King’s Quest, desarrollado por The Odd Gentlemen, es una reimaginación de las clásicas aventuras gráficas que Sierra lanzó en los años 80 y 90.
King’s Quest fue lanzado en julio de 2015 con un formato episódico que ha terminado justo ahora, con un epílogo que cierra esta historia a la vez que abre una puerta a futuras entregas. Esta breve aventura final sólo se incluye en el paquete The Complete Collection, salvo cambio de idea por parte de The Odd Gentlemen y Sierra. No es indispensable dentro de la historia principal del juego, pero funcionará perfectamente como nexo si deciden hacer más juegos de la saga.
Como lectores habituales que sois, recordaréis que en su momento hablamos de los tres primeros episodios de King’s Quest en sus respectivos análisis. Y ahí lo dejamos, esperando que el resto de capítulos salieran a la luz y con ganas de valorar este título como un todo. Pasando por alto los habituales problemas que supone un juego por episodios. Porque hace falta moral y fuerza de voluntad para retomar un juego tras varios meses de espera. Pero hemos dicho que pasaremos eso por alto.
Lo que nos queda es una aventura gráfica divertida, entretenida y con una buena duración. En ella conoceremos a Graham, nuestro querido protagonista, en cinco períodos diferentes de su vida, explicados por él mismo desde el punto de vista de su vejez. Aunque toma los elementos básicos de los títulos clásicos de Sierra, King’s Quest no es un juego point and click, sino que el control del personaje es mediante el teclado (o incluso el mando). Como es normal, tenemos más «retos» mentales que de habilidad, aunque sí que tenemos cierto momentos de acción en los que deberemos estar atentos y ágiles con las teclas.
Realmente hay tramos en los que todo parece más una sucesión de QTE que un juego, pero, por suerte, predominan los puzzles o las búsquedas de soluciones a los diferentes problemas de Graham. Y lo mejor de todo, es que casi siempre tendremos varias opciones para avanzar, eligiendo el camino y el «carácter» de nuestras decisiones. Valor, sabiduría y compasión son los pilares sobre los que un caballero se sostiene, pero quedará en nuestras manos el más importante de los tres.
Esta libertad para elegir la manera de solucionar nuestra aventura añade mucho valor para rejugar King’s Quest si somos de esos que nos gusta tener todos los logros o si queremos conocer las pequeñas variaciones de la historia según hagamos una cosa u otra. Ese suele ser un «fallo» habitual de las aventuras gráficas, ya que una vez acabada la historia, nada te anima a volverlo a intentar. En cambio, The Odd Gentlemen ha conseguido alargar considerablemente la vida del juego con este detalle.
Extraordinario en algunas cosas, normalillo en otras
Si hay algo que hay que destacar por encima de todo en King’s Quest es, además de su excepcional sentido del humor, la interpretación de los actores. Nombres de la talla de Christopher Lloyd, Zelda Williams o Josh Keaton dejan unas actuaciones extraordinarias que dotan de mucha vida y credibilidad a los personajes que pueblan Daventry y sus alrededores. Lástima que no tengan su contrapartida con un doblaje al castellano a la altura. De hecho, y es una pega bastante grande, el juego ni siquiera está subtitulado a nuestro idioma. Así que toca practicar el inglés a fondo para disfrutar de King’s Quest.
Lo bueno es que esto es lo más negativo que le puedo encontrar y, aunque sea una «desventaja» para los hispanoparlantes, no lo convierte automáticamente en un mal juego como lo harían demasiados bugs o una historia deficiente.
Pero, ¿si es lo único malo, cómo puede ser lo más destacable? Pues porque, valorándolo de forma objetiva, el apartado sonoro del juego es espectacular. Otra cosa es que el idioma no sea el nuestro. Supongo que se entiende. Lo que si es más cuestionable es la calidad gráfica. Me parece bastante justa, aunque los escenarios estén llenos de detalles y haya mucha vida por todas partes, el estilo elegido queda un poco pobre.
Claro que King’s Quest es una aventura gráfica y tampoco le vamos a pedir imágenes fotorrealistas. De hecho, no pegarían nada con el tono desenfadado del juego, pero hay momentos en los que más que un trabajo profesional, parecen dibujos hechos por niños y con prisa. Es verdad que cumple perfectamente con su cometido, pero queda varios pasos por detrás del sonido y la historia.
Esta última también sufre algún altibajo, pero quizás también eso tenga más que ver con el que lo esté jugando y lo que a alguno le parece relleno a otro le parecerá clave para conocer un poco más a Graham. Sea como sea, los continuos chistes, el humor (bastante) absurdo y el sentimiento general de que el guión está muy bien pensado de principio a fin es, como se suele decir, marca de la casa de Sierra. Y The Odd Gentlemen han sabido plasmarlo a la perfección en esta nueva entrega.
Me he dejado un poco para el final de esta valoración «técnica» de King’s Quest la jugabilidad. Más que nada porque es la parte menos «de aventura gráfica» del título. De entrada, nos podemos olvidar del point and click. El ratón es para poco más que movernos por los menús y el inventario, pero en la «acción» tiene una presencia casi testimonial. En cambio, el teclado será nuestro mejor amigo.
Y sin necesidad de complicadas combinaciones o incontables teclas que memorizar. Teclas de movimiento para llevar a Graham de un sitio a otro, la barra espaciadora para interactuar con los elementos del escenario y el tabulador para abrir el inventario. Nada más.
Esta simplicidad permite que el jugador pueda estar pendiente de los diálogos, de los detalles, del juego en general y no de sus manos. Sí que de vez en cuando salta algún QTE que puede que hasta te pille desprevenido, pero tampoco pasa nada. Puedes volver a intentarlo cuantas veces haga falta. Por lo demás, solución de puzzles (relativamente sencillos) y superar los obstáculos utilizando el objeto adecuado en el lugar y momento correcto. Nada que no hayamos hecho mil veces en otros juegos y que no tiene por qué cambiar.
Y si te encallas en algún momento, probar todo en todas partes hasta dar con la combinación necesaria.
King’s Quest, apto para todos, perfecto para nostálgicos
Que conste en acta que no creo que King’s Quest explote en exceso el factor de la nostalgia para convencer a los viejos jugadores de que aún tienen un sitio. Es más, ya os he dicho que no es una aventura gráfica al uso, pero es una buena adaptación de un clásico a los tiempos modernos. Un poco siguiendo la estela de Telltale y sus juegos, The Odd Gentlemen consigue coger toda la esencia de una saga imprescindible y meterla en un título actual sin que nada chirríe.
Además, conocer toda la historia de Graham, incluso desde antes de ser caballero, es una manera perfecta (y entrañable) de volver a darle vida a una serie de juegos que no pueden caer en el olvido. Difícilmente alguien cogerá hoy en día un juego de hace 30 años para saber qué significa King’s Quest, pero esta puesta al día es ideal para que cualquiera se interese. Además, si Sierra y The Odd Gentlemen quisieran continuar lanzando entregas, ya sea con el mismo protagonista o con alguno de sus sucesores, el epílogo que estábamos esperando es el nexo perfecto para seguir adelante.
En resumen, King’s Quest: The Complete Collection es una extraordinaria historia de caballeros, con un humor exquisito (aun siendo absurdo la mayoría del tiempo), con una interpretación por parte de los actores de auténtico lujo y con los elementos necesarios para que las aventuras gráficas sigan al pie del cañón durante unos cuantos años más. Es verdad que tiene algunas cosas mejorables, como una dificultad un poco más elevada para los entusiastas del género, o un aspecto gráfico un poco atropellado en según que momentos, pero en general, es un juego muy entretenido y totalmente recomendable. Además, por si os quedara alguna duda al respecto, podéis probar el primer episodio de forma gratuita en Steam. Por oportunidades que no sea.