A pesar de la unión de Jared Leto y Marvel gracias a Morbius, el actor sostiene que sin las películas de Marvel, la gente no iría al cine.
Ya sea como espectadores, como analistas, como fans o como miembros de la industria audiovisual en cualquiera de sus sectores, no es complicado encontrarnos tratando de dar sentido al desolador panorama que se vislumbra para unas salas de cine que parecen —y, en el fondo, están— sostenidas únicamente por el éxito arrollador de las producciones de Marvel, DC y demás superproducciones franquiciadas. Y es que incluso Jared Leto y Marvel están preocupados con esta situación.
Lo que sí sorprende es ver a grandes estrellas involucradas en este tipo de proyectos aportar un punto de vista igualmente negativo y no exento de preocupación al respecto; siendo el último ejemplo de ello un Jared Leto que, a un par de semanas del estreno de Morbius, ha puesto en duda la supervivencia de los cines en un escenario en el que no existiese Marvel Studios.
En una conversación con Variety, el actor ha afirmado que «si no fuese por las películas de Marvel, no sé si tan siquiera existirían los cines». Una frase tremendamente contundente que, después de matizar comentando que es «un poco snob en lo que respecta al cine», ha rematado subrayando que «no parece que haya sitio para todo el mundo, y empieza a ser un poco descorazonador».
Al igual que Leto —al que, bajo mi punto de vista, no le falta razón—, otros compañeros del mundo superheróico como Benedict Cumberbatch, nominado al Óscar por su espléndido trabajo en El poder del perro, también manifestó en Vanity Fair su inquietud frente a la brecha en taquilla existente entre adaptaciones de cómics y el resto de producciones.
Doctor extraño se muestra preocupado por la brecha existente entre el cine de superhéroes y el tradicional
«Artísticamente, nunca pienso en ellas como mutuamente excluyentes, pero a no ser que tengas una estrella de Marvel, financiar cualquier película es muy, muy, muy difícil. No importa cómo de importante o urgente sea la historia, no importa lo talentoso, lo premiado ni lo apreciado que sea el artista».
Las voces de Leto o Cumberbatch, lejos de ser alarmistas, lo único que hacen es señalar lo que no es una «problemática», sino un cambio radical en los hábitos de consumo y en las preferencias del público que, probablemente, ya ha cambiado para siempre el mundo de la exhibición y la distribución cinematográfica que conocíamos hasta el momento.