Ha sido brutal. A los tres minutos de llegar a Kickstarter, el juego de mesa de Dark Souls se ha financiado. Legiones de jugadores enfebrecidos que han abandonado por unos instantes Dark Souls 3 para lanzar la billetera contra sus pantallas entonando el mantra shut up’n take my money. Me habría gustado poder grabarlo, en serio, pero la cosa ha ido tan a toda hostia que no habría podido.
SteamForged, la compañía que ha llevado a la plataforma de crowdfunding esta interesante idea, debe estar dando palmas con las orejas, pensando ya en qué Ferrari se comprarán o cómo se hace una cuenta en Panamá, porque ya han «vendido» más de 5000 juegos y se han embolsado casi 450 000 libras. Teniendo en cuenta que solo pedían 50 000, el negocio les ha salido redondo, y eso que no han pasado ni doce horas desde que se inició el proceso de recaudación y mecenazgo.
¿Que qué tiene el juego de tablero para haberlo petado así? Pues así a priori, básicamente el nombre. Es triste pero es así. Si el juego guardara una mecánica similar y se llamara Pepito’s Quest, probablemente yo no estaría escribiendo esto, ni tu intentando meter monedas por la ranura de la SD de tu PC. Al margen de este dato, obvio pero necesario, Dark Souls: The Board Game -que cuenta con el beneplácito de Bandai Namco-, ofrece «un juego de exploración y combate altamente inmersivo», diseñado para hasta cuatro jugadores -de manera individual o por parejas- en el que tendremos que pensar cada uno de nuestro movimientos detenidamente si no queremos acabar muertos cada dos por tres. Como en el videojuego, vamos.
Las recompensas están expuestas en la página de la campaña Kickstarter, y como suele ser habitual, molan más según más pasta aflojes, aunque viendo lo que está recaudando, poner lo mínimo para hacerse con el juego y esperar a que se cumplan los objetivos extendidos parece lo más sensato, porque van a llegar muchos.