Haunted Museum II es una suerte de shooter on rails creado por Taito y que lleva ese inconfundible sello de la casa, la rareza. Y es que encontrarse “un Time Crisis” con estilo terrorífico no es algo que pase todos los días, porque no, la ambientación de este título poco tiene que ver con la de The House of the Dead.
Como bien habréis supuesto por el título del juego nos encontramos ante la continuación del primer Haunted Museum que llegó a tierras occidentales (EEUU, porque en Europa ni lo olimos) como Panic Museum. ¿Qué necesidad había de cambiarle el nombre al juego? Pues posiblemente ninguna, pero así tenemos algo de qué hablar porque no contentos con este cambio, el de la secuela sí que es algo exagerado. Mira que podían haber elegido Panic Museum II, pero no, tuvieron que elegir el siguiente nombre para el mercado estadounidense: Shhh…! Welcome to Frightfearland. Conciso, lo que se dice conciso, no estoy seguro de que lo sea, pero a alguien debió parecerle un buen título.
Al menos deja más clara la ambientación del entorno en el que nos tendremos que desenvolver, una especie de parque de atracciones embrujado. Porque sí, porque llega Taito y crea la segunda parte ambientada en un parque de atracciones cuando la primera lo estaba en un museo. Al menos el concepto de “encantado” sí que lo mantiene.
Antes de seguir he de advertiros una cosa, ¿tenéis fobia a los payasos? Pues en primer lugar lo siento mucho, tiene que ser muy duro tenerle miedo a Miliki y compañía, y en segundo lugar, espero que no se la tengáis también a los “payasos digitales”. Digo todo esto porque los enemigos más comunes durante el juego serán… efectivamente, payasos. Y con muy mala leche para ser exactos.
Aunque como podríais esperar habrá muchos más enemigos a los que hacer frentes, atracciones cuya estructura cobrará vida para acabar con la nuestra, vagones de una montaña rusa, los típicos hinchables de las cabalgatas… y casi cualquier elemento típico que podáis imaginar de un parque de atracciones.
La jugabilidad es la habitual del genero de los shooter on rails, simple, directa y en la que tenemos que disparar a todo enemigo que se nos ponga a tiro, lo que podríamos resumir con que pocas son las novedades que incluye en este aspecto. Pero estaríamos muy, muy, muy equivocados porque aunque sólo incorporé una novedad reseñable, por si sola desmonta desmonta la jugabilidad típica de estos juegos.
Como suele ocurrir en otro títulos del género nos encontramos con que podemos usar distintos tipos de armas (de distintas potencias de fuego) que podremos ir recolectando durante el juego, al igual que en Haunted Mansion II. La munición de estas armas “especiales” suele ser limitada y cuando se agota nuestro personaje desenfunda la pistola básica que viene “de serie” y cuya principal respecto de otras armas más poderosas es que tiene munición infinita. Pues en Haunted Mansion II no, todas (y quiero decir TODAS) las armas del juego tienen munición limitada, incluso las más básicas y flojas. Olvidaos de agitar la pistola, disparar fuera de la pantalla o buscar algún botón que sirva para recargar munición, si queremos poder volver a disparar para no caer en las garras de los demoníacos seres que harán acto de presencia por haber disparado a lo loco, deberemos buscar por el escenario más munición que deberemos ir recolectando.
La munición no será lo único que podamos ir recolectando por lo escenarios, ya que mediante la recolección también podremos hacernos con los distintos tipos de armas, items para recuperar vida o simplemente “paquetes de puntos” para sumar a nuestro marcador y ser los más cool de los recreativos. El escondite de estos objetos serán principalmente los barriles que nos encontraremos en las típicas casetas de los parques de atracciones, ya sabéis, esas que cuando llegan a vuestro pueblo os clavan de lo lindo por tirar con escopeta o por intentar tirar unos bolos con una pelota de tenis.
Y por si os pareciese poco habrá que ir buscando “otras cosas” durante el juego, cien personas que se hayan desaparecidas y de cuyo paradero tan sólo sabemos que es el dichoso parque de atracciones. Ya tenemos un aliciente a la jugabilidad tradicional, encontrar a los cien secuestrados, encontrarlos y algo más. Cada vez que descubramos a uno saldrá corriendo a lo loco, momento en el que pueden ser atacados tanto por los enemigos como por el dichoso fuego amigo. No sólo tendréis que rescatarlos, si no también evitar que sean atacados por los enemigos y por supuesto evitar que alguno de nuestros disparos sean el motivo de su muerte.
El aspecto gráfico no es que sea especialmente reseñable pero sí que cumple a la perfección con su cometido, el de impactar visualmente. Un gran colorido y un correco modelados de personajes y escenarios son sus principales cartas de presentación. Seguro que ahora viene alguien y dice que tampoco son para tanto, que hay arcades similares con mejores gráficos, pero es que a lo tonto esta máquina es del 2011 y estos cuatro añitos queramos o no se notan.
Montañas rusas, norias, algodón de azúcar y payasos con muy malas intenciones, pues a mí me han convencido.