Crítica de Juego de Tronos 7×06

Llega la hora de la verdad, culpables. Juego de Tronos 7×06 nos pone contra la espada y la pared. Y nos da lo mejor de la temporada.

Pese a que el capítulo se «filtró» antes de tiempo gracias a HBO España y hemos tenido que esquivar spoilers por aquí y por allí, la espera ha merecido la pena. Juego de Tronos 7×06 nos ha dejado un grandísimo penúltimo capítulo de la temporada. Aún así, nos da que se les ha pasado un poco la mano con los teletransportes.

Pero no le busquemos todavía las pegas. Vamos a ver qué nos ha deparado este episodio, que da para hablar. Eso sí, no garantizamos los no spoilers.

Traslación instantánea

Era evidente que hoy íbamos a ver al rey de la noche. Si no salía hoy o si al menos no nos mostraba algo de su poder los guionistas podían empezar a hacer las maletas. Pero por suerte, el capítulo no nos ha decepcionado  en ese sentido. Quizás en algún que otro sí, pero en el de espectacularidad y batallas no.

Juego de Tronos 7×06 sigue paso a paso el esquema de todos los penúltimos episodios. No se preocupa en mostrarnos mil y una situaciones sino que se centra en un único lugar: más allá del muro. Solamente en algunos momentos vemos algo más de Invernalia en unas pausas que sirven para hacer los teletransportes.

Y es que si hay algo que hemos podido comprobar hoy es que «to quisqui» en Juego de Tronos maneja a la perfección la técnica del teletransporte. O eso o la velocidad de la luz. Tan pronto se tiran medio episodio para adentrarse en el norte profundo como que se ponen a correr y llegan de nuevo al muro en menos de 30 segundos.

Pero si nos ponemos a hacer cábalas, los cuervos del muro no tienen nada que envidiarle a las naves espaciales que alcanzan la velocidad de la luz. Atraviesan todo el continente de Poniente en un abrir y cerrar de ojos.

Entiendo que hay que hacer que las cosas ocurran a un ritmo para que la serie cobre espectacularidad. Pero esto ha sido pasarse un poco, sinceramente. Es físicamente imposible que todos los desplazamientos que hay al final del capítulo se puedan dar en ese lapso de tiempo. Por muchas alas y plumas que haya de por medio.

Pero bueno. Ya estamos aquí. Llevamos siete años esperando para ver el final de una serie que cada vez tiene más incongruencias. Teniendo dragones y batallas con zombies ¿qué más nos da un teletransporte más o menos?

El peligro de más allá del muro

Dejando de lado estas idas de olla, sí que hemos visto cosas interesantes. Muy interesantes, de hecho. Por primera vez hemos visto entrar en acción al mismo Rey de la Noche. Y no ha decepcionado. Ha mostrado todo su poder y el porqué es imprescindible que se defienda el muro sí o sí.

Pero si hay algo en lo que hay que hacer hincapié es en su punto débil. Después de mucho tiempo viendo cómo el acero valyrio y el fuego pueden contra estos enemigos, ahora hemos descubierto una cosa más. Destruir al que los creó hace que los no muertos reanimados caigan con él. Esto va a ser clave de cara al final dela serie, el año que viene. Vamos, como que me llamo como me llamo que esto va a ser así.

Si con cada baja que hay en el bando de los vivos los muertos consiguen más tropas, debería de poder haber una forma de destruirles para siempre. Y esta es matando al mismo rey de la noche. La cosa es ¿cómo llegar hasta él?

Parece que por fin vamos a tener a Jon y a Daenerys juntos para enfrentarse a ellos. El fuego y el hielo contra la muerte. Pero ¿será suficiente? Los dragones de por sí no, desde luego. Hará falta algo más. Y todo apunta a que habrá un combate singular Jon-Rey de la Noche. ¿Apuestas?

Un poco de amor

Por si no había quedado aún claro, los sentimientos de amor entre Daenerys y Jon han quedado todavía más al descubierto. Primero con una conversación entre Tyrion y la madre de dragones. Pero el final del episodio ha sido lo más telenovelero posible. Además de previsible.

Solo faltaba un poco de babas cayendo de las bocas de cada uno de ellos y habría sido la representación gráfica perfecta de lo que estábamos viendo.

No es que nos disguste, para nada. Todos queremos que esos dos acaben juntos aunque Danny no pueda tener niños (por el momento). Pero si los Targaryen se casan entre ellos y ya sabemos que prácticamente Jon es uno al igual que Daenerys… pues blanco y en botella, culpables.

Lo que no me ha gustado es que es todo demasiado predecible ya. La batalla más allá del muro se veía cómo iba a acabar. La relación de Jon y Daenerys sabemos por dónde va a ir. Y ahora parece que todo apunta en una sola dirección de cara al final de temporada.

Todo se ha simplificado. Han quitado paja, subtramas y personajes secundarios y nos han dejado con los básicos. Con lo que es imprescindible para terminar la serie de una forma lo más digna y satisfactoriamente posible.

Supongo que todo tiene un precio. De haber seguido con la densidad de situaciones, casas, tramas y caminos que tuvimos hasta la sexta temporada, la serie podría haber durado ocho años más. Pero hay que darle un final. Y ese final se encamina hacia el más simple y previsible posible. Y eso, después de todo lo que hemos visto, va a ser una pena.

Las Stark… por así decirlo

No quiero cerrar la crítica de Juego de Tronos 7×06 sin mencionar de nuevo a las dos hermanas de los Stark. Es increible cómo han conseguido darle la vuelta a la tortilla en una sola temporada y hacer que Arya caiga en picado y Sansa gane puntos.

Vale, ninguna de las dos son las mejores ni las peores, pero a la pequeña la teníamos en un altar. Las había pasado canutas y ella sola se ha cargado a todos los Frey. ¡Leñes! Que iba a ir a por Cersei. Pero lo que nos está demostrando en estos últimos episodios es una falta de cabeza impresionante. ¿Por qué actúa así? ¿Realmente no entiende a su hermana? ¿Tan simple se le ha vuelto el cerebro que no ve que la diplomacia hace falta? Ella es una guerrera, sí. Pero también ha sido criada por Ned, y él era diplomático.

Sansa, por el contrario, era odiosa desde el principio. La cagó mil millones de veces y pese a haberlo pasado realmente mal, la verdad es que nunca se ganó nuestro afecto… hasta que se cargó a Ramsay. A partir de ahí la cosa cambió. Y ahora tenemos a una señora de Invernalia que maneja el Norte en ausencia de su rey con buena mano.

¿Qué más da que se le pase por la cabeza ser la Reina en el Norte? Ella misma sabe sus limitaciones, y también sabe que confiar en quien le está dando la espalda a su recién coronado rey es una locura. Pero lo que parece que se está olvidando es en tener cuidado de Meñique. ¿Qué quiere este tío? ¿Y por qué Sansa es tan estúpida con Brienne?

Son preguntas a actitudes que no tienen demasiado sentido y que, pese a darle un toque de misterio a la serie, lo hacen forzando la maquinaria. Al menos, desde mi punto de vista.

Veremos a ver cómo acaban las cosas esta temporada, pero desde luego no pinta nada bien. Pero nada de nada. ¿Veremos una alianza Cersei-Daenerys?