Voy a tener que empezar con nostalgia, aunque estoy utilizando mucho este recurso últimamente. Al tomar los mandos para medir mis impresiones de Gears 5 me ha venido a la cabeza la historia de la saga. No hablo del pelotón de Marcus ni de los Locust, sino de mis vivencias con Gears of War y una recién adquirida Xbox 360.
La primera vez que vi el juego en acción fue en casa de un amigo. Mi respuesta ante lo que veían mis ojos fue de rotunda incredulidad. Técnicamente era un prodigio y no había visto nada semejante anteriormente. Poco tardé en poder disfrutarlo en mi casa, pero con un añadido que se convirtió en fundamental: el juego online en consolas.
Cada vez que escucho la melodía de Gears en los menús recuerdo mi, por aquel entonces, nueva Xbox 360, probablemente la consola que más me haya dado junto con la Mega Drive. Una gran amiga también tenía el pack Xbox+Gears (no recuerdo quién fue el primero) y descubrimos juntos cómo era aquello de pasarse un juego en cooperativo cada uno en su casa. A su vez disfrutamos como enanos de un competitivo al que echamos miles de horas.
Sus secuelas iban apareciendo. Llegó Gears 2 y Gears 3, con novedades en campaña y multijugador. Cada vez eran mejores. Sin embargo, el fin de aquella generación llegaba y a Epic Games se le ocurrió que era una buena idea lanzar un nuevo capítulo como despedida. El juego fue Gears of War Judgment y pasó sin pena ni gloria, al menos, por mis manos. La campaña me pareció flojísima y carente del carisma de las anteriores. El multijugador tampoco me acabó enganchando.
Con la nueva generación se esperaba que llegara un nuevo título de la franquicia. La historia de Marcus en Gears 3 estaba bien cerrada, por lo que decidieron adelantar en el tiempo y presentar a su hijo, JD. Adolece de los mismos problemas que Judgment, e incluso sus protagonistas son todavía menos carismáticos, con una historia simple y un desarrollo de personajes mínimo.
Gears 5 llegará el 10 de septiembre con la complicada misión de recuperar sensaciones. Casi como un futbolista cuando encara una temporada decisiva, tras un decepcionante curso pasado. La pretemporada ha empezado con buen pie. Las primeras horas fueron ajetreadas -con largas horas de espera-, pero una vez salvado el primer escollo, todo funcionó (técnicamente) bien.
Las estadísticas de fin de partida no aparecían y a veces no se podía elegir personaje, pero de eso se trataba. En la pretemporada de Gears 5 se estaba más pendiente de que ajustar las oficinas y despachos que del desempeño de los jugadores en el campo.
El nuevo juego de la saga conserva la táctica ya empleada en la anterior temporada. Los «entrenadores» de The Coalition van a mantener un esquema fiel. Aunque se notan algunos cambios. Algunos vienen de las mecánicas y otros se reflejan más a nivel estético. El mundo de Gears ha cambiado. Si en el pasado todo tenía un tono grisáceo y marrón, el color vivo ha llegado para lucirse en el presente. Ya se apreciaba en parte en la cuarta entrega, pero ahora no se han cortado en aplicar una paleta diferente a la habitual. El resultado es bastante similar a otros shooters. Así de primeras nos ha recordado a una mezcla de Overwatch con Call of Duty, aunque las mecánicas son Gears cien por cien.
Teníamos a nuestra disposición, y tendremos el próximo fin de semana, tres modos de juego multijugador, más el tutorial. El más novedoso es el modo Arcade, donde se disputarán frenéticas partidas y que va directo a convertirse en el rey indiscutible.
Son dos equipos frente a frente en un clásico duelo a muerte. El que consigue una mayor puntuación al finalizar, gana. Es simple, pero llevado al campo de juego es la muerte. Horas de diversión nos van a esperar si nada se tuerce. A medida que vamos matando, se pueden conseguir mejores armas, con lo que iremos completando ronda tras ronda, viendo las vísceras del enemigo salir disparadas.
Eso es otro de los ingredientes del menú de Gears 5. No se va a cortar al mostrar de sangre y violencia. ¡El Lancer tiene una sierra! Y si no se ha cortado nunca esta saga, no va a hacerlo nunca. Salvo en el tabaco. En eso sí que van a ceder.
Los otros dos modos de juego son más veteranos: Rey de la colina y Escalada. En el primero una zona rotará por el mapa para ser conquistada y, en el segundo, tres zonas fijas tendrán que ser invadidas para ir ganando puntos para el equipo.
Lo más negativo de la prueba de Gears 5 ha estado en los pocos mapas incluidos -tan solo se han podido probar dos- y en la diferencia abismal entre armas. Es algo crónico en Gears of War, pero la escopeta es ultrapoderosa, mientras que otras armas requieren un mayor número de aciertos, lo que provoca cierta desesperación en el mapeado. El próximo fin de semana vuelve a abrirse la beta, y en esta ocasión esperamos que se hayan corregido estos errores y que haya nuevos modos de juego, personajes y mapas. Por el momento, queremos subirnos de nuevo al barco de Gears of War.
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