Cuando te encuentras con el sello de determinadas marcas en una recreativa es imposible no esbozar una sonrisa y pensar “a ver con qué se han flipado ahora”. Y ese es el caso de Taito, responsable junto a Square Enix de traernos (si vives en Japón, por supuesto) este Gunslinger Stratos.
A primera vista se puede pensar que estamos ante un shooter más pero no, aunque un poco sí. El tema es que no es un FPS, no es shooter en tercera persona (desde el punto de vista tradicional) y tampoco es un shooter on rails pero en todo momento nos encontraremos con cosas que nos recordarán a estos estilos. Es como si Taito hubiera cogido estos tres géneros tan relativamente similares y los hubiera metido en una coctelera para ver qué resultaba de la mezcla.
Lo primero con lo que de verdad nos encontraremos y de verdad nos llamará la atención es la estética del juego, la cual está mucho más cerca del anime que de los gráficos típicos de este tipo de juegos, hasta el punto en el que es inevitable no comparar los diseños, aspectos y animaciones de los personajes con los de otros ya existentes en otros juegos de estético de estética manga.
Esta estética japo también invade el diseño de los escenarios, armas, vestimentas… absolutamente todo, incluso el propio estilo del juego, que tiene un aire mucho más desenfadado de lo que cabría esperar. Aunque de una manera muy ligera en este juego hay cabida para la estrategia, la verdad es que la acción se desarrolla de una manera muy rápida y frenética, como si estuviésemos dentro de un anime.
A pesar de todo lo que podamos decir sobre Gunslinger Stratos la verdadera novedad respecto de juegos similares recae en el aspecto jugable, no tanto en la propia jugabilidad, si no en los controles del juego. Tratándose de un shooter los controles están basados en las típicas pistolas de los shooters on rails, pero a falta de una dispondremos de dos ya que todos los personajes hacen uso de dos armas al mismo tiempo. A esto hay que añadirle que no estamos ante un juego que nos lleve por un camino predefinido, así que en las pistolas nos encontraremos sendos joysticks y botones de acción con los que poder movernos dentro del entorno de cada escenario.
Seguro que a alguno esto no le parecerá nada del otro mundo por presuponerse la forma más lógica para integrar unos controles tradicionales en unas pistolas, pues bien, el tema es que tenemos distintos modos de juego o de empleo de las armas.
La modalidad normal es en la que podemos hacer uso de cada una de las pistolas de manera independiente pudiendo incluso disparar a distintos enemigos al mismo tiempo. Las otras dos modalidades se activan con cada una de las dos maneras que disponemos de “ensamblar” las pistolas. Si nos decidimos por montar una pistola sobre otra nuestro personaje adquirirá una nueva arma de fuego de gran potencia al estilo de un lanza-misiles, lenta pero efectiva a la hora de acertar en el objetivo. La otra opción que tenemos es la de montar ambas pistolas en paralelo, una al lado de la otra, adquiriendo de este modo nuestro personaje un arma al estilo metralleta automática con la que poder llevar a cabo muchísimos disparos en poco tiempo.
Todo esto aderezado con vertiginosos saltos, volteretas y acrobacias miles tan típicas en los anime y en productos derivados, que nos ayudarán a enfrentarnos al equipo contrario. ¡Ah! Que eso no os he contado, los combates tienen lugar en escenarios urbanos en los que deben enfrentarse dos equipos de cuatro miembros cada uno y de los que sólo puede quedar uno. Cada equipo tendrá su propio medidor, así que nuestro objetivo es el de agotar el del equipo contrario para conseguir la victoria, o al menos reducirlo lo suficiente para que cuando acabe el tiempo de cada combate tengan menos energía que nuestro equipo.
¿Os dejaríais en este juego todo el suelto que llevaseis encima o no os parecen suficientes las novedades? ¿Qué pensáis vosotros culpables?