Parece mentira que ya hayan pasado 20 años desde el momento en el que la por aquel entonces Squaresoft decidiera darle un nuevo giro a su gran franquicia RPG con el lanzamiento de Final Fantasy VII, un juego que a día de hoy siguen adorando millones de jugadores en todo el globo. No obstante, todos estos años han dado lo suyo, y es que durante este tiempo hemos podido ver cómo la historia de Cloud se iba ampliando con nuevos títulos e incluso una película, de manera que vamos a revisar los grandes logros que ha logrado la llamada Compilation of Final Fantasy VII.
Final Fantasy VII es un juego que ya tiene una curiosa historia a su alrededor incluso antes de su lanzamiento original, y es que estamos hablando de un título con un desarrollo bastante problemático. En principio estaba planeado que el título llegara a Super Nintendo, aunque con el lanzamiento de Nintendo 64 se decidió mudar el proyecto a la nueva consola. No obstante, al decidir Nintendo utilizar cartuchos para su máquina, Squaresoft decidió trasladar el juego a PlayStation dadas las limitaciones de espacio del formato utilizado por la gran N.
Centrándonos ya en el juego en sí, la trama cuenta la historia de Cloud, un mercenario que decide unirse al grupo Avalancha con el objetivo de sabotear a Shinra, una compañía energética que anda destruyendo el planeta con sus extracciones. Eso sí, las cosas se van complicando por el camino y vemos cómo al final tenemos una carreta contra el tiempo para derrotar a un tipejo que quiere destruir el mundo (sí, hablo de Sefirot).
A pesar de no tener una historia precisamente revolucionaria, la ambientación de Final Fantasy VII logró atraparnos desde el principio, y es que a pesar de que Final Fantasy V ya coqueteara en su momento con la unión de elementos futuristas con los pilares de la saga, la séptima entrega fue la que nos metió un buen puñado de cosas que hasta el momento no habríamos imaginado ver en la franquicia, como son las grandes corporaciones, vehículos motorizado o las armas de fuego, algo que en su día causó un gran impacto en el público.
Otra de las peculiaridades a destacar de Final Fantasy VII es su sistema de combate, el Action Time Battle. Gracias a este viejo conocido que vimos nacer en Final Fantasy IV, cada personaje contaba con su propia barra de velocidad, la cual al rellenarse le permitía ejecutar la acción que habíamos elegido para él. De esta manera, si nos parábamos a decidir un ataque podíamos acabar perdiendo el tiempo y ver cómo nuestros enemigos nos iban atacando, algo que le daba bastante dinamismo al clásico sistema de combate por turnos.
Por si esto no fuera suficiente gancho, Final Fantasy VII supuso de primeras un gran impacto en la industria tanto por ser el primer juego de la franquicia en adoptar los gráficos 3D como por ser también el primero en dejar en aparecer en una consola de Sony, quienes encima eran por aquel entonces unos primerizos en el mundo de los videojuegos. A parte, a pesar de sus personajes de aspecto chibi en los momentos de moverse por el escenario, el juego fue el precursor de cambiar el estilo de los personajes de la saga a uno más realista gracias a los moldeados tanto en los combates como las escenas.
A pesar de todas estas bondades, el juego tuvo en nuestro país una pega bastante llamativa, y es que su traducción fue bastante mala, de forma que vimos traducciones erróneas como la de traducir party por fiesta cuando se refería a grupo, ala sanadora en vez de viento sanador o cosas más grave, entre las que figuran cambios de género o el más que famoso Allé voy.
Por último, no podemos olvidarnos de la magnífica banda sonora compuesta por Nobuo Uematsu, la cual está repleta de temas tensos y oscuros que encajan a la perfección con la ambientación del juego, dándonos así algunas de las melodías más recordadas de todo Final Fantasy.
Si quieres saber más sobre las distintas precuelas y secuelas del juego original avanza a la página siguiente.
A pesar de que dar el salto a cines en 2001, muchos fueron los fans que no quedaron contentos con la adaptación cinematográfica de Final Fantasy debido a la falta de elementos característicos de la saga, por lo que el anuncio de una secuela directa de Final Fantasy VII en forma de película atrajo bastante la atención.
Ambientada dos años después del final del juego original, vemos cómo una extraña enfermedad se esparce entre gran parte de la población, lo cual junto a la aparición de 3 elementos que buscan un misterioso objeto en posesión de Shinra hacen que Cloud tenga que salir de su autoexilio para no solamente resolver todo, sino para lograr hacer frente a sus propios tormentos personales.
Todavía a día de hoy Advent Children destaca por su sorprendente acabado visual, y es que a pesar de haber visto la luz en 2005 sigue conservando una grandísima cantidad de detalles que hacen que a pesar de haber pasado más de 10 años desde que vio la luz conserve todavía su juventud.
A parte de los personajes nuevos, como son los hermanos Kadaj, Loz y Yazoo o el huérfano Denzel, Advent Children gira prácticamente alrededor de todos los viejos conocidos de la saga, presentándonos no solamente las nuevas ocupaciones de Cloud y Tiffa, sino que también deja hueco para ver al resto de la tropa reunirse e incluso luchar contra la clásica invocación Bahamut en su forma SIN. También hay hueco para otros nombres, como son Marlene, Rufus Shinra o el dúo de los Turcos formado por Reno y Rude, quienes en esta ocasión llevan el papel cómico de la película.
Obviamente no podemos hablar de Advent Children sin mencionar la gran cantidad de guiños que posee la película, y es que durante toda ella podemos no solamente ver la Espada Mortal que portaba Cloud en su momento, sino que también hay espacio para las materias e incluso la música de victoria de la saga en formato de tono de móvil, sin olvidarnos por supuesto del momento fanservice con la aparición de Sefirot, lo cual sumado a todo lo demás hacen de esta película un film interesante para los fans de Final Fantasy VII.
Dirge of Cerberus fue el encargado de seguir con la historia más allá de Advent Children en PlayStation 2. Eso sí, esta vez las cosas se alejan de la trama principal, ya que nos encargamos de jugar como Vincent, uno de los miembros del pelotón de Final Fantasy VII, de modo que salvo apariciones ocasionales de personajes clásicos estamos hablando de una aventura propia.
Otra gran diferencia de Dirge of Cerberus con el resto de juegos del Recopilation es que abandona por completo el estilo RPG para centrarse en la acción en tercera persona, dándonos de resultado un título bastante genérico en el que avanzar pegando tiros a diestro y siniestro. De esta forma, su mayor virtud reside en su protagonista, y es Vincent se trataba hasta entonces de uno de los personajes más enigmáticos de todo Final Fantasy VII, lo cual sumado a es estilo gótico atraía a bastantes fans propios.
Si quieres leer sobre Crisis Core y demás apariciones de Final Fantasy VII avanza a la siguiente página.
Por último nos queda hablar de probablemente el juego más querido de todos los mencionados hasta ahora, y es que Crisis Core no nos habla del futuro de Final Fantasy VII, sino que tira hacia atrás para narrarnos la historia de Zack, el SOLDADO amigo de Cloud.
PSP fue el hogar de este título que, al igual que Dirge of Cerberus, tiraba por una cámara en tercera persona. Eso sí, aquí la gran diferencia es que seguíamos jugando a un RPG, teniendo como resultado unas mecánicas similares a las vistas en Kingdom Hearts, aunque con menos agilidad. A parte, el sistema de invocaciones en Crisis Core era particular, ya que en vez de elegirlas nosotros mismos contábamos con una tragaperras automática que funcionaba durante todo el combate, de forma que si coincidían 3 iconos iguales podíamos ver el ataque especial en acción.
Con respecto a la historia tenemos algunos patrones similares a Final Fantasy VII, ya que aquí también nos toca perseguir a un SOLDADO de élite que ha perdido la cocorota. Eso sí, a diferencia del clásico, nos encontramos con distintos matices para atraernos, como son la relación de Zack y su maestro Angeal, vivirlo todo desde un punto de vista interno de Shinra o un Sefirot del lado de los buenos, a lo que sin duda debemos sumarle el ir despejando incógnitas de la saga.
Por otro lado, no estamos hablando de un protagonista con una actitud pesimista y pasota como la de Cloud, sino que nuestro héroe de turno es todo lo contrario, tratándose así de un joven alegre y optimista que se esfuerza en hacer las cosas bien, siendo ésta personalidad uno de los principales ganchos que te atraerá al juego. Eso sí, esto juega como arma de doble filo, y es que quienes hayan jugado a Final Fantasy VII ya conocerán el destino de Zack, algo que con cada paso que das esperas que no ocurra nunca.
Por desgracia, actualmente solamente se puede disfrutar de este juego con una copia física de su momento o tirando de emulador, y es que la PlayStation Store no cuenta con una copia digital de éste, lo que hace inviable poder jugarlo actualmente en PS Vita, siendo una auténtica lástima que se pierda así uno de los mejores juegos del catálogo de PSP.
¿Entonces qué orden hay que seguir con Final Fantasy VII? Pues el más adecuado si vienes limpio a la saga es empezar con el original de PlayStation y ya seguir bien con Crisis Core o con el binomio Advent Children-Dirge of Cerberus, pero si ya tenéis la cosa algo mascada estaría bien darle una oportunidad al orden cronológico, el cual sería de la siguiente manera:
Eso sí, no penséis que el legado de Final Fantasy VII termina aquí, y es que hemos podido ver su universo plasmado en diversidad de medios como son el reciente juego de cartas colecionables de Final Fantasy, novelas e incluso en otros títulos como pueden ser Dissidia: Final Fantasy, Kingdom Hearts e incluso más allá de Square Enix, como es el caso de la aparición de Cloud en Super Smash Bros. Y, por supuesto, no podemos olvidarnos del remake que llegará próximamente.
Puede que Final Fantasy VII no se trate del mejor juego de toda la franquicia, pero nadie puede negar el gran impacto que ha causado tanto en el mundo de los JRPG como en el de la propia saga e incluso en el de los videojuegos, ganándose así por méritos propios ser uno de los grandes pilares de la historia de los videojuegos.
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