Parece que Panteón Marino, el primer DLC de Bioshock Infinite, es corto de narices, pero la verdad, nada que no hayamos visto en este tipo de contenidos descargables. El bueno de Ken Levine, como siempre, defiende la experiencia por encima de la duración, pero esta excusa ya la tenemos más que escuchada y oída:
Si pasas por encima no es una experiencia muy larga, pero si profundizas un poco, probablemente te lleve tres horas más. Pero no es lo más largo del mundo, vale. Creo que hay gente que dirá «Quiero horas y horas de juego«, y si esa es tu prioridad, esto no es para ti. Si la gente piensa «Wow, quiero una gran experiencia«, entonces, eso es lo que consigues de este contenido.
Aparte de ese tema, Levine se permite el lujo de presumir de variedad de situaciones y sistema de combate:
Nunca consigo la elección inteligente. «Eh, no construyamos Rapture, construyamos Columbia. Ahora volvamos a construir Rapture con nuevos entornos y un nuevo motor. Y ahora cojamos todos los elementos que usamos en Infinite para que pertenezcan a Rapture«. Así que ahora tenemos tres tipos diferentes de combate: el del primer Bioshock, el de Infinite, y el híbrido que vemos en Panteón Marino.
Puede que alguno de vosotros ya haya jugado Panteón Marino, así que si es así, ¿vale la pena, culpables? ¿O directamente solo es uno de tantos DLC prescindibles?
Vía IGN