Crítica de Juego de Tronos 7×05, Guardaoriente

La temporada empieza a encaminarse a un final donde las intrigas salen más que se cierran. Juego de Tronos 7×05 baja el ritmo, pero mete trama.

Esta semana nos hemos encontrado con un Juego de Tronos 7×05 algo más pausado. Sin embargo, y a pesar de los precedentes, esta vez ha servido para meternos un poco el miedo en el cuerpo con las nuevas tramas y líos que se ciernen por doquier. Eso sí, el ritmo sigue siendo endiablado con respecto a otras temporadas.

Así que, si esperabas ver algo tan espectacular como los dos capítulos pasados, puede que te lleves una decepción. Sin embargo, entre líneas hemos visto muchas, pero que muchas cosas.

Dragones y Targaryen

Hay una cosa de la que todos nos hemos dado cuenta nada más verla. No porque sea muy explícita, que también. Básicamente porque es algo que llevamos esperando desde el primer episodio de la serie.

Hablamos del momento Drogon con Jon. Ese momento en el que el Rey en el Norte se convierte en la tercera persona que es capaz de acercarse a un dragón de Daenerys… y sobrevive para contarlo.

Y lo hizo en su momento Tyrion con Viserion y Rhaegal. Ahora le ha tocado el turno a Jon Nieve y con uno de los más rebeldes, Drogon.

¿Qué significa esta toma de contacto? Daenerys no le da ninguna orden al dragón para que se deje tocar por el humano. Sin embargo, este parece que lo acepta y lo reconoce. Y puede que sea por lo que todos pensamos. Que Jon no es Nieve, es Targaryen.

No es la primera vez que la serie nos deja ver esta posibilidad de una forma más nítida que en los libros. Y desde luego, conforme se acerca la serie la posibilidad es cada vez más patente.

De la misma forma, las palabras que tiene Tyrion con su hermano dejan ver de nuevo que no entiende el porqué del odio de su padre. ¿Nos han vuelto a dar pequeñas pinceladas acerca de la verdadera ascendencia de estos dos?

Por cierto. ¿Y esas miradas de Dany a Jon?

Las nuevas intrigas

Si durante estos quince días atrás hemos visto más acción, hoy nos hemos parado a ver algo de intrigas palaciegas. Hacía tiempo que no las teníamos así que ya iba siendo hora. Sin embargo, de nuevo nos hemos encontrado con algunas un poco toscas y burdas. No son nada comparadas con las que veíamos al principio de la serie. Pero quizás por la escasez de estos momentos, ahora las apreciamos un poco más.

Estos nuevos movimientos en el Juego de Tronos nos han dejado un par de cosas relativamente curiosas. La primera de ellas es a una Cersei más poderosa que nunca. Una reina que sabe lo que pasa y que ejerce más sabiamente de lo que estamos acostumbrados a ver. Y esto me deja un poco a cuadros.

La reina de Poniente nos ha demostrado muchas veces que no es una gran estratega. Siempre la ha cagado creyendo que hacía movimientos inteligentes. Sin embargo, al final había alguien detrás moviendo sus hilos más de lo que ella pensaba.

Que sea ella la que conspira ahora, incluso contra su propia sangre, es curioso. Le da un aire de poder y de peligro que hasta ahora no habíamos visto en ella. ¿Habrá cambiado por las buenas nuevas?

La maldita carta del pasado

El otro conspirador que hay es, cómo no, Meñique. Sin embargo los motivos de este individuo son aún mucho más irreconocibles.  ¿Qué está planeando en Invernalia? ¿Qué quiere exactamente de Sansa y Arya? Pues parece que desestabilizar a las dos hermanas en la ausencia de Jon Nieve.

Sansa y Arya no se llevan precisamente bien. La primera es la política y la segunda la asesina. No tienen los mismos métodos y tienen miedo la una de la otra. Más bien de lo que son ahora mismo cada una de ellas.

Por eso, Meñique intenta confundir a las dos usando las dudas que vio en la mirada de Sansa en el capítulo anterior. Y usa a Arya para ello. Bueno, a Arya y a una carta. ¿Qué es lo que dice esa carta que ha encontrado la pequeña y que está firmada por su hermana? Pues, si todo es lo que parece, sería la carta que Sansa escribió a Robb cuando su padre murió.

Si no os acordáis, tranquilos. Os lo recuerdo. Cuando Ned fue decapitado, Cersei obligó a Sansa a escribirle a Robb para pedir su rendición. En ella le decía que, en caso de no postrarse ante Jeoffrey, sería un traidor.

Esta carta llegó a manos de Robb, pero gracias al cielo, entendió que era la reina y los Lannister los que andaban detrás de esa carta no la propia Sansa. Pero Arya, por muy lista que sea, puede que interprete mal estas palabras. Sobre todo viendo que Meñique quería que la encontrase.

¿Qué va a tener Jon cuando regrese a Invernalia? Si es que lo hace, claro.

La guerra de Daenerys

Hay una cosa que creo que han vuelto a intentar hacer en Juego de Tronos, pero que no ha quedado del todo bien plasmado. Como os dije hace unas semanas, la serie siempre ha tenido una concepción del bien y del mal bastante relativa. Casi nadie era cien por cien bueno ni cien por cien malo. Hasta Cersei era un mar de ambigüedades.

Sin embargo, esta temporada nos ha dejado el bando del bien, con Jon y Daenerys por un lado, y el del mal, con Cersei por otro. Los dos están muy bien delimitados. Blancos y negros. Y el momento ajusticiamiento de hoy parece que quería volver a plantearnos esa duda. Pero bajo mi punto de vista, no lo han hecho.

No han sido capaces de mostrar a una Daenerys implacable y loca. Para nada. Es más. Esta escena me recuerda bastante a la primera que vimos de Ned Stark y sus hijos (y bastardo). En ella, simplemente aplicaba «su» justicia. Por poco justa que fuese.

¿Qué más podía hacer Daenerys con los Tarly? ¿Qué perdón cabía allí cuando ellos habían acabado con Olenna y sus aliados?

Es que ni si quiera la reunión de Tyrion y Varys consigue sacar esa esencia mala de Dany. Es una guerra. Y en la guerra hay muertes. Hay que ser duros. Y la madre de dragones está siguiendo el consejo de la Reina de Espinas. Y, bajo mi punto de vista, bastante bien.

Reencuentros más allá del muro

Tengo que admitir, que el plan de llevarles un Caminante Blanco a la corte de Cersei es una locura que me ha pillado con la guardia baja. No me lo esperaba para nada. Igual que no me esperaba la reunión que ha ocurrido en Guardaoriente del Mar.

Ahora la cosa es ver cómo van a llevar a cabo el plan. Sacar «vivo» a uno solo de estos seres no va a ser fácil, y más sin ningún tipo de magia que les ayude más allá de la de sacerdote rojo.

Otro que tampoco sé qué pinta por ahí es Gendry. El bastardo de Robbert Baratheon anda de nuevo en escena pero no como nos habíamos imaginado en un primer momento. Al principio pensamos que sería un regalo de los Greyjoy a Cersei. Sin embargo está más allá del muro.

¿Usarán su sangre de rey? Pero si hacía falta para eso ¿no estaba ya Jon? Y aunque así fuese ¿cuál es el motivo por el que Davos lo ha «rescatado» de Desembarco del Rey? ¿Para llevarlo a otra muerte casi segura? Desde luego no es el estilo del Caballero de la Cebolla. Pero bueno. Veremos a ver qué tal sale la jugada.

Y, un apunte más. No. Aunque Jaime ha dado la noticia a Cersei para mi debería haber muerto. Al menos tras ver la escena del final del capítulo 7×04.