#IDARB está llamado a ser el juego gratuito para Xbox One en febrero gracias a la promoción Games With Gold. Con un estilo desenfadado, unos gráficos ultrapixelados y focalizado en la diversión sin descanso, #IDARB es un juego que entretiene pero no seduce.
#IDARB nace gracias a una cantidad de ideas alocadas que su estudio creador (Other Ocean) fue recopilando. De hecho, el nombre del juego es las siglas de It Draws a Red Box, haciendo mención a la caja roja con la que empezaron a desgranar el juego que hoy nos atañe. #IDARB nos coloca en un grupo de hasta cuatro jugadores, el cual debe enfrentarse con otro grupo por la posesión de una pelota. Como es obvio, solo hay un modo de conseguir el control de la pelota: a golpes.
Con simplemente chocar con el portador o con el contrario, ganaremos o perderemos la posesión. Una vez en nuestro poder, debemos encestar el esférico en la portería contraria. Acabado el tiempo, el equipo que más puntos haya hecho habrá ganado la ronda, y pasadas varias rondas, el equipo que más puntos haya cumulado será el vencedor. La premisa es sencilla y de su sencillez nace su diversión.
Jugablemente, #IDARB puede manejarse con tres dedos: el de movimiento, el que pulsa el botón de salto y el que pulsa el botón de disparo. Es cierto que hay opciones para hacer jugadas combinadas, pero en general no serán necesarias ya que es tal el caos que no habrá tiempo.
La premisa del juego es sencilla, ir rápido hacia la portería contraria evitando a los del equipo rival y tratar de marcar. Hay repeticiones en caso de tantos particularmente vistosos y la puntuación de las canastas dependerá de la espectacularidad de la jugada anterior. Aunque sean partidos desenfrenados, la sensación de repetición y desgaste aparece pronto.
La primera opción que encontramos en #IDARB es el modo online, quizá por estar el juego focalizado en competir contra otras personas. En su interior podemos tanto unirnos a una partida como ser anfitriones de una batalla personalizada, sin que haya más modos de juego online. En el momento de la redacción de este análisis nos ha sido muy difícil encontrar partidas en curso u hospedar partidos, gozando de una fluidez y una falta de lag increíbles cuando ha sido posible hacerlo. #IDARB es un caos en si mismo y es una gran noticia que no haya problemas de conexión.
Lo siguiente que encontramos es el modo Un Jugador, en el que sorprendentemente encontramos bastante entretenimiento. Podemos echar un partido rápido (incluso en solitario, a modo de práctica), jugar el modo Historia (una serie de partidas de 1 contra varios cada vez más difíciles), configurar un torneo donde participen varios equipos, y el modo Fantasy Gambling, donde formaremos parte de un trío (de un equipo de tres, guarro) azul o rojo, y lanzaremos una apuesta para posteriormente jugar una serie de rondas y tratar de llevarnos el dinero del conjunto rival.
La sección Broadcast es una manera directa de estar al día de las actualizaciones gracias a las noticias que el propio estudio va emitiendo. Además en Broadcast tenemos las FAQ (Preguntas Más Frecuentes) y un apartado de Ayuda que explica todo lo relacionado con el juego.
Pero si hay una sección donde el jugador puede tirarase horas y horas para tener el juego a su gusto, esa es el editor. Se puede editar casi todo. Si quieres tu propio equipo, puedes ponerle nombre, crear una bandera y elegir de una enorme lista qué personajes (muchos de ellos sacados de otros videojuegos como el caso de Worms) van a formar parte de él. Si no estás contento con los modelos existentes, puedes ir a la sección de personajes y crear no totalmente desde cero. Y además será posible crear nuestro propio logo. El editor permite cualquier creación dentro de una plantilla dividida en cuadrados, por lo que hay que ser ciertamente creativo para generar algo con sentido.
No solo los personajes serán editables, ya que si eres un artista musical, #IDARB permite además crear tus propias pistas de audio. En un estilo parecido a la creación de personajes, el juego nos coloca una plantilla de cuatro tiempos donde podemos hacer sonar a la vez cuatro instrumentos. Se trata de melodías cortas pero totalmente personalizables. Como pasa con el párrafo anterior, dependerá de (en este caso) nuestro oído crear una obra maestra o un ruido infernal, como ha sido nuestro caso. En definitiva, el editor de #IDARB da para mucho.
#IDARB incluye una sección dedicada al estudio, donde más allá de los créditos, hay una pista musical dedicada a los miembros encargados del juego. Esta canción dice entre otras cosas «estos son los encargados del juego que estás jugando, por favor no los amenaces» o «si eres bueno, quizá se planteen hacer un port para PC». Todo ello acompañado de fotos de la infancia de parte del equipo. Todo acorde con el ambiente humorístico y gamberro del juego.
Gráficamente, #IDARB es una oda a la denigrancia. No sabemos si a modo de excusa, o bien para no desentonar con el estilo del juego, pero los pixeles aparecen como Pedro por su casa. Los escenarios le van a la zaga, siendo aburridos y repetitivos por mucha fiesta de colores que haya durante la partida. Por fortuna, los personajes se mueven con una fluidez abrumadora aunque haya ocho jugadores machacándose por una pelota.
La música del juego en cambio es fresca y rápida, lo cual ayuda a dar ritmo al partido. Música electrónica inspirada de manera brillante para el juego.
En definitiva, #IDARB es un juego rápido para pasar el rato. No tiene una historia que enganche, su modo de juego aburre pasadas unas cuantas rondas, y su modo online no es variado, pero compensa con partidas desenfrenadas en apenas minuto y medio y un editor con el que crear casi todo lo que se nos pase por la cabeza. #IDARB está pensado para divertir, simplemente. Una simpleza que unos apreciarán y que a otros sabrá a poco. Sea como fuere, #IDARB es un soplo de aire fresco en el catálogo de Xbox One.