HTC Vive, el aparato de realidad virtual de HTC, no parece que tenga muy descontentos a sus desarrolladores, al menos durante los 10 primeros minutos que ha tenido el aparato de vida en el ámbito de las reservas.
Y es que según hemos podido conocer, a través de Twitter, cómo no, en esos primeros instantes, el HTC Vive ha vendido 15.000 unidades, una cifra nada desdeñable sobre todo viendo el alto precio que tiene el sistema de Realidad Virtual, que, en el caso de España, está más próximo a los 1.000 euros que a los 900, una vez le incluimos los gatos de envío y demás.
Woah, more than 15k units in less than 10min 😮
— Shen Ye (@shen) 29 de febrero de 2016
Este dato se ha visto también corroborado por la cuenta de la propia HTC Vive, que informaba a los usuarios que «debido al alto volumen de pedidos, experimentamos una anomalía». Esta anomalía indicaba a los usuarios que el HTC Vive estaba agotado. Sin embargo, eso no es así, y las reservas continúan abiertas.
Due to a high volume of orders, we experienced an anomaly causing a «sold out» error. Pre-orders are still available pic.twitter.com/uYGFMcP4S4
— HTC Vive (@htcvive) 29 de febrero de 2016
Y como la vida les va en ello, HTC insistía en que, por favor, si salía ese error, «refresquemos la página». Maravilloso el F5, ¿eh?
If you are trying to pre-order Vive and receive an «out of stock» message, please refresh your page.
— HTC Vive (@htcvive) 29 de febrero de 2016
Si comparamos estas ventas con lo que pasó con Oculus Rift, también ocurrió algo similar. Sin embargo, las gafas de Facebook se agotaron en 15 minutos, pero no dieron ningún tipo de dato, por lo que, a lo mejor, vendieron las 500 que tenían y se quedaron tan panchos.
Sea como sea, la realidad virtual se va abriendo paso a pesar de los precios que tiene. La cosa será ver si esos números son lo suficientemente altos como para mantener, no solamente el mercado del hardware, sino también el del software, es decir, las aplicaciones, los juegos y demás. Y esto es lo que muchos dudamos aún, ya que el público al que puede llegar no es precisamente la gran mayoría. Al menos de momento.