El caso de The Last of Us: Parte II reaviva el debate sobre el fenómeno del Review Bombing y su utilidad. ¿Vale de algo quejarse en masa?
Aunque The Last of Us: Parte II arrasó en crítica (nosotros lo dejamos patente con nuestro análisis), parece que, según Metacritic, los usuarios quedaron muy descontentos. Y eso, parece, porque la realidad es que la mayoría de suspensos vienen de gente que no ha catado siquiera el juego. Es toda una campaña de difamación por chorradas, y por desgracia, no es la primera vez que le sucede a un videojuego. Esto nos lleva a plantearnos el concepto del Review Bombing y su utilidad.
Los problemas con The Last of Us: Parte II
No voy a negar que ciertos aspectos de The Last of Us: Parte II son polémicos. Empezando por su director, Neil Druckmann, el cual no tiene pelos en la lengua para hablar de ciertos temas en sus redes sociales. Tampoco hay que olvidar el abusivo crunch al que se han visto sometidos los desarrolladores. Un crunch especial, dentro de lo que cabe, porque está basado en contratar a gente que se lo autoimpone por perfecionismo y no como una explotación laboral propiamente dicha. Vamos, que los de arriba se aprovechan de que esta gente no es capaz de dejar el trabajo a medias e irse a desconectar con la familia. Algo vil, eso es indiscutible.
Sin embargo, a la gente no pareció importarle demasiado el tema de la salud de los trabajadores que estaban implicados en el proyecto. Es más, las voces se hicieron sonar cuando se anunció el retraso del videojuego, triste, muy triste. Pero lo peor fue cuando se filtraron ciertos detalles importantes de la trama. Las razones de la filtración siguen siendo un misterio al día de hoy pese a todas las teorías que pululan a su alrededor, pero es innegable que fastidiaron el juego a muchos jugadores. Porque Internet, culpables, es la herramienta perfecta para que los mamones hagan daño con spoilers, y así ha sido con este juego.
Me puedes comer los huevos, amigo.
— Daniel Viñambres (@DVinam7) June 27, 2020
Y aunque esto también sería motivo para enfadarse, no con el videojuego, ojo, sino con la situación, tampoco justificaría esa avalancha de puntuaciones negativas. Entonces, ¿cuál es la razón? Ja, hay dos vertientes. Por un lado está el caso de la homofobia y misoginia. Jugadores dolidos porque los personajes controlados sean mujeres y estos tengan atributos que están fueran del canon de la mujer normativa y sexy. Tenemos a Ellie, una chica de 19 años guapita, pero lesbiana y esto no está representado como algo pornográfico, sino natural. Aparte está Abby, que tiene una musculatura muy desarrollada, lo que la hace cero atractiva para la mayoría de jugadores orangutanes.
Por otra parte está el tema de los fanáticos de la primera parte. Este grupo de jugadores, bastante ruidoso también, quedaron descontentos con ciertas decisiones de la trama. Se crea un elemento de subversión muy bestia que muchos jugadores no han sido capaces de asimilar. Algo parecido a lo que ocurrió con Metal Gear Solid 2: Sons of Liberty en su momento. Juntas a estos dos grupos en Internet y estalla la pólvora.
Más casos donde esta medida ha estado injustificada
Lo del Review Bombing no es un caso aislado con este juego. En el pasado se tienen más casos igual o más vergonzosos. Sin ir más lejos, ocurrió con Astral Chain, un juegazo de Platinum Games que tuve la oportunidad de analizar y que me encantó muchísimo. Pero parece que el hecho de que sea de esta compañía, acostumbrada a realizar juegos multiplataforma (a excepción de Bayonetta 2), y que Astral Chain tuviese la condición de exclusivo, empujó a la gente a suspenderlo en Metacritic. Vamos, que nuevamente no se estaba valorando la calidad del videojuego, sino que todo eran pataletas para que lo sacasen fuera de su sistema de origen.
Tenemos también el caso de WarCraft III Reforged. El remaster del famoso RTS de Blizzard fue un despropósito en muchos sentidos, sobre todo en el tema de fastidiar los servidores con todo el trayecto de jugadores que llevaban años jugando al clásico. Porque sí, el clásico se sustituía con el remaster, tirando toda la infraestructura online anterior por otra inestable y llena de problemas. Y no olvidemos el caso de mostrar vídeos con un acabado gráfico que nada tenía que ver con lo que acabó saliendo. Todo un despropósito, sí, pero injustificado por el mero hecho de calcar un cero a un juego cuyo análisis descrito son insultos a sus creadores. Puede que algo no te guste y tienes tu derecho a criticarlo, pero, ¿es realmente necesario perder los estribos e insultar por un mero videojuego?
Y esto no solo afecta a Metacritic. Si nos vamos a Steam tenemos el caso de Borderlands 3. Su exclusividad con Epic Games conllevó a que la masa de usuarios votasen negativamente las entregas pretéritas que estaban en la plataforma de Valve. Todo como síntoma de protesta contra la exclusividad de la tercera parte. ¿Jode que te quiten una continuación de tu plataforma predilecta? Desde luego, eso es entendible. Lo que no lo es es que suspendas juegos que sí que te han gustado con el argumento de «es que la tercera parte aquí no está». Suena absurdo porque es absurdo.
Una herramienta poderosa en las manos equivocadas
A pesar de todo este repaso negativo, sí que considero el fenómeno del Review Bombing como algo positivo… En manos de gente responsable y no niñatos de dudoso valor moral. Hubo casos donde su uso sirvió para conseguir victorias loables para el consumidor, como en el tema de los mods de pago de Bethesda. La avalancha de quejas y comentarios negativos consiguieron tumbar un sistema monetario injusto con el consumidor y con el modder, pues la compañía americana se quedaba con un porcentaje vergonzoso por cada venta efectuada.
También sirvió para dar a conocer el descontento general con Batman Arkham Knight en PC. El port de la última aventura del caballero oscuro salió horriblemente optimizado en compatibles y la comunidad no se hizo de rogar. Las quejas masivas llevaron a tildar al juego como «mayormente negativo» en Steam. Esto conllevó a que Warner se volcase en serio con él hasta que, tras sucesivos parches, se hiciera al menos jugable para la mayoría de los compradores.
Pero, aunque esto que vaya a soltar ahora sea polémico, la comunidad de PC suele ser más madura a la hora de ejercer el control sobre este tipo de herramientas. También influye que es más veterano y que es de buscarse las castañas él solito cuando algo no funciona. Y es que si algo no va, no va, y hay que quejarse. Pero en el tema de las consolas suele haber una nube de conformismo preocupante. Si bien, la gente no se queja cuando hay que quejarse, como con el online de pago, pero bien que montan jaleo cuando un persona fuera del canon de belleza toma protagonismo.
Pedir para el futuro que la cosa mejore es casi utópico. La comunidad jugadora tiene que madurar muchísimo y hacer limpieza de conciencia antes de usar herramientas que provocan tantísimo daño a los desarrolladores. Por el momento deberían quitarse, al menos en Metacritic, o modificarse, de manera que si tienes horas jugadas se te da permiso para opinar. Porque valorar un título por 4 vídeos que hayas visto o influido por los pensamientos racistas, machistas y homófobos de Menganito, pues como que no es lo ideal y «objetivo».