovecharon de que llegaba la next-gen, y eso era suficiente reclamo por si solo. Este año las novedades eran más escasas, aunque algunas de ellas eran bastante destacables, como Evolve, Dead Island 2 o Super Smash Bros para Wii U. Había muchos stands ocupados por juegos ya publicados, y algunos como el de The Witcher 3 que simplemente era un vídeo. En la parte indie es donde más propuestas interesantes podíamos encontrar, además de conocer a varios desarrolladores españoles con juegos que seguro que darán que hablar en los próximos meses, y a a los invitados polacos con sus propuestas.
La venta masiva de entradas volvió a hacer de las suyas, y fuera del día de prensa era imposible probar algún juego sin hacer mínimo una hora de cola. Eso siendo optimistas, ya que en juegos como Assassin’s Creed: Unity o The Order 1886 las esperas eran infinitas, con gente quitándose de la cola harta de esperar para probar 10 minutos un juego. En este aspecto la feria no ha mejorado respecto al año pasado, aunque era de esperar viendo la fama que está ganando y la cantidad de entradas que se vendieron.
En definitiva, la Madrid Games Week sigue siendo uno de los mejores eventos de videojuegos que se celebran en España, pero este año no ha llegado al nivel que se esperaba en comparación al año pasado. De todas formas, no creo que toda la culpa sea de la organización, ya que los títulos tampoco eran igual de atractivos que en 2013 (con alguna excepción, claro). Por suerte el año que viene se volverá a celebrar, así que tienen un año entero para mejorar la cosa.
Segunda edición de la feria y parece que no se aprende mucho sobre ella. Podría ser un referente, atraer a mucho más público y aprovechar la oportunidad para sacarle más jugo a todo lo que allí se concentra. Pero no es así. Segundo año con sabor agridulce, donde destacan, para mi especialmente, los pequeños estudios, quienes han estado allí dando la cara con los asistentes intentando hacerse un hueco en el sector.
La cara amarga va por unas grandes compañías que, en general, nos han mostrado demos de mala gana (y malas) y que parece que han participado con desgana. Aplaudo también a todos los staff, quienes han tenido que lidiar con miles de personas durante diez horas diaras, los cuatro días que ha durado la feria. Aunque no lo parezca, ¡también he jugado! Me quedo con Super Smash Bros. Wii U, Yoshi’s Wolly World y Randal’s Monday.
A diferencia de mis compañeros, no asistí a la anterior edición de la Madrid Games Week, así que no tenía referencias con la edición del año pasado, siendo así mi primera experiencia en un evento de esta importancia, del cual sinceramente me esperaba una mejor organización por parte del IFEMA.
Uno de los problemas del evento fue la distribución de los juegos, ya que en un evento de este estilo se busca vender las próximas novedades, algo que contrasta si vemos que hay casi diez consolas con Mario Kart 8 y solamente un par con Bayonetta 2 o Monster Hunter 4. Además, encontrarse en varios stands consolas apagadas mientras hay infinidad de colas es un poco chocante, la verdad.
El otro contra de la feria fue sin duda la cantidad de gente que hubo. Si ya el día de prensa nos tocó aguantar colas bastante largas, el resto del fin de semana aquello era una locura, siendo prácticamente imposible probar algunos juegos debido a la cantidad de gente que asistió, algo que a más de uno que haya apoquinado el dinero de la entrada no le habrá hecho mucha gracia.
Eso sí, no todo fue malo, ya que pudimos jugar tanto a las próximas novedades como a las más actuales, perfecto para quienes tengan dudas con algunos títulos de ahora. Por su parte, los indies tuvieron sus días de oro para promocionar sus juegos de una forma más cercana que los triple A, algo muy positivo para ellos y nosotros, los jugadores.
La conclusión más clara es que el evento debe crecer en tamaño aprovechable, algo que respalda el agotamiento de las entradas del sábado, ya que otro año con semejante acumulación de gente en un solo pabellón puede que eche atrás a unos cuantos, y con razón.
Al igual que Diego, yo tampoco acudí a la edición del año pasado de la Madrid Games Week, por lo que mi última visita a la feria se remonta a la época de la GAMEFest cuando todavía no había ni tanto youtuber ni los juegos estaban tan popularizados. El pabellón utilizado era realmente grande, no obstante volvemos al mismo problema de siempre, las colas. Si el día de prensa tenemos que esperar colas cercanas a la hora para probar algún juego, eso no presagia nada bueno de cara al resto de días en los que se «arma la de Dios es Cristo».
Hay muchas cosas que mejorar, como por ejemplo encontrarse a niños de 12-15 años, o incluso menores, el día de prensa especializada. Se supone que los periodistas, a día de hoy, la mayoría tienen carrera y son mayores de edad, no basta con hacer el tonto en YouTube, aunque ya sabemos hacia donde empieza a mirar las compañías, desgraciadamente. Otro problema que hemos visto ha sido la organización, como las largas colas para ver un simple vídeo de The Witcher 3, ¿no sería más fácil poner una pantalla pública y destinar el espacio a otros aspectos? O la infinidad de consolas o televisores que no funcionaban y que cuyos operarios ni se molestaban en arreglar para agilizar las esperas.
Tuvimos la suerte de poder probar la gran mayoría de juegos, tanto ya lanzados como novedades, el día de prensa. Día en el que sin tanta afluencia de gente se podía disfrutar de los juegos con algo de paciencia, de la más que excelente zona indie preparada este año para algunos de nuestros estudios nacionales, comprar juegos o merchandising sin problemas, y en definitiva, disfrutar de la feria.
Como Anastasio, creo que viendo la cantidad de gente que acude año tras año es necesaria una reestructuración de la Madrid Games Week, dónde con mayor calma y comodidad, todos los usuarios puedan acudir sin necesidad de estar 2 o 3 horas haciendo cola de pie para probar un juego, con mayores puestos de juego y zonas de descanso. Un evento de internacional identidad y reconocimiento.
Mi visita a la Madrid Games Week fue un poco fugaz ya que solo asistí el jueves y viernes por la tarde. Los juegos que más me apetecía probar, como buen nintendero que soy, eran Super Smash Bros y Captain Toad: Treasire Tracker para Wii U y el Monster Hunter 4 para la 3DS. Al final por la cola o por tiempo solo pude probar el Smash. En el caso del Monster Hunter 4 podría haber jugado si esperase un poco, pero en el caso de Captain Toad: Treasure Tracker solo había dos consolas para probarlo, un número bastante escaso y más aún si tenemos en cuenta que en esas mismas Wii U se probaban también otros títulos como Yoshi’s Wolly World. En cuanto a la distribución de la feria estaba todo muy bien, pero quizás se deberían dispersar algo más los stands de las compañías más grandes y meter las pequeñas entre medias, ya que si alguien va a tiro fijo puede que se perdiera cosas y no disfrutara de todo lo que ofrecía la Madrid Games Week.
Si hablamos de la puesta en escena, para mi gusto, todo un poco soso. Creo que un evento de este tipo pide algo más de espectáculo, algo que sorprenda al público y que no se cuente solo con lo esperado. Esto no va de ponerle nota al evento, pero si tuviera que hacerlo sería entre un 7 y un 8, no es lo que me gustaría ver pero si era lo que me esperaba. Sea como sea, si no fuisteis a esta edición os recomiendo encarecidamente que vayáis a la siguiente porque si que vale la pena ir.
La Madrid Games Week de este año ha sido una experiencia dividida. Por un lado han estado las grandes compañías, las Nintendo, Sony, Microsoft y Namco Bandai de siempre, con sus stands de turno poblados con sus juegos. Me ha decepcionado enormemente la mayor parte de todo lo mostrado por ellas. Juegos que pensaba que me iban a gustar, me han decepcionado; juegos que pensaba que eran novedosos, me han decepcionado; y, por supuesto, los juegos que de antemano esperaba que me fueran a decepcionar, han cumplido con las expectativas. De la quema solo se salva Evolve, que se erige como el gran baluarte de toda la feria.
Pero no todo es negativo. Más de un tercio del espacio de la feria se ha dedicado al desarrollo nacional y eso es lo mejor que podía haber pasado. BadLand Games contaba con un gran stand. PlayStation se prestó a apoyar a los indies mostrando 25 desarrollos que participan en los PlayStation Awards. Los chicos de Made In Spain Games también estuvieron presentes con otra tanda de indies, al igual que los de GameLab. Jugando a sus juegos se puede ver muchísimo talento y muchísimas ideas, aunque quizá no todo lo desarrolladas que podrían por la falta de inversión en videojuegos que asola España.
Quién sabe, quizás el gran título de la Madrid Games Wek 2015, el que recoja el testigo de Evolve, sea un juego desarrollado en España.
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