Horizon Zero Dawn – Análisis PlayStation 4

Guerrilla Games se reivindica de nuevo como el gran equipo de desarrollo que es gracias a Horizon Zero Dawn, una de las mejores aventuras del catálogo de PlayStation 4.

Horizon Zero Dawn. Vaya, me gustaría contaros tantísimas cosas en el análisis de este nuevo videojuego de Guerrilla, pero tantas tantas, que he pensado que lo mejor es que os cuente lo justo y necesario para que os hagáis una idea de la magnitud del juego. Voy a pasar de puntillas por el argumento y las mecánicas y creo que -a tiempo estás de marcharte- me voy a centrar un poco más en las sensaciones que me ha provocado esta estupenda experiencia jugable que, para desgracia del arte del videojuego, sólo van a poder catar los jugadores de PS4.

Todo este campo antes era ciudad

Como casi todos sabréis Horizon nos pone en un planeta Tierra situado en un futuro lejano en el que nuestra sociedad ha desaparecido por completo. Un puñado de tribus conviven con mayor o menor apego entre unos animales/dinosaurios robots. En esta atractiva premisa nos encontramos con Aloy (con acento en la a), una paria de la tribu Nora a la que, desde que nació, se le privó del derecho a convivir e incluso hablar con los suyos, quedando a cargo de otro proscrito del grupo, Rost. La joven anhela con todas sus fuerzas conocer a su progenitora, pues lejos de vivir en una sociedad falocéntrica, los Nora están gobernados por mujeres y el rol de la madre prevalece por encima de todo, hasta el punto de que tres matriarcas dirigen los designios del grupo.

Rost se encarga de entrenarla duramente para que, con los años, pueda presentarse a una prueba mediante la cual se convertiría en Valiente y podría recuperar el respeto de los suyos, para indagar sobre su pasado. Lo que suceda a partir de aquí, que es muchísimo, me temo que lo vas a tener que descubrir por ti mismo, ya que el argumento tiene multitud de giros y momentazos.

Antes de pasar a otra cosa quiero contarte algo curioso que sucede con Horizon Zero Dawn. Su historia podría subdividirse en tres planos que, a priori, no tienen mucho que ver, pero que poco a poco se van fusionando con mayor o menor fortuna para dar sentido al conjunto. Tenemos por un lado la inquietud de Aloy por despejar la incógnita de su pasado. Un plano más arriba está la interacción entre las diferentes tribus que habitan el territorio en el que se desarrolla la trama. Algunos pueblos se han quedado casi en la prehistoria mientras que otros grupos podrían considerarse medievales. Tienen unas diferencias muy marcadas y sus intrigas te «robarán» un buen puñado de horas de juego.

Finalmente, dominando toda la trama, tenemos la historia de qué pasó con nuestra civilización y por qué diablos hay un montonazo de animales/dinosaurios mecánicos que cada día se muestran más fieros con los humanos.

Ya os digo que son tres tramas que bien podrían haber dado para tres videojuegos, pero Guerrilla se ha arriesgado y ha puesto sobre el tapete un argumento realmente entretenido que da mucho de sí. A veces tendréis dos ramas de la historia abiertas y os costará decidir por donde tirar. Mi consejo es que las lleves todas más o menos a la par.

Seguimos en la página siguiente hablando de cosas que no son la historia de Horizon, de verdad.

Horizon Raider Auto, o cómo salir airoso de un remix de géneros

Creo que ya te habrá quedado muy claro que Horizon Zero Dawn tiene una trama atractiva y bla bla bla pero probablemente te estés preguntando qué aporta, jugablemente hablando, al sector. Pues mira, es uno de esos productos esponja que beben un poco de todas las fuentes. Puede que eso dé miedo en muchas ocasiones, ya que la mezcla de géneros no suele acabar bien, pero esta vez hemos de levantarnos de la silla y aplaudir bien fuerte a los holandeses.

El juego tiene mucho de sandbox, bastante de tps y un poquito de rpg. Súmale a eso sigilo, plataformas, exploración y crafteo, que tampoco se pierden la fiesta, pero insisto, todo esta muy bien hecho e incluso se supera a títulos consagrados exclusivamente a una de estas temáticas.

Probando a fondo este exclusivo de PS4 me he acordado de los nuevos juegos de Tomb Raider, de Far Cry Primal, Skyrim, Mass Effect, The Division e incluso de las zonas más plataformeras de Uncharted. Concretamente he evocado las bondades de todas estas sagas, y he disfrutado comprobando cómo Guerrilla ha sabido hacer algo coherente con todo ese batiburrillo de ideas. Realmente es una maravilla la ABSOLUTA libertad que te da el mapa del juego -no encontrarás ni una falsa pared en todo tu periplo- y la posibilidad de encarar los acontecimientos a tu ritmo y a tu estilo.

¿Quieres pasar diez horas intentando dar caza a criaturas mecánicas? Sin problema, va a ser divertido y desafiante. ¿Prefieres liarte a hacer misiones secundarias sin ton ni son? Son lo suficientemente variadas como para no aburrirte, aunque no son muy numerosas. Si no te apetece hacer nada de eso te puedes liar a cazar animales de verdad (zorros, pavos, jabalíes, ratas, peces, mapaches…), tienes la posibilidad de recolectar objetos para preparar pociones, confeccionar armas y mejorar tu equipo. Es muy adictivo esto, y muy relajante.

Probablemente en el brillante diseño del mapa del juego resida la clave de toda esta hemorragia de diversión. Es grande, bonito, variado y, de verdad, a veces hay cambios tan bruscos de escenarios, culpa en parte del argumento del juego, que parece que estás jugando a cosas diferentes.

En este apartado de diversión, variedad y jugabilidad el juego sobresale y marca un camino que debería ser de obligado cumplimiento para todo aquel estudio que se aventure a programar un sandbox que mezcle muchos géneros. Horizon Zero Dawn sale más que airoso de una situación en la que otros, como Metal Gear Solid V o Final Fantasy XV, no supieron noquear al jugador.

En la página siguiente te cuento qué tal se ve y se oye el jueguico.

Aloy se estrena con un apartado técnico envidiable

Una de las cosas que más me preocupaban, y seguro que a ti y a tu grupo de Wassap gamer también, era el hecho de si nos íbamos a comer un downgrade los que jugamos con PS4 normal, o si nos dejaría decepcionados a nivel gráfico, máxime con el hype que había levantado lo visto hasta ahora. Pues bien, he de deciros que, habiendo jugado sin el parche de optimización que llegará el 1 de marzo, Horizon se ve de miedo. Las cinemáticas son soberbias, con una captura de gestos realmente espectacular, si bien en ocasiones había algún tipo de problema con la física del pelo que rozaba el cuerpo, aunque creo que es una de las cosas que solucionará la actualización del primer día.

El motor del juego aguanta con desahogo una tasa de 30 fps estables -no ha podido con los 60 cuadros por segundo-, haciendo gala de una distancia de dibujado óptima en la que se aplaude la casi total ausencia de popping, un mal endémico de este tipo de juegos tan grandes. El clima varía en tiempo real (lluvia, nieve, niebla, tormentas de arena, ventiscas…), así como el ciclo entre el día y la noche, dejándonos situaciones que nos pueden beneficiar o perjudicar en cuestión de minutos.

No todo es maravilloso a nivel gráfico, no te creas, ya que he echado en falta una cosa tan básica como que cuando Aloy pisa la nieve no deja huella, y lo mismo con los charcos. ¿Una nimiedad? Puede, pero entre tanta floritura gráfica se nota la ausencia de esos detalles. Otro aspecto técnico que te deja frío es el excesivo tiempo de carga que a veces transcurre en los viajes rápidos por el mapeado. Joder, a veces te queda la sensación de que si hubieras ido andando habrías tardado más o menos lo mismo.

El apartado sonoro, sin embargo, es inmaculado e intachable. Los gruñidos de los animales mecánicos son, nunca mejor dicho, bestiales. Jugar con un buen 5.1 te puede poner más tenso que Espinete en una cama de velcro, en serio. Las diferentes armas suenan con personalidad propia e incluso cada flecha o proyectil tienen un sonido característico al ser lanzados.

La música parece ir montada en montaña rusa, y pasaremos de la nada al instrumental según pisemos uno u otro territorio, o dependiendo de si nos acechan o no enemigos. Guerrilla ha dado con la tecla al elegir su tema principal; una melodía que se te graba en la memoria para bien. Un clásico instántaneo de la música de videojuegos.

Mención aparte merece el estupendo doblaje al castellano del que te hemos hablado ya en varias ocasiones. Al principio Aloy te recordará demasiado a la actriz que le pone voz -Michelle Jenner-, pero poco a poco la artista va modelando el personaje, dándole calor y personalidad propia. El resto del elenco son actores de doblaje de primera línea y llevan a cabo un trabajo más que notable. Bravo por Sony y su apuesta por la localización completa de sus triples A.

Venga, una página más y cierro el chiringuito.

Evoco este Horizon Zero Dawn y no hay quien me quite de la cabeza que va a ser uno de los tres mejores juegos de la consola de Sony. Las comparaciones son odiosas y arriesgadas pero, para mí, Horizon Zero Dawn se acaba de convertir en el The Last of Us de PlayStation 4, y te voy a explicar por qué.

Para empezar es un sandbox que no abruma ni cansa con la rápidez de otros. Su gunplay está a la altura de grandes del género tps, con el añadido de que te ofrece unas armas que aúnan lo tribal y lo tecnológico, y encima las puedes modificar a tu antojo. Tiene una historia con momentos realmente emotivos que consigue abarcar y apretar. La trama principal te va a durar sus 30/40 horas y, una vez finalizado el juego, tienes muchos motivos para rejugar, como los terrenos de caza, el dominio de todas las habilidades de los diferentes árboles o el ser capaz de poner a tu servicio a las distintas criaturas que pueblan Horizon.

Gráficamente es muy bueno y te ofrece un modo foto con el que podrás hacer auténticas virguerías.

Todo esto sin meterme a analizar en profundidad a Aloy, una heroína modélica, que tira de carisma y habilidades donde otras han de tirar de una excesiva sexualización y chascarrillos baratos.

Por todo ello, culpables, me resulta difícil encontrar un motivo para no recomendar este Horizon Zero Dawn, un juego que no sé si justifica la compra de una PlayStation 4, pero sí que «obliga» a, por lo menos, alquilarlo un par de veces.