Un mes más el Agente 47 y su última entrega de HITMAN vuelven a estar en el punto de mira, tocando en esta ocasión hablar sobre el tercer episodio que componen este videojuego: Marrakesh.
Lo primero a destacar obviamente de este capítulo es la ambientación, y es que en esta ocasión HITMAN nos ofrece un nivel centrado por completo en callejones y entornos urbanos. No obstante, a diferencia de Sapienza, donde ya pudimos callejear un poco, en Marrakesh casi todo el nivel lo protagonizan las calles de los mercados, dejando a las grandes edificaciones a un tamaño mucho menor de lo visto hasta ahora. A pesar de ello, se le sigue dando importancia al resto de edificios, ya que al igual que en el episodio anterior podemos entrar y subir a gran parte de las propiedades que encontremos por las calles.
Por otro lado Marrakesh se trata de un nivel lleno de vida, y es que el tener los mercados llenísimos de personajes actuando cada uno por su cuenta da enteros a la ambientación, recordando a más de una película de agentes secretos. A parte, estamos ante un escenario plagado de vigilancia militar debido a los problemas políticos de la ciudad, por lo que se puede notar la tensión tanto en las zonas de protesta como en los callejones, donde el cuerpo militar es el protagonista.
En el tema dificultad notamos ya un salto considerable respecto a Sapienza, y es que al tener un cambio del estilo de nivel tan grande respecto a los dos primero episodios nos tocará buscar estrategias bastante diferentes para cumplir nuestra misión y acabar con la vida de los dos objetivos del Agente 47. Por si esto fuera poco, los puntos de acceso a nuestros objetivos son protegidos por el ejército, y si tenemos en cuenta también que la alta presencia de personas hacen que no sea tan sencillo poder pillar por sorpresa a alguien sin que tengamos a un peatón con los ojos encima.
Repasando el apartado técnico tenemos una de cal y otra de arena, ya que perdemos el lujo de las grandes edificaciones de París y Sapienza, dejándonos a cambio un nivel bastante más plano. Aun así, los mercados de Marrakesh desprenden un ambiente vivo y cargado de detalles.
En definitiva, Marrakesh es un buen episodio para HITMAN, ya que no solamente nos obliga a buscar nuevas estrategias debido al cambio de la estructura del nivel comparado con los dos anteriores, sino que empieza a aumentar la dificultad, algo que sigamos viendo en el resto de episodios del juego. Y si encima a todo ello le sumamos la variedad de desafíos a cumplir, los cuales cumplen de nuevo en cantidad y variedad, pues nos dan un escenario más que satisfactorio. Eso sí, esperemos que el tema historia vaya pillando carrerilla, porque de momento todo da la sensación de ser bastante dependiente entre sí.