¿Quieres salvar el mundo cueste lo que cueste? ¿Sin importar el precio? Pues entonces no te pierdas nuestras impresiones de Loop Hero.
¿Os imagináis veros relegados a hacer lo mismo una y otra vez, a lo día de la marmota? Pues algo parecido nos dejan estas impresiones de Loop Hero, si bien aquí parece que la cosa avanza… más o menos.
¿Cómo hemos llegado a esto?
Poneos por un momento en la piel de un héroe: te preparas durante toda una aventura para enfrentarte al malvado enemigo que planea destruir el mundo. Vives miles de cosas, sufres pérdidas, ríes, lloras. Y ahora va el malo y gana. Un tanto anticlimático, sí. Pero la vida es así, no siempre las cosas salen como las pensamos. Por suerte, estamos ante un videojuego, y en los videojuegos, salvo contadas ocasiones, hay segundas oportunidades.
Y ese es el caso de Loop Hero. No os vamos a revelar mucho si os contamos que el malo ha ganado. Pero, por alguna extraña razón, nuestro personaje ha prevalecido. Eso sí: en un bucle infinito del que no parece poder salir. Fuera del camino establecido no hay, literalmente, nada. Todo es vacío.
Pero el corazón de un héroe siempre se rebela ante las adversidades, y este es el caso. Así pues batallando, creando y con mucha, mucha paciencia, se intentará dejar el mundo tal y como estaba antes del desastre.
Simple, pero efectivo, creedme. La narrativa de Loop Hero está ahí, como una historia de épica bastante simple, pero que nos lleva a marcarnos nosotros el propio ritmo para ir descubriendo las cosas. Lo importante aquí, por tanto, no es el qué, sino el cómo.
Y la verdad es que es un acierto, dado que nos pone aún más en la piel del personaje que encarnamos. No tenemos ni idea de qué ha pasado, ni de como hemos llegado a ese lugar. Sólo avanzando y retirándonos para lamernos las heridas podremos desentrañar todo esto.
Porque no, no estaremos solos en esto, tendremos algún que otro NPC en nuestra base que nos ofrecerá su ayuda, si bien nosotros parecemos ser la clave para que todo fluya.
Algo simple, pero tremendamente adictivo
Seguramente os preguntaréis: vale, si la historia es tan simple pese al estilo, ¿qué ganamos con el juego? ¿Qué nos hará querer darle una oportunidad? Sinceramente, creo que podríamos decir que el ritmo de juego que nos ofrece. No os lo voy a negar: la cosa es más simple que el mecanismo de un botijo.
Hay, básicamente, dos escenarios. Por un lado, tenemos el mapa de la aventura. Este se genera aleatoriamente al embarcarnos en cada exploración. Básicamente no es otra cosa que un camino por el que nuestro personaje avanzará automáticamente. Librando a su vez combates automáticamente.
¿Dónde está la gracia de todo esto? Pues en que en lo que influimos nosotros es en el entorno de todo esto. Veréis, conforme derrotemos enemigos podremos obtener varias cosas. Primeramente, equipamiento, que con un sistema numérico nos permitirá equipar a nuestro personaje para que gane distintas estadísticas, tales como mayor evasión, velocidad de ataque o índice de crítico.
Por otro lado, tendremos las cartas de entorno. Obtendremos estas también de forma aleatoria, y nos permitirán crear a nuestro paso. Es decir, somos una especie de mano de dios, pudiendo crear elementos fuera del camino estipulado, como montañas o bosques, o dentro del mismo, generando nuevos retos para nuestro personaje.
Estos elementos, de manera general, nos ofrecen la oportunidad de enfrentarnos a otros enemigos o conseguir elementos mejores. Lo más llamativo es que muchos de ellos pueden combinarse entre sí, pudiendo crear cadenas, permitiéndonos ver escenas nuevas. Por ejemplo, si colocamos una mansión vampírica en el mapa tendremos una conversación con el susodicho habitante. Y en este juego, cada conversación nos va desvelando una parte más del pastel.
Pero la cosa siempre va a ir complicándose. A fin de cuentas, este escenario está en «bucle», tal y como alude el nombre del juego. Es decir, que empezaremos en un campamento y al dar la vuelta completa, regresaremos a este mismo campamento. Cada vez que completemos un circuito, se considerará un «loop», por lo que el nivel de enemigos y desafíos aumentará. Y creedme, puede ponerse todo bastante negro.
Lo bueno (o malo) es que si caemos en combate, no morimos: volveremos al asentamiento, pero perderemos materiales en el proceso. Y toca hablar del asentamiento, culpables. Aquí, básicamente, es donde se cuece la «magia».
Al principio no serán más que un montón de tiendas desperdigadas, pero gracias a nuestras incursiones, podremos expandir este. Así, podremos desbloquear nuevas cartas de terreno para nuestras aventuras, nuevas clases para el personaje, el que tengamos un mejor o peor equipamiento, elementos pasivos… Pero, claro, para eso hacen falta sí o sí los materiales, de ahí que sea tan importante retirarse a tiempo durante las fases de exploración.
Clásico, pero moderno
Visualmente sólo podemos decir lo evidente: Loop Hero no es que destaque mucho. Los sprites son resultones, pero más bien simples, teniendo los detalles justos. Del terreno, poco más podemos decir. Las imágenes estáticas de los diferentes personajes sí tienen un mejor acabado, pero en general no planea innovar en ese aspecto. Aunque en lo personal, con el amor que tengo por los sprites, tengo que reconocer que me gustan bastante.
La música, por otro lado, sí que me parece que no destaca en demasía. Sólo hemos probado algunas horas de juego para estas impresiones, pero no parecía destacar demasiado. Estaba ahí como acompañamiento y poco más.
¿Nos bucleamos?
Sinceramente, creo que Loop Hero parece ser de esos juegos que, o te engancha, o no sabes por donde cogerlo. Y, curiosamente, a mí me ha enganchado. Tiene un «algo» que te hace querer jugarlo. El misterio de saber cómo el mundo ha llegado a ese punto, y el cómo resolverlo, mantienen bastante viva la llama del misterio, y te hace querer seguir avanzando.
Por otro lado, su jugabilidad que nos permite ir un tanto a nuestro ritmo deja que vayamos aprendiendo poco a poco, con un aprendizaje paulatino que nos hace meternos aún más en la epopeya del héroe que nos ocupa. Sabed, a su vez, que el título cuenta con varias traducciones, entre ellas el castellano, por lo que no tendréis problemas para jugarlo.
Así pues, sólo podemos decir que tenemos ganas de ver cómo evoluciona este título, y ver hasta dónde nos llevan estos bucles.