La guerra. La guerra nunca cambia. O al menos eso es lo que la saga Fallout nos ha ido repitiendo una y otra vez desde su primera aparición en el año 1997. Y es cierto. Tampoco el yermo ha cambiado, se mantiene implacable con sus habitantes y adictivo para los jugadores. Ya sea en vista isométrica o en primera persona, como combate por turnos o como shooter frenético, da igual como se presente, es garantía de éxito y horas de diversión.
Y ahora, aunque no celebremos ninguna fecha específica dentro de la historia de la saga Fallout, vamos a repasar todos los títulos que han ido formando esta franquicia desde su estreno, repasando sus puntos fuertes, sus debilidades, sus cosas curiosas y sus experimentos, que también los ha habido. RPG puro, RPG táctico, hack n’ slash, gestión de recursos para dispositivos móviles, incluso la amenaza de un posible MMO que, por suerte, parece que no se acaba de concretar.
El primer Fallout, el que dio nombre a la saga y nos presentó las bases de todos los juegos que la componen, salió a la luz en 1997. Fue desarrollado por Black Isle Studios y distribuido por Interplay para DOS y Windows. Muchos lo consideran una secuela no oficial de Wasteland, pero, aunque no se pueda negar la influencia, el propio juego se encarga de demostrar que sigue su propio camino. La historia arranca en el año 2161, 84 años después del estallido de la gran guerra, y nuestro refugio se está quedando sin agua. Así que nos toca ir a buscar un chip de purificación para salvar a sus habitantes.
Desde un principio podremos decidir cómo es nuestro personaje, aunque tenemos algunas opciones predefinidas si no queremos perder tiempo. Además de su nombre, sexo y edad, podremos darle forma a sus aptitudes mediante los atributos S.P.E.C.I.A.L. (fuerza, percepción, resistencia, carisma, inteligencia, agilidad y suerte). Algo que será una constante en todas las secuelas que llegarían después. También podemos especializar a nuestro querido Vault Dweller mediante las habilidades y los perks. Desde una mole de músculos incapaz de articular dos palabras con sentido a un sabelotodo que siempre buscará la manera más cobarde de solucionar sus problemas. Depende de ti.
También conocimos al otro protagonista de la saga Fallout, uno más silencioso, pero igual de importante: el yermo. El resultado de la guerra que nunca cambia es un paisaje desolado, arrasado por la radiación y plagado de monstruos, algunos humanos y otros no. Y un último detalle, ¿habéis reconocido la voz del vídeo con las introducciones de los 3 primeros juegos? Pues es el señor Ron Perlman (Hellboy).
Un año después Interplay y Black Isle Studios volvían con una secuela que aprovechaba todos los elementos de la primera entrega. Fallout 2 nos sitúa 80 años después de los hechos ocurridos en el primer juego y nuestro protagonista es un descendiente directo del primer Vault Dweller. Arroyo (nombre de la aldea fundada por el protagonista de la primera parte) sufre los efectos de la radiación y se muere de hambre, por lo que deberemos emprender la busqueda del G.E.C.K (kit de creación del jardín del edén).
La jugabilidad y las mecánicas son exactamente iguales en en Fallout, la creación del personaje y su desarrollo tampoco incluye nada nuevo con respecto a su predecesor. Pero, inexpicablemente, el juego estaba plagado de bugs que complicaban bastante el avance. Como casi siempre, gracias a la comunidad, esto tiene arreglo y existen varios parches no oficiales que arreglan casi todo el juego. Se cree que una de las posibles causantes de tanto fallo es la censura a la que se vieron sometidas las versiones no norteamericanas.
Como novedad con respecto a la primera entrega, Black Isle Studios decidió incluir niños entre los NPC y, al igual que al resto, se les podía matar. Este detalle no se pasó por alto y el estudio tuvo que modificar el juego para poder lanzarlo al mercado. Por lo visto no había tiempo si pretendían cumplir con los plazos y la chapuza fue importante, ya que algunas de las misiones incluían la participación de los niños. Quizás no esté relacionado, pero puede que no todo fuera culpa de los desarrolladores.
Y llegados a este punto, ¿qué podía hacer Interplay para seguir sacando tajada de la saga Fallout sin esforzarse demasiado? Pues un juego de rol táctico con el mismo motor gráfico que los anteriores. Escribe un guión mínimo y elimina de la ecuación la exploración, la interacción con los NPC y la libertad de decisión y te queda Fallout Tactics. El juego fue desarrollado por Micro Forté y distribuido por 14 East Degree, división de juegos de estrategia de Interplay, en marzo de 2001.
Para que el concepto de estrategia no quedará extraño se amplió el control de un personaje a todo un grupo de hasta seis componentes. Además, el sistema de combate sufrió alguna modificación para hacerlo más desafiante de cara al jugador. En esta ocasión podíamos escoger entre un combate en tiempo real, un combate por turnos individual (el de los anteriores Fallout) o un combate por turnos colectivo. En el primero los enemigos no esperan a que decidamos nuestros movimientos, aunque cada acción depende igualmente de los puntos de acción restantes de cada personaje.
Estos cambios fueron bien recibidos por el público y la inclusión de un modo multijugador fue también una buena decisión tratándose de un juego de este tipo. La mayor crítica que recibió fue por ser demasiado lineal para tratarse de un juego de la saga Fallout y los jugadores también echaron de menos una inteligencia artificial un poco más elaborada.
Llegó el año 2003 y en Interplay estaba más preocupados por las deudas que por los juegos y desmantelaron por completo Black Isle Studios, pero aún eran propietarios de Fallout. Un poco a la desesperada intentaron lanzar un juego para el cada vez más importante mercado de las consolas y dejó a un lado a todos los jugadores de PC que habían disfrutado de la «trilogía clásica».
El spin-off con el que Interplay intentó seguir sacando provecho fue Fallout: Brotherhood of Steel. En esta ocasión se abandona la vista isométrica y el combate por turnos para adoptar un punto de vista más cenital y unas mecánicas más propias de un hack n’ slash. Pero con estos cambios también se cargaron todo la esencia de la franquicia. Ni mundo abierto, ni personalización del personaje, ni siquiera la posibilidad de elegir los atributos S.P.E.C.I.A.L., ya que el juego te obliga a elegir entre seis personajes predefinidos. Tres de ellos desbloqueables durante el juego.
Este experimento estuvo a punto de terminar con la saga y condenarla al olvido porque, como juego, Fallout: Brotherhood Of Steel dejaba mucho que desear. La eliminación de la personalidad de la franquicia y el desarrollo de una historia plana y un gameplay aburrido y repetitivo no ayudaron en nada a mejorar la situación de Interplay en el panorama. Por suerte, las deudas de la compañía continuaban creciendo y una de las soluciones fue vender los derechos de la IP a Bethesda Softworks.
Podríamos decir que la saga quedó algo relegada a un segundo plano, pero con Fallout 3 vivió algo parecido a lo que consiguió Rockstar con GTA III, un salto no sólo a las 3 dimensiones, sino a un nivel de calidad mucho más grande y llamativo. Bethesda acertó de lleno con lo que pedía el público y el 2008 brindó a los usuarios de PC, PS3 y Xbox 360 la oportunidad de recorrer de nuevo el yermo. Aplicó todo lo aprendido con The Elder Scrolls al universo de Fallout y consiguieron lanzar uno de los mejores RPG que hemos podido disfrutar hasta ahora.
El salto a la vista en primera persona, la inclusión de novedades como el Pipboy, que hace las veces de inventario y diario de misiones, y el sistema de combate V.A.T.S. fueron las nuevas señas de identidad de la saga. Estas decisiones consiguieron convertir el juego en una experiencia más directa, pero Bethesda supo mantener la importancia de la exploración, los diálogos y las inacabables posibilidades para avanzar la historia. Además, también retomó la extrema personalización del protagonista, no sólo mediante los atributos S.P.E.C.I.A.L., sino también con las habilidades y perks.
En cuanto a la historia, arranca en el 2277 en los alrededores de Washington, ahora conocido como Capital Wasteland, y nos pone en la piel de un joven que debe huir de su refugio y seguir los pasos de su padre. Además de una interesante trama principal, Fallout 3 ofrece multitud de misiones y situaciones secundarias que, después del lanzamiento, fueron aumentando con los DLC. En total fueron cinco: Operation Anchorage, The Pitt, Broken Steel, Point Lookout y Mothership Zeta. Todos ellos mejoraron aún más un juego ya excelente de por si.
Para la siguiente entrega de la saga, Bethesda cedió la responsabilidad del desarrollo a Obsidian Entertainment, estudio en el que trabajaban un buen número de ex-componentes de Black Isle Studios, responsables de los dos primeros Fallout. Es difícil saber hasta que punto influyeron en los cambios introducidos en la franquicia, pero Fallout: New Vegas tiene muchas diferencias con respecto a Fallout 3, a pesar de ser tan parecidos a simple vista.
Para empezar, la historia y la localización no tienen nada que ver, ya que nuestro protagonista esta vez será un mensajero del Mojave Express y la actual zona de Las Vegas será el territorio que recorreremos. Sí que tenemos los grandes aciertos de su predecesor, como el Pipboy o el V.A.T.S, pero incluye también elementos de los juegos clásicos como las facciones o el karma. Para hacer aún más completo el juego, se añadieron mesas de trabajo y hogueras en las que podíamos fabricar munición o elaborar alimentos respectivamente. Aunque de forma muy superficial, también se podía modificar las armas con miras telescópicas o cargadores más grandes o rápidos.
Al igual que en Fallout 3, los bugs estaban presentes por todas partes, pero no eran suficientes para lastrar la excelente experiencia de juego. De hecho, para los más atrevidos, esta experiencia podía volverse todavía más intensa activando el modo Hardcore. En este nuevo modo, el jugador se veía obligado a comer, beber y dormir con regularidad para mantener la salud, mientras que la curación de las heridas dejaba de ser un proceso instantáneo.
Fallout: New Vegas recibió seis DLC durante los meses siguientes al lanzamiento: Dead Money, Honest Hearts, Old World Blues, Lonesome Road, Gun Runner’s Arsenal y Courier’s Stash. Los dos últimos sólo añadían nuevos objetos al juego, pero los cuatro anteriores incluían nuevas zonas e historias que complementaban la principal, además de aumentar el límite de nivel hasta llegar al 50. Tanto el juego original como los contenidos añadidos se lanzaron también para PC, PS3 y Xbox 360.
Tras la presentación de Fallout 4, en el E3 2015, Bethesda sorprendió a todos con su primer juego para móviles: Fallout Shelter. Salió primero para dispositivos iOS y, unas semanas más tarde, lo haría para sistemas Android. En él nos debemos encargar de la construcción de un refugio nuclear para que los simpáticos Vault Boys y Vault Girls que lleguen a la puerta se puedan resguardar y salvarse del implacable yermo. Aunque parecía que iba a pasar desapercibido, fueron muchos los que se engancharon y le dedicaron varias decenas de horas a dar forma a su propio refugio.
Además de la construcción de las diferentes salas, también deberemos adjudicar los trabajos necesarios a cada uno de los habitantes para que los suministros de comida, agua y energía se mantengan en los niveles adecuados. Instalando y mejorando la radio aumentará la posibilidad de que nuevos habitantes lleguen a nuestra puerta, pero también de que los saqueadores nos descubran y nos ataquen. Otros peligros serán los incendios y las plagas de «mutarachas».
Como es lógico, al ser un juego gratuito, incluye microtransacciones, pero no son en absoluto necesarias para avanzar en el juego. Además, las actualizaciones de contenido consiguen mantener el interés de los jugadores y, aunque no tenga un final ni una historia que seguir, es un muy buen pasatiempos para llevar en el teléfono. Sus gráficos simpáticos y un buen diseño del juego y su curva de aprendizaje han sido claves para ser uno de los títulos más llamativos de la saga.
Y después de muchos años, llegamos a la última entrega hasta la fecha de la saga, Fallout 4. Nuevos gráficos, nuevo sistema de combate, nuevas opciones de personalización, nuevo árbol de habilidades para desarrollar al personaje, pero todo basado en las señas de identidad de la saga. El yermo, los atributos S.P.E.C.I.A.L., el mundo abierto, la exploración, la posibilidad de decidir y de cambiar el curso de los acontecimientos. Todo nuevo, pero todo igual.
Dicen que Bethesda, que ha vuelto a ser la encargada de desarrollar el juego, ha dejado un poco de lado el aspecto RPG y se ha centrado más en hacer un shooter. Pero también han incluido un sistema de «crafteo» mucho más profundo y complejo que el iniciado con New Vegas que aumenta muchísimo las opciones de afrontar la aventura. Además de poder construir nuestro propio asentamiento, y dedicarle un puñado de horas, ahora también podremos modificar nuestras armas y armaduras hasta niveles impensables. Cada arma tiene decenas de combinaciones que nos permitirán adaptarlas a nuestra manera de jugar y las armaduras pueden mejorarse y combinarse.
Es verdad que su historia tampoco levantará a nadie de la silla, pero las facciones le añaden mucho interés con sus tramas paralelas a la principal. También es cierto que los diálogos se han visto bastante simplificados, quizás intentando buscar un ritmo más fluido, pero tampoco creo que este Fallout 4 pueda considerarse un FPS convencional. Según las últimas noticias, además de los DLC ya anunciados, Bethesda quiere «reconfigurar» el modo supervivencia para ofrecer un reto importante a los jugadores.
Este nivel de dificultad recuperará elementos del modo Hardcore de Fallout: New Vegas, como el hambre, la sed y el sueño, pero también añadirá otras cosas como la posibilidad de caer enfermo ode hacernos daño en las piernas si cargamos demasiado. Además, no podremos guardar manualmente, ni usar el viaje rápido ni localizar a nuestros enemigos mediante la brújula. Toda una nueva experiencia de cara al jugador.
Así que, en resumen, aunque se ha llevado más de un palo en cada una de sus entregas, es innegable el nivel de éxito de la saga Fallout en general y de lo bien considerada que está por la mayoría de los amantes de los RPG y de los juegos de acción en general. Con sus más y sus menos, ha conseguido mantenerse durante casi veinte años entre los mejores juegos para la crítica y el público (con una sola excepción), por lo que algo hicieron bien Black Isle Studios en su día y Bethesda desde que tomo el control de la franquicia.
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