Abres Whatsapp. Ves varios mensajes de amigos y conocidos, con cosas como «eh, que ya está Genshin Impact para descargar» o «corre, bájate este juego, que es gratis». La verdad es que, al menos en mi círculo de amistades, el lanzamiento del juego de MiHoYo no dejó indiferente a muchos. Sin embargo, yo no las tenía todas conmigo. De buenas a primeras, me parecía una copia descarada de Breath of the Wild. De segundas, el que fuera un sistema de gachapón. Pero lo he ido jugando, en parte por presión general y en parte por curiosidad. Así que me gustaría narraros, al menos, lo bueno y lo malo de Genshin Impact.
Al menos, desde mi punto de vista, claro está. Ni es universal, ni tiene que coincidir con lo que vosotros busquéis ni nada por el estilo. Las opiniones son como los culos que dicen por ahí. Así pues, empecemos con el punto que quizás llame menos la atención por ser más evidente: sus similitudes con Breath of the Wild. Esto es un hecho innegable y no me vais a bajar del burro por mucho que me digáis. La estética del mundo, la forma de moverse al escalar, el uso de las alas de vuelo como su fuera el parapente… sí, este título bebe mucho de esto. ¡Incluso los primeros enemigos que nos encontramos se parecen a los boboklins!
Sin embargo, tras jugarlo un rato me dije claramente «¿y qué problema hay?» Sí, tenemos estas similitudes, que funcionaban a las mil maravillas en el juego de Nintendo. Pero, ¿acaso no hay similitudes entre muchos juegos? La cosa es que se marquen sus diferencias y, sobre todo, que sea divertido. Y creo que Genshin Impact cumple con esto. En primer lugar, tenemos las diferencias en las que gana el título de MiHoYo. Estas no son otras que la posibilidad de jugar con varios personajes, cosa que se agradece muchísimo y la música. Vale, tranquilos, no os llevéis las manos a la cabeza tan pronto.
Breath of the Wild se come a Genshin Impact en cuanto a físicas, realismo del terreno y demás. No nos va a caer un rayo encima si vamos con algo de metal en plena tormenta. Tampoco podremos quitar todos los árboles del entorno a fin de tenderle alguna emboscada a un enemigo. Pero la música es otro cantar. Breath of the Wild está vacío. Dos, tres temas. Poco más. Todo música ambiente que sí, que te sumerge mucho, pero en lo personal prefiero algún que otro tema musical, ligero, para las distintas localizaciones.
El sistema de combate también es un claro diferenciador. Breath of the Wild, evidentemente, tiene más de aventuras, con un estilo más fluido y realista. Mientras que Genshin Impact aboga más por algo más movido, con espectacularidad. Esto es así gracias al sistema de personajes, que queráis que no ofrece una variedad bastante sugerente, a la par que por el sistema de elementos que, aunque sencillo, hace que los combates sean más interesantes.
Por tanto, conforme iba descubriendo estas cosas y avanzando, me daba más y más cuenta del error en mi planteamiento inicial. Genshin Impact no pretende emular a Breath of the Wild ni ser una «versión anime» de este. Simplemente, toma cosas que han funcionado bastante bien y las traspasa aquí, añadiendo su toque personal.
Vale, veamos. Aquí tengo un amor odio que cabe mencionar. Tengo varios juegos de esta temática en mi móvil. Fire Emblem Heroes, por ejemplo, es un claro ejemplo de ello. Por ello mismo, miraba con muchísimo recelo el título que nos ocupa. Los gachapones me cansan, culpables. Puedo estar dos meses entrando prácticamente cada día para coger todos los regalos y conseguir cosas para invocar, que tan pronto estoy seis sin tocarlo si quiera.
El motivo de esto es, por una parte, la sensación de rutina que generan. El tener que entrar todos los días, hacer x e y, estar pendiente a la energía y demás, al menos a mí, me hastía demasiado. Y, claro, era normal preguntarse que cómo iba entonces a funcionar este sistema saliendo en plataformas de sobremesa. A fin de cuentas, estos títulos parecen los ideales para echarles un rato mientras estás en el autobús de camino a casa o similar. Sí, ya sé que también ha salido para móviles, pero la de Sony y el PC están ahí. Por otro lado, tenemos el problema de la forma de mejorar a los personajes.
Queráis que no, este tipo de juegos requiere, para entrar en su parte más «seria» de un desembolso de dinero importante si quieres hacer algo más allá de la historia. Eso o ser un cerebrito maximizando unidades.
Seamos francos: yo lo que quiero es jugar, darle a dos botones y no tener que ponerme a pensar demasiado. Llamadme loca, vaga o lo que queráis, pero cuando se me ofrece un juego «ligero» como pueden ser los de este tipo, quiero disfrutarlo sin complicarme demasiado. En Fire Emblem llevo meses sin avanzar demasiado porque las unidades nuevas son muy fuertes, y cansa el tener que ir buscando siempre maximizar el equipo en vez de poder ir con tus favoritos. Sí, que esto es como si nos quejáramos de que en la NBA no juegan bajitos, pero creo que la diferencia radica en que no he venido aquí para competir.
Y, claro, con todo esto, Genshin Impact no parecía muy halagueño. Pero, oíd, la cosa es que por ahora no tengo quejas. El motivo de ello es porque considero que el sistema de juego que ofrece realmente no parece explotar el que haya mucho desbalance entre los personajes. Sí, al conseguir dos iguales y activar la constelación la mejora de estadísticas y demás es brutal, pero los enemigos se vencen con el mismo estilo tengas esto o no, todo dependerá de cómo te muevas. Igual tardas un poco más, pero el moverte adecuadamente y el uso de las combinaciones de elementos parece lo más primordial para salir victorioso.
Y, qué demonios, la variedad en los personajes hace que cada combate se sienta un poco más fresco. Bueno, tengo que reconocer que tengo debilidad por Kaeya y su estilo veloz, pero eso no le quita ningún tipo de mérito al resto.
Hay que reconocer una cosa, culpables. El ir dándome cuenta de las cosas arriba mencionadas mientras jugaba iba haciendo que evolucionara mi opinión al respecto del juego y lo fuera considerando más y más para echar algunas horas. Sin embargo, el verdadero motivo que impulsó todo esto no es otra cosa que el modo multijugador. Soy de las que disfrutan como nada jugando en solitario a muchos títulos, sin embargo, que la configuración de este permita jugar junto a compañeros no hace más que sumarle puntos. World of Warcraft, League of Legends, Final Fantasy XIV… son juegos a los que me encanta dedicar mi tiempo por la posibilidad de jugarlos junto a amigos y conocidos.
Y es que esto ofrece un nuevo nivel de diversión. E invalida alguno de los problemas que mencionaba anteriormente. Por ejemplo, el hecho de tener que mejorar personajes hasta la saciedad queda un tanto obsoleto si tenemos a un grupo de colegas a nuestro lado. Que cada uno pueda jugar con su favorito, apoyándose mutuamente, sin lugar a dudas, ofrece una versatilidad al jugador, y una sensación de relajo que, al menos, era la que yo buscaba.
No sé cómo serán los próximos meses, pero ahora puedo decir que, al menos de momento, Genshin Impact me ha atrapado. Si su historia evoluciona de manera óptima, y la compañía sabe darle el respaldo necesario, podríamos estar ante un título que nos acompañe durante años.
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