King’s Quest: Rubble Without A Cause es el segundo capítulo de este «renacimiento» de la clásica y famosa saga de Sierra, creado por The Odd Gentlemen. Parece que esta moda de las aventuras gráficas episódicas va a durar bastante y, aunque no signifique un desembolso extra para los jugadores, puede pasar demasiado tiempo entre una entrega y otra y hacer que se pierda el interés inicial. En este caso, han sido seis meses lo que ha tardado en estar disponible este nuevo episodio, lo cual me parece excesivo, por mucha calidad y mimo que se le esté poniendo al juego.
Pero decisiones comerciales al margen, este capitulo de King’s Quest retoma la historia un poco después de donde la dejamos al final de la primera parte, pero obviaré totalmente los detalles del guión. No es plan de ponerse aquí a destripar los entresijos de las aventuras del joven Graham. Lo que si voy a comentar sin contemplaciones son las mejoras introducidas en este segundo episodio, como la tan necesaria posibilidad de saltarse los diálogos ya leídos. Era increíble que a estas alturas aún hubiera que leerlo todo de nuevo si repetías alguna opción a la hora de hablar con los personajes. Gran acierto.
Un juego que terminarán mis nietos
Por desgracia, una de las consecuencias de tan larga espera para la salida de este segundo capítulo es que desinstalé el juego. Lo cual ha supuesto que perdiera la partida guardada del primero. No es que sea un problema grave ni que tenga ninguna incidencia a la hora de jugar, pero se me hace raro que no contemplaran esta situación y se sincronizara con Steam Cloud o algo similar. Pero ya os digo que es un detalle sin más, no tiene demasiada importancia.
Algo que si me parece más importante, aunque tampoco signifique un impedimento a la hora de jugar es la aparición de un par de bugs curiosos, pero que no interrumpen la partida, pues al cambiar de pantalla y volver a intentar la acción se solventan. Lo raro es que en la primera parte no sufrí ninguno y en cambio en esta segunda sí. No deja de ser una curiosidad y algo llamativo en un título que funciona tan fluido y que demuestra que se ha desarrollado con tanto cuidado y atención por el detalle.
Menos mal que se va poniendo interesante
Al igual que en el primer capítulo, Rubble Without A Cause nos enfrenta a decisiones complicadas que tendrán resultados poco agradables, pero el tono general del juego es relajado y basado en continuos gags y un gran sentido del humor. Algo tradicional en la saga King’s Quest y en los trabajos de Sierra. Además, al ir avanzando la historia, se va descubriendo poco a poco la trama principal del juego y podemos intuir más profundidad en los personajes que ya conocemos. Seguro que con la próxima aventura de Graham nos quedaremos totalmente enganchados y estaremos deseando que se vayan sucediendo los episodios lo más rápido posible para llegar al desenlace final.
Y es que eso es lo que salva a juegos como King’s Quest de quedar en el olvido, una historia con giros e intrigas suficientemente interesantes para que esperes el tiempo necesario hasta la salida de la siguiente entrega. De no ser por su entretenido guión, que está acompañado de unas actuaciones espectaculares, no dejaría de ser uno más en su género. Pero el toque Sierra le hace ganar muchos puntos de cara a los jugadores, sobre todo a los habituales de las aventuras gráficas más clásicas, con menos QTE’s y más objetos inverosímiles con los que interactuar por los escenarios.
Es cierto que la jugabilidad no presenta un gran reto para el que esté acostumbrado a este tipo de juegos, pero al no tener puzzles repetidos ni soluciones evidentes, resulta muy divertido de jugar. Si le queréis encontrar alguna pega, podemos decir que hay que recorrer bastantes veces los mismos escenarios para ir dando con las respuestas a los acertijos que nos plantea el juego, pero poca cosa más. Yo considero que está muy bien diseñado, no sólo visualmente, sino en su estructura y planteamiento.
En resumen, King’s Quest Chapter 2: Rubble Without A Cause mantiene perfectamente el nivel del primer capítulo e incluso añade alguna mejora interesante para redondear aún más el conjunto. No será el más recordado de los juegos ni el más premiado por los entendidos, pero cumple a la perfección con su misión, que es entretener y contar una historia que mantenga el interés del jugador. Lo más destacable siguen siendo las voces de los personajes y el sentido del humor de los diálogos.