Cuando los videojuegos traspasan la barrera de las consolas y se cuelan en la vida de la gente como imágenes, experiencias o bandas sonoras, ya no hablamos de algo que es «solo para los que juegan», sino que puede llegar mucho más allá, y muestra de ello es Video Games Live, un proyecto que inició Tommy Tallarico para demostrarle al mundo que esto que tanto nos gusta, no es solo un hobby, sino que también es un arte.
El pasado domingo tuvo lugar la segunda edición de Video Games Live en España, en concreto, en Madrid. El evento se conocía desde hacía tiempo y estuvimos muy pendientes de su evolución para conseguir sacarle unas palabras a uno de los grandes artífices de este proyecto, el propio Tommy Tallarico, con el que ya habíamos tenido algún que otro contacto.
Antes de que comenzase el evento, nuestro compañero Héctor Millano se pasó unos minutillos charlando con él y esto, queridos culpables, fue lo que quiso transmitirnos:
GuiltyBit: ¿Cuál es el origen de tu pasión por la música?
Tommy Tallarico: Mis dos grandes pasiones son los videojuegos y la música. La música vino por un primo muy famoso, que es una estrella de rock[ Steven Tyler, el cantante de Aerosmith]. Así que verle mientras crecía siempre fue una influencia. Además, mis padres crecieron en los 50, por lo que escuchaban todo el rato a Elvis Presley o Jerry Lee Lewis por lo que en mi infancia siempre trataba de imitarles en el piano.
GB: ¿Y por los videojuegos?
TT: Mi familia solía jugar a videojuegos. Yo pertenezco a la primera generación de gente que creció con los videojuegos, así que fue algo que mi madre, mi padre y mi hermano pequeño siempre hicimos como una familia. Nunca lo vi como algo negativo o como una pérdida de tiempo. Era algo que siempre estuvo fomentado en mi familia.
GB: ¿Cómo decidiste combinar ambos intereses?
TT: Cuando tenía 21 años, dejé a mis padres y me mudé a California yo solo, y eso que estaba a casi 5.000 kilómetros de mi casa. Llegué allí sin tener un sitio donde dormir, sin dinero, sin trabajo, si nada. Dejé a mi familia y me fui allí para perseguir la música.
Cuando llegué a California, como ya he dicho, era un sin techo. Dormía debajo de un muelle en la playa pero el primer día que llegué allí conseguí un trabajo vendiendo teclados en una tienda de música. La primera persona que entró en esa tienda cuando empecé a trabajar fue el productor de una compañía de videojuegos. En ese instante yo llevaba puesta una camiseta de un juego de Turbografx-16 y por aquel entonces, en 1990, nadie llevaba camisetas de videojuegos. El productor vio mi camiseta, me preguntó si sabía de videojuegos y me dijo “¿Quieres un trabajo?”.
De esa manera empecé a trabajar en un videojuego: tras tres días en California siendo un sin techo y con solo 21 años.
GB: ¿Qué juego fue ese que dices?
TT: Fue el Prince of Persia original, de Jordan Mechner.
GB: ¿Y cuál dirías que ha sido tu trabajo favorito como compositor de juegos?
TT: Mi trabajo favorito es de un juego del que probablemente nadie ha oído hablar llamado Advent Rising porque escribí una ópera italiana. No fue un juego muy popular así que no lo conoce demasiada gente. De hecho, creo que se vendieron más copias de la banda sonora que del juego.
Por otro lado, mi juego favorito de todos en los que he trabajado es Earthworm Jim. Trabajar con Miyamoto en Metroid Prime fue muy divertido pero me lo pasé mejor con Earthworm Jim (ríe).
GB: ¿Cuándo decidiste cambiar todo ese trabajo como compositor por Video Games Live?
TT: Cuando tenía 10 años, a finales de los 70, solía hacer conciertos con música de videojuegos para mis amigos. Grababa la música de mis juegos favoritos y cuando invitaba a mis amigos, ponía el cassette y tocaba la guitarra junto a la música. Siempre había tenido el sueño de hacer esto pero hasta hace 13 años no me planteé hacerlo de manera seria, profesional. Era algo que nadie había hecho antes. Sé que en Japón se hacían pequeños conciertos de música clásica en Japón, pero ninguno de esta magnitud, con música, una pantalla gigante e iluminación.
La razón por la que empecé esto fue porque quería demostrarle al mundo cómo de importantes se habían vuelto los videojuegos cultural y artísticamente. Y, además, para lograr que toda una generación de jóvenes pudieran apreciar una sinfonía.
GB: ¿Y crees que ya has logrado ese sueño? ¿Crees que ya has demostrado al mundo la importancia de los videojuegos?
TT: Estoy a punto de dar un concierto en Madrid, así que sí, creo que sí (ríe). En Estados Unidos hicimos una retransmisión a nivel nacional con las mayores cadenas de televisión junto a grandes artistas como Sting, Paul McCartney, Elton John… Nos vieron cerca de 90 millones de personas. Y desde entonces más gente ha visto el show como algo culturalmente importante.
Hemos llevado eso a todo el mundo y es un gran honor para mí y un privilegio interpretar la música que han compuesto mis compañeros y mi propia música con las mejores orquestas del mundo.
Hoy habrá abuelos y padres entre el público que nunca han jugado a un juego y están trayendo a sus hijos y a sus nietos. Y cuando nos vean, van a mirar los videojuegos de otra forma y comprenderán por qué gente como tú o como yo los amamos tanto.
Actualmente, estamos con un Kickstarter para financiar nuestro cuarto álbum. Queremos que la gente nos ayude a crear este álbum, al igual que hicimos con el tercero el año pasado. Así que hemos vuelto con Level 4 [el nombre del álbum] y le damos a la gente todo lo que nos dan multiplicado por cuatro. Si alguien nos da un dólar, nosotros le vamos a dar algo que valga 4. Por ejemplo, estamos haciendo un álbum entero con la música de Chrono Trigger y Chrono Cross que damos a la gente que nos financie desde los niveles más bajos. Estamos dando muchas cosas.
GB: ¿Cómo decidís a qué países ir, ahora que os realizáis tours por todo el mundo?
TT: Yo no lo decido. Si fuera por mí, tocaría cada día y en cada país y ciudad del mundo. Tenemos que ser invitados. Por ejemplo por la Orquesta Nacional de España contactó conmigo y nos invitaron a venir aquí. Tenemos agentes y managers y es muy difícil porque tienen que buscar un lugar, la orquesta debe estar allí y todo tiene que tener sentido para viajar. Hemos estado en cuatro países distintos en los últimos cuatro días. Hemos estado en París, al día siguiente tocamos en Helsinki, al siguiente en Suecia y aquí estamos hoy. Es una locura tratar de coordinar todas estas fechas.
Esta es nutra segunda vez en España, estuvimos en Valencia en 2007, pero la primera vez en Madrid. Y esto que voy a decir ahora, no es porque estemos aquí, pero hemos hecho ya cerca de 300 conciertos y la orquesta de España está probablemente en el top 5 de todas. Madrid es muy afortunada de tener aquí esta orquesta.
GB: ¿Cuáles son esas otras grandes orquestas junto a las que has tocado?
En Estados Unidos, la Orquesta Sinfónica de San Francisco, que es muy prestigiosa y es increíble; y la Orquesta Sinfónica de Pittsburgh, que también es conocida. También hemos tocado con la Orquesta Sinfónica de Londres, que es otra de las grandes del mundo. La Orquesta Nacional de España está entre ellas.
GB: ¿Cómo decidías qué canciones tocar en cada concierto?
TT: Siempre interpretamos 20 canciones por noche pero yo he creado 135 composiciones, por lo que dejo que la gente elija en Facebook. Allí, creo un evento para cada concierto y preguntó qué es lo que quiere el público escuchar, ya que el show es para ellos. Con toda la información que obtengo en Facebook y así lo determino, aunque siempre hay alguna que otra sorpresa.
GB: Has dicho que has estado en cuatro países en cuatro días, ¿cómo lidia tu familia con esa situación?
TT: No muy bien (risas). Es todo lo que puedo decir. No tengo esposa o hijos. Pero hablo todos los días a través de Skype con mi novia y mi perro, que me echan mucho de menos. Con mi madre y con mi padre también hablo todo lo que puedo.