Los Caballeros del Zodíaco: La Leyenda del Santuario – Crítica de Cine

Desde hace tiempo, queríamos hincarle un poco el diente a la nueva película de Los Caballeros del Zodíaco, o Saint Seiya, como la llamarán los más puritanos. Por fin, y después de casi nueve meses dando vueltas por las carteleras de todo el mundo, el largometraje llegará a nuestros cines el próximo 6 de marzo, aunque no a todos, como es costumbre en estos títulos tan anime.

La Leyenda del Santuario es una nueva visión, aunque coged con pinzas lo de nueva, de la saga de las Doce Casas del anime original, donde Seiya, Shiryu, Hyoga, Shun e Ikki tendrán que hacer frente a los caballeros dorados que están bajo las órdenes del Patriarca. Todo ello para proteger a la reencarnación de Atenea que, según los caprichos de este menda, es una impostora.

Además, llega con un estilo totalmente diferente al que estamos acostumbrados, ya que presenta un formato 3D en el que, por suerte, se mantienen las características del dibujo del manga y el anime. Sí es cierto que algunas cosas pueden parecer algo distintas, pero no nos será nada difícil reconocer a ninguno de los protagonistas, ya sea por sus ojos, su pelo o su estilo, en general.

Demasiado contenido

Como hemos dicho, la película de Los Caballeros del Zodíaco: La Leyenda del Santuario, recopila en 93 minutos todo el arco argumental de las 12 casas, con todos los problemas que eso conlleva, entre los que destaca la cantidad de trama que tiene para desarrollar. Evidentemente, el problema que tiene cualquier película que se base en una serie, libro o similar, cuenta con la restricción del tiempo. Es imposible que todos los detalles de los originales estén presentes, y, en este caso, así ha ocurrido.

La película tiene un inicio bastante trepidante en el que saltamos por completo el origen de nuestros caballeros de bronce. De la misma forma, todos menos Seiya pasan muy desapercibidos en esta presentación y, casi sin darnos cuenta, nos encontramos ante las puertas de Santuario para enfrentarnos a los Caballeros de Oro que custodian el Templo de Atenea.

Una vez aquí, los sucesos pasan de forma bastante rápida, aunque sin dejarnos perdidos en casi ningún momento, sin embargo, lo que podría haberse resuelto con media hora más de metraje para explicar algunas situaciones o encuentros con viejos maestros o aliados, se pasa completamente por alto, haciendo que cualquier persona que no conozca un poco la historia del manga, se quede con ideas a medias.

Como ya digo, tampoco habría hecho falta una segunda película para complementar estas pequeñas lagunas. Realmente dedicándole apenas cinco minutos a cada caballero de bronce se habría conseguido unos personajes con mucho más carisma y, sobre todo, trasfondo, ya que quitando al Caballero de Pegaso, los demás pasas sin pena ni gloria a través de sus combates.

Los Caballeros de Oro salen también bastante perjudicados en este sentido ya que tan solo Cáncer, y su curiosa canción, son capaces de mantener un poco el carisma que poseen. Tan solo Aries, Leo y Virgo son capaces de mantener un poco esa personalidad que recordamos de ellos ya que el resto, incluido Acuario, solo cumplen el papel de combatir y poco más.

No nos confundamos, no hablamos de que estos personajes no tengan las particularidades que tenían en el manga o el anime, simplemente es que no están lo suficientemente desarrolladas. Si somos seguidores de Saint Seiya sí que seremos capaces de reconocer a cada uno de ellos por sus pequeños detalles, pero si no, pasarán más desapercibidos que otra cosa.

Es el problema que tiene meter «tantos malos» en una sola película. No da tiempo a desarrollarlos, a hacer que les cojamos cariño, asco o indiferencia. Simplemente están ahí, combaten y se acabó.

Acción frenética

Dejando este problema de contenido, que ya era de suponer, de lado, y centrándonos en otros aspectos de la película, hay que decir que sale muy bien parada. El nuevo aspecto, realmente detallado y mimado hasta el máximo, va a hacer las delicias de los fans. Se han cuidado mucho las armaduras, los escenarios y los combates, y todo ello se mezcla increiblemente bien en la gran pantalla. Y, por supuesto, manteniendo el estilo anime.

Los planos de los combates son bastante nítidos y aunque abusan un poco de las nubes de polvo que se levantan cuando cualquiera de los protagonistas se chocan contra… cualquier cosa, no marean y se pueden seguir estupendamente, a diferencia de otras películas del estilo.

Eso sí, el gran pero que tienen estos combates es que ninguno de ellos destaca sobre los demás. Incluso combates tan épicos como el de Acuario, por poner un ejemplo, acaben siendo una sucesión de golpes en las que no se explica exactamente cómo consiguen hacerlos o derrotar a sus enemigos. Como veis, volvemos al problema de la duración y del contenido.

Como podéis ver en las imágenes, gráficamente tenemos un nivel técnico muy alto, con diseños muy cuidados y escenarios abrumadores que en ningún momento se simplifican cuando el plano los relega a un segundo lugar. El nivel es constante y, aunque a veces puede petardear en algún movimiento simple, es de lo mejor que tiene la película.

En cuanto al tema de la banda sonora hay que reconocer que es bastante pegadiza y acompaña perfectamente en todo momento. Temas como Hero o You are the hope, son realmente dignos de tener en la biblioteca musical en casa, y le dan ese toque de epicidad que no le da el argumento a los combates.

Así pues, el resultado final es una película muy entretenida, en la que los fans notarán el mimo que se le ha puesto pero que, a la vez, tiene algunas carencias típicas de este formato de película/serie y derivada de la duración. Por lo demás, muy recomendable para revivir esos momentos del anime que, en muchas ocasiones, cambiarán. El para bien o para mal… lo decidiréis vosotros.