Comprar un juego de lanzamiento es cada vez más una lotería. A veces sale bien, a veces sale mal. Pero lo peor es cuando tus exclusividades se pierden al cabo del tiempo y tu dinero vale menos.
Los videojuegos ya no son lo que eran. Eso no tiene porqué ser ni bueno ni malo. Sin embargo, hay algunas estrategias que están haciendo que una persona opte por dejar pasar el tiempo antes de hacerse con algún que otro juego.
Los bugs, los fallos, la falta de contenido, los DLC, las ediciones GOTY… son algunos alicientes que alimentan no el hecho de ser un jugador de lanzamiento, sino más bien lo contrario: ser un jugador de ofertas. Pero esto se acentúa aún más cuando los regalos exclusivos o las ventajas por comprar un juego de lanzamiento dejan de ser exclusivas al cabo del tiempo. Hablamos de pequeños packs, DLC, armas o incluso minijuegos, como en el caso de A King’s Tale, de Final Fantasy XV.
Y esto jode. Jode mucho, culpables, porque uno ve cómo las compañías la lían simplemente por hacer más números y demuestran que el usuario que les da la pasta les importa bien poco.
De esto hablamos en el guiltydiario de hoy y de por qué cada vez vale menos la pena ser un jugador de lanzamiento.