Telepaths’ Tree ha lanzado una campaña de Kickstarter para su primer juego, llamado Inner Chains. Hablando mal y pronto, es como si Doom y Alien hubieran fornicado fuerte y tenido un hijo.
El aspecto visual de por sí ya es muy llamativo, como podéis comprobar en los vídeos que ha subido la propia compañía para promocionar la campaña. Pero es que el equipo tampoco se queda atrás. Está formado por desarrolladores polacos que han trabajado en los principales estudios del país que han creado triples A: CD Projekt RED, People Can Fly, Techland, etc.
Inner Chains se sitúa en otro planeta y en el futuro, con una ambientación oscura y decadente. Su mundo está dividido en castas y la Casta Gobernante es la que está por encima de todas las demás. El protagonista, con la cabeza llena con las ideas de esa Casta solo tiene un objetivo: llegar a un sitio llamado Last Hope para abandonar ese mundo de miseria. Cualquiera con dos dedos de frente lo verá venir pero vamos, me juego lo que sea a que tal sitio no existe y son los padres.
Por su lado, el gameplay no se sale de la fórmula clásica: un shooter en primera persona pensado para cargarse a todo el que se ponga por delante. Al menos, estando gente ahí de People Can Fly y, por tanto, habiendo trabajado en juegos como Bulletstorm o Gears of War, casi podemos estar seguros de que estará bien diseñado.
Tomasz Strzałkowski, el director creativo de Inner Chains y responsable de todo el estilo visual, comenta en la página de Kickstarter que ha tenido influencia de varios artistas. Alguno es muy obvio, como H.R. Giger (el creador de Alien), aunque pronto se le va la puta cabeza y dice que la influenciado Dalí o El Bosco. Que oye, que si él lo dice, pues bueno; pero ni con mis tres dioptrías por cada ojo veo yo influencia de esos dos artistas. Igual me falta droga en el cuerpo para verlo.
Piden 10.000 dólares para terminar el juego, que les voten en Steam Greenlight y prometen tenerlo todo para junio de 2016. Suena muy bonito para ser cierto, así que mucho ojo. Ah, y será compatible con la realidad virtual. Solo tenéis que ir a empeñar medio riñon para compraros el HTC Vive o el Oculus.