Si bien mis últimas impresiones sobre un título indie fueron un tanto desalentadoras, guardad las antorchas y las horcas. Hoy toca hablar de un juego que se mantiene en la línea que más potencial tiene siempre: el metroidvania. Que sí, que tengo una obsesión clínicamente aprobada con este género, ahorrad tinta virtual en los comentarios. Pero si es un estilo que no falla casi nunca, ¿por qué no seguir con él? A Ubisoft le va bien así siempre. Pero bueno, aparcando las divagaciones a un lado, es hora de hablar de este curioso título. Así que aquí os dejo mis impresiones de Feudal Alloy para PC.
Voy a centrarme generalmente en este pequeño texto la sensación que transmite este proyecto de la gente de Attu Games. Hablaré de su vida y obras en el correspondiente análisis del juego al igual que en una entrevista, así que esas bases estarán cubiertas. Pero ahora me gustaría hablar sobre lo sensacional que pinta Feudal Alloy, porque es algo que no puedo negar. Si bien es cierto que la demo es breve y ofrece poco contenido, consigue enganchar bastante.
La premisa en principio es simplona: somos un pez metidos en un cuerpo robótico y damos espadazos a diestro y siniestro. Básico, sencillo y efectivo, sin tonterías de por medio. Pero ojo, que para ser una simple demostración vemos una buena cantidad de material de calidad.
Respecto al apartado artístico, este es sin duda un título que rebosa carisma. Llamativo y muy simpático, los diseños de los personajes y enemigos son bien cucos. Mención de honor por cierto a poder ver qué animales ofrecen energía a estos guerreros y bestias de meta. Peces, hámsteres y muchas más mascotas de tamaño discreto darán vida a criaturas de latón y chapa. Desde luego en cuestión de estética el juego ya se lleva puntuación alta.
Por si no ha quedado claro lo repito: esta demo es una muy pequeña muestra. Ahora, en cuestión de lo que ofrece, no he visto mucha variedad en cuestión de combos. Tampoco parece que haya diferentes formas de aproximarse al enemigo. Porque claro, también puede ser por un aspecto que no me termina de parecer bueno del todo: barra de resistencia. No digo que sea nefasto del todo, ya que le ofrece un toque táctico a los enfrentamientos, pero su sistema en un poco más pesado que en otros juegos.
El medidor de energía se muestra como un indicador de temperatura. Cuando atacamos mucho, nuestro robot se sobrecalienta y no puede seguir atacando. Encontramos objetos refrigerantes que evitan que el medidor suba, pero no duran mucho. Sumando además que ahora todo maldito juego requiere una barrita de las narices empieza a cansar un poco.
Pese a esto, tal vez en la versión completa no tengamos que lidiar con esto de forma tan pesada. A fin de cuentas esto son unas impresiones, tanto buenas como malas. Por suerte, Feudal Alloy deja mucho mejor sabor de boca que muchos otros títulos ya completos y a la venta. Probablemente algunos ya sepan por dónde van los tiros.
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