El final de la temporada de Juego de Tronos ha llegado para dejarnos a todos con la boca abierta, tanto a los que conocemos la historia de los libros como a los que no se los han leído ya que vuelve a darle un vuelvo a todos los acontecimientos que se estaban llevando a cabo. Sin embargo, pese a ello, no ha sido el gran final que todos esperábamos, sino más bien uno… correcto.
Este capítulo tocará todos y cada uno de los frentes abiertos y aunque dura un poco más de lo normal, unos diez minutos, todas las cosas ocurren demasiado rápido para que podamos saborearlas. Excesivamente rápidas, sobre todo en lo referente a Stannis, que pese al protagonismo que ha tenido su ejército en toda la temporada, y su búsqueda de Invernalia, culminando con el sacrificio de su propia hija para poder conseguir abrirse camino hacia el Guardián del Norte, se disuelve y resuelve en la nada en un abrir y cerrar de ojos.
Todos esperábamos una gran batalla, similar, al menos, a la que vimos en el capítulo que Jon rescata a los salvajes del ejército de los Otros, e incluso ver el resultado espectacular de la magia de Melissandre tras usar la sangre de reyes. Sin embargo todo esto queda en anécdota en el capítulo y todo el desmorone de su cruzada ocurre en apenas unos minutos, sin que nos dé tiempo a saborearlo o digerirlo.
Da la sensación de que han intentado causar el mismo efecto que con la Boda Roja o la Púrpura, con un giro de los acontecimientos que nadie se esperaba, pero el resultado no ha sido, ni muchísimo menos, el mismo. Ni si quiera la aparición de Brienne de Tarth, que por fin hace algo más que mirar por la ventana, le da un toque de epicidad al momento clave de la escena. Una lástima esta parte final de la temporada de Stannis que podría haber dado mucho más de sí o, al menos, podría haberse llevado en este capítulo de otra forma distinta ya que, pese a la decadencia del Rey, podía haber dado mucho más de sí.
Pero el Muro no se queda atrás. También nos encontramos con una situación muy extraña que, pese a que se pone por fin a la altura con los libros, no termina de convencernos. Al menos a este redactor. Hablamos de Sam, que parte por fin hacia Antigua con el objetivo de convertirse en un Maestre que ayude a Jon en un futuro con la Guardia de la Noche. Sin embargo, este viaje no ocurre porque el propio Lord Comandante se lo exija y quiera poner a salvo a Elí, Sam y a un personaje que aún no sabemos si saldrá a salvo, con la colaboración del Stannis al que todos aprendimos a querer. Ocurre de una forma que es diametralmente opuesta: se lo pide el propio Sam.
El porqué no me gusta este cambio es simple. Sam no quiere dejar a Jon en ningún momento solo en un nido de enemigos como es ahora mismo el Muro, y menos después de dejar pasar a los salvajes. Sin embargo, al final accede por poner a salvo a Elí y su hijo. En esta versión, Sam se comporta de una forma muy egoista por su parte, no teniendo en cuenta su relación con Jon y dejándole completamente vendido. No es el Sam que conocemos, y veremos a ver si eso tiene consecuencias la temporada que viene.
Evidentemente, esto desemboca en el otro gran acontecimiento del capítulo y es, ojo a los spoilers, la muerte de Jon Nieve a manos de Aliser Thorne y los que se oponen a que los salvajes sean salvados de los Otros. Pero nuevamente nos encontramos con una escena que se queda muy pero que muy corta con respecto a lo que esperábamos. No hay combate en el Muro, no hay ayuda de los salvajes a Jon, no hay nada. Simplemente hay puñaladas traperas y oscuridad. Esperábamos mucho más de esta escena y vuelven a pecar de hacerla demasiado rápido y sin lugar a saborear el momento.
Pero las consecuencias de lo que ocurre en el norte no terminan ahí. Tenemos aún a varios personajes a punto de caramelo en Invernalia y el Muro que se ven involucrados en todo ello y, por supuesto, tienen cosas que decir. Por una parte tenemos a Melissandre, que regresa al Muro, lo que hace que las esperanza de todo fan vuelvan a tener sentido. Allí se reunirá con Davos y con Jon Nieve.
Por su parte, Sansa tiene también su ratito de gloria junto con Theon. Sí, Theon, que parece que regresa para ayudar a nuestra damisela en apuros como lo hace con la falsa Arya en las novelas. Lo que no sabemos es cómo cambiarán ahora las cosas en la trama de estos dos ya que consiguen escapar, por el momento, de Invernalia, aprovechando el asalto de Stannis, pero claro, la situación es muy distinta a la que escribió Martin. Un completo mar de spoilers para los seguidores de la saga se avecina en la sexta temporada.
Quitando a Cersei, el resto de las escenas son meros pequeños finales para dejarnos con las ganas de más de cara a la próxima temporada. Arya, Jaime, Sansa, Theon, Daenerys, Tyrion… tienen su minuto de gloria cada uno aunque nuevamente no se alcanza ningún momento de clara carga emocional que nos haga decir que «es el mejor capítulo de la temporada». Sí, Jaime aguarda una desagradable sorpresa, aunque se ve venir desde lejos, y Tyrion recibe la visita de un personaje que, en breve, debería de tener un importante papel en Poniente, pero a parte de estos pequeños golpes de efecto, nada más que añadir.
Eso sí, Desembarco del Rey se queda casi que para el final, con un final que, ahora sí, está a la altura de lo que esperábamos, incluso un poco por encima. El sometimiento de Cersei ante el Gorrión Supremo y su paseo por la Fortaleza Roja no nos va a dejar indiferentes, y su recreación es, simplemente, brutal. De hecho, consiguen que dé hasta pena esta mujer.
Es cierto que es mala de cojones, aunque no llega nunca al nivel de Jeoffrey o de Ramsay, por ejemplo, por lo que cualquier cosa que le pase puede que incluso nos dé algo de lástima. Su hijo era un sádico y el Bolton está loco de atar. Cersei es, simplemente, una mujer que ha ido usada como una mula toda su vida, cambiando de bando conforme cambiaba el poder, y siendo usada por todo hombre que se le pone por medio, desde su padre hasta su difunto marido. Es normal que sea una hija de puta cuando intentan quitarle lo último que le queda, su hijo, y por eso hace lo que hace, pero al final le sale el tiro por la culata.
Sin embargo, si te sientes mal por ella, recuerda que fue la que causó que Bran cayese por la ventana de la torre (comenzando todo el juego de tronos), la que permitió que Jeoffrey matase a Ned Stark, la que humilló y llevó a juicio a su propio hermano, Tyrion, la que convenció a Tommen de que le diese legalidad y armas a los Gorriones y la que filtró la información sobre Loras y Margaery a la que, por supuesto, luego fue a visitar para burlarse de ella. ¿Te sientes ya mejor? Bien, pues ahora vuelve a ver la escena, que merece la pena.
Y con estos acontecimientos acaba la temporada. Nos la dejan muy preparada para la sexta, con todos los frentes abiertos y muchas cosas por decir, sin embargo nos ha dejado con un sabor agridulce ya que no nos ha dado un épico final como esperábamos.
A partir de aquí, cualquier cosa que ocurra está prácticamente fuera de los libros y eso, fuera del hecho a hacernos spoilers a los lectores, es algo realmente bueno, porque nos engancha y nos da un factor sorpresa que antes no teníamos. Pero aún hay muchas cosas que se han saltado y que deberían de salir. Victarion, Aegon, la trama de meñique, el hermano de Tywin, lady Corazón de Piedra, el encuentro de Brienne y Jaime… muchas cosas que se suman a las que todo fan espera de cara al sexto libro, como es que Melissandre resucite a Jon Nieve o que Daenerys llegue, por fin, a Poniente, y la aparición de una nueva raza que Martin ha confirmado que aparece en el sexto libro y que es opuesta a los Otros.
El invierno ha llegado por fin a Poniente, y con él, el final de una temporada que no ha sido, ni mucho menos, la mejor de todas ya que tres capítulos buenos no la convierten en algo digno. Y no, no es por los cambios efectuados con respecto a los libros, sino más bien con cómo han llevado la trama en los primeros capítulos. Lenta, sosa y sin ningún aliciente. Cierto es que el comienzo del quinto libro y el cuarto en sí son también así, ya que la acción, después del climax alcanzado con la muerte de Tywin, decae mucho.
Esperemos que esto cambie en la próxima temporada y, ya de paso, que Martin saque el puñetero sexto libro. Por desgracia para los lectores, ya sabemos muchas cosas que, aunque no serán igual en los libros, sí que nos dejan ver qué personajes no serán relevantes y cuáles no. Punto negativo para la estrategia de Martin y los guionistas.