Impresiones de Edge of Eternity: La eternidad puede esperar

La promesa de los JRPG ya tiene disponible su primer capítulo. Descubre con nuestras impresiones de Edge of Eternity si estamos ante el salvador o el destructor del género.

¿Cuántas veces habremos escuchado eso de “X” JRPG es el salvador del género? ¿Y cuántas veces nos hemos dado con un ladrillo en la cara al jugarlo? Por estos motivos, suelo acercarme con cierta desconfianza a este tipo de juegos. Sin embargo, el título creado por un estudio formado por 9 personas, Midgar Studio, pese a que todavía tiene mucho camino por delante, mantiene nuestra esperanza viva. Aquí tenéis nuestras primeras impresiones de Edge of Eternity.

Este JRPG sigue las normas establecidas del género. Tenemos a dos personajes principales que, sin darnos muchas explicaciones, están en la nieve buscando la capital de Herelsor. Con el objetivo de buscar el mentor de Selene y descubrir una ayuda para su madre, que sufre una afección desconocida, viajan por el mundo derrotando enemigos y encontrando nuevos compañeros de viaje. Sin embargo, el pasado de Daryon hace que una carga pese sus hombros y sobre el resto del destino del mundo.

Innovaciones encasilladas

Edge of Eternity no pretende romper el marco en el que los JRPG se han encasillado. Sin embargo, intenta plantar nuevas ideas combinando elementos dentro del juego que, en ocasiones, pueden resultar demasiados. Los escenarios son lo bastante amplios para que podamos perdernos a nuestra voluntad, descubriendo cada rincón del precioso mundo que esconde el juego. La parte buena es que los combates, a pesar de tener una breve pantalla de carga, aparecen en el mismo lugar que los hemos encontrado en el mundo.

De esta forma, algunos de los elementos que aparecen en el escenario actuarán de forma activa en los combates. Tendremos armas de asedio con el que atacar una zona del combate, cristales que nos curan temporalmente y otros que aumentan nuestro ataque por mencionar algunos. Sin embargo, tenemos que tener cuidado ya que los enemigos también podrán beneficiarse de estos efectos. ¿Cómo podremos obtenerlos o evitar que nuestros rivales los usen a su favor? Moviéndonos por el tablero.

Un combate novedoso pero no único

Wild ARMs es una de mis sagas de rol favoritas y, probablemente, el primero está en mi top 5 de juegos favoritos. Cuando la saga dio el salto a PlayStation 2, la tercera entrega mantuvo el mismo combate pero con la cuarta llegaron cambios y Edge of Eternity se ha inspirado en ellos. Cada vez que entremos en combate, tendremos el escenario dividido en distintos hexágonos en el que hasta cuatro unidades (aliadas o enemigas) podrán estar, disfrutando así de efectos y algunas ventajas y desventajas. Tendremos que intentar mantener a nuestras unidades lo más separadas posibles para que los ataques enemigos en área afecten al menor número posible.

Este combate añade una capa de estrategia en la que tendremos que ir decidiendo como mover a nuestros aliados. Evitando de esta manera que los ataques enemigos interrumpan las magias de nuestro equipo y reduciendo al mínimo el daño recibido. De todas maneras, no os preocupéis porque al final de cada combate nos recuperaremos al máximo limitando el uso de objetos curativos al combate. Además, tendremos que decidir, configurando los cristales de cada personaje, las habilidades que tendrán disponible. Esto hace que las posibilidades sean mucho mayores que las de otros juegos del género, permitiendo una mayor personalización de los personajes.

Por si fuera poco, el mundo nos permite hacer algunos puzles aunque los que están en este primer capítulo son bastante sencillos. Lo bueno es que están tan mimetizados con el escenario que no resultan raros ni pegados con calzador. También tendremos eventos que aparecerán temporalmente en el mapa (como los FATEs de Final Fantasy XIV) y un buen montón de misiones secundarias y cazas que nos tendrán muy ocupados durante toda la aventura.

Un mundo lleno de vida

Edge of Eternity es un juego increíblemente bello. Incluso en configuraciones bajas luce increíble con escenarios amplios, llenos de detalles que nos dejarán con la boca abierta mientras descubrimos nuevas zonas. Sin duda, el juego es todo un sueño idílico con brillantes colores y personajes variados en el que veremos en sus ropas y modelos diferentes culturas. Pero como no todo puede ser bonito, vemos otra vez un efecto Final Fantasy, en el que todos los personajes son bastante genéricos, delgados y estupendísimos. Espero que esto cambie en los próximos capítulos.

Junto a sus gráficos, la banda sonora es también muy agradable de escuchar y no nos cansaremos de ella. Cada melodía que acompaña a los escenarios, tanto la música de los combates nos da esa sensación de familiaridad sin resultar repetitiva o darnos la sensación de haber escuchado ya. El doblaje, también es bastante correcto, aunque falta un poco de emoción por parte de los personajes principales.

Ahora viene el gran (y único) problema de Edge of Eternity: su motor. Unreal Engine 4 funciona muy bien hasta que, de repente, le da un pequeño ataque provocando una multitud de bugs que nos pueden obligar hasta reiniciar una zona. Uno de ellos ocurrió al terminar un puzle y acceder una nueva zona. Cada vez que abría un cofre, mi personaje se quedaba parado y tras unos segundos, volvía a aparecer en el puzle, teniendo que resolverlo y avanzando desde el principio de la zona. Por suerte, el equipo está trabajando constantemente en el juego y casi a diario tenemos pequeños parches que solucionan bugs, como el mencionado anteriormente.

CONCLUSIONES DE LAS IMPRESIONES DE EDGE OF ETERNITY

Edge of Eternity es, probablemente, el JRPG que llevábamos esperando mucho tiempo. Es cierto que da la sensación de que pretende abarcar demasiadas cosas y puede quedar muy grande para un estudio tan pequeño. Pero, viendo el esfuerzo que estos 9 desarrolladores están haciendo con el trabajo, dan ganas de apoyarles por completo y descubrir hasta dónde puede llegar el juego. Este primer capítulo es un más que notable acercamiento al juego y esperamos poder ver más dentro de poco.