IO Interactive nos ofrece en un único disco los seis episodios de la primera temporada de Hitman. Los jugadores más clásicos tendrán la oportunidad de disfrutar de los asesinatos del Agente 47 en una edición física con todo el contenido que a lo largo del 2016 fue apareciendo en consolas y ordenadores.
Para devolver Hitman a su estado natural, IO Interactive decidió diseñar un nuevo videojuego en formato episódico. La medida no logró convencer en primera instancia a los seguidores habituales de la saga, aunque no hubo más remedio que permanecer atentos a cómo se iba a desarrollar la llamada primera temporada de un juego que se iba a entregar por fascículos, como si se tratara de una colección de quioscos.
El análisis actual, con una ventaja de un año desde su salida, nos hace jugar con una gran ventaja. Se ha podido jugar por completo a la propuesta de Hitman, pero si nos remontamos a lo que ocurrió hace un año, los ánimos no estaban tan calmados. La apuesta no le ha salido del todo mal a Square Enix y al estudio de desarrollo polaco.
El primer episodio traslada al jugador a los inicios en la historia del Agente 47. Cuenta cómo fue reclutado y sus primeros encargos para recalar en la agencia. El pequeño hilo argumental hace creer que nos encontramos ante un juego narrativamente interesante, pero todo se desvanece en cuestión de unos minutos. La misión inicial es tan solo un tutorial con calzador y la historia pronto regresará al momento en el que el personaje es todo un espía experto.
Con el juego físico al completo no es del todo un error, pero cuando apareció en los primeros meses del 2016, los jugadores vieron una oportunidad perdida al encasquetarles un tutorial venido a menos, aunque no del todo carente de gracia.
La primera misión de verdad traslada al jugador a París, en un entorno cerrado de una mansión donde se está celebrando un pase de moda. Hitman no cambia su mecánica de juego, por lo que los jugadores acostumbrados a los títulos anteriores no tendrán que adaptarse a nuevos controles ni cambios demasiado evidentes. El Agente 47 llegará a una localización con un objetivo: asesinar a uno o varios blancos. Cómo lo haga dependerá de la habilidad del jugador y de su forma de jugar.
Esa es precisamente la clave de cualquier Hitman que se precie. La libertad que ofrece es majestuosa. El Agente 47 puede acabar con los objetivos de varias maneras. El juego ofrece la oportunidad de utilizar las manos, un arma o ser creativos con la manera de matar. El estudio del entorno y de los hábitos de cada persona es en parte esencial para finalizar con éxito la misión. Aunque aquí se encuentra uno de los principales problemas que adolece la saga desde sus inicios: la inteligencia artificial no está del todo conseguida, y los personajes manejados por la CPU realizarán siempre la misma acción a la espera de que el jugador dé con la mejor opción para asesinarlos o se canse y se la juegue a la muerte directa y sin reparos para luego salir por patas (la peor de todas y la más aburrida).
París es un entorno cerrado que no ofrece el máximo de posibilidades que puede llegar a dar Hitman. Como episodio único es, con todas las letras, bastante flojo, y cundió el pánico mientras solo se tenía ese pack durante el 2016, pero pronto llegó el segundo, una pieza clave para expresar que el juego puede llegar a funcionar. Es sin duda, para quien suscribe este análisis, el más divertido y completo de toda la primera temporada.Este segundo capítulo lleva al calvo agente a Sapienza, un entorno que entra por los ojos y permite ser mucho más creativo a la hora de crear el asesinato perfecto. Hitman luego viaja a Marrakesh, Bangkok, Colorado y Hokkaido. Todos ellos con un defecto que llega desde el propio concepto. La historia no avanza en realidad. No cuenta nada que enganche al jugador y ni siquiera el final deja conforme (se queda abierto a una futura segunda temporada). Teniendo un título episódico, como fue concebido inicialmente, es muy difícil averiguar por qué los desarrolladores no construyeron una historia adictiva que enganchara definitivamente al jugador, cual serie de televisión. Esto se agrava más aún cuando se compra el pack físico con todos los episodios y misiones secundarias a disposición del jugador.
Para la ocasión se ha creado una nueva misión para el escenario de Sapienza, Mayoría absoluta. En ella habrá que acabar con un político corrupto (¡qué sorpresa!) en una fiesta montada única y exclusivamente para celebrar la llegada del personaje a la ciudad. La misión es curiosa, pero no deja de ser tampoco una vuelta de tuerca más en un escenario que de haber jugado a la misión principal será más que conocida.
La clave de Hitman está precisamente en saber cuánto un jugador puede rejugar a un título. Las misiones secundarias son siempre variaciones de la historia principal y dependiendo del aguante de la persona que coja el mando puede llegar a cansar relativamente temprano. IO Interactive juega principalmente a ello. ¿Cuántas veces puedes volver a asesinar a las mismas personas para completar las misiones de forma diferente? Los más pacientes y laboriosos encontrarán horas de satisfacción. Todos aquellos que deseen completar el juego de manera rápida también podrán hacerlo si encuentran la manera segura, pero se quedarán con una sensación agridulce. No es la intención de Hitman que ocurra de esa manera, pero antes de pulsar el botón de inicio hay que tener muy claro que el juego se disfruta, y bastante, con tranquilidad y sosiego. Solo así el Agente 47 dará todo lo que tiene en su interior.