Era difícil que Sony superara los 499 euros de Xbox One, pero Microsoft se lo puso en bandeja y lo supo aprovechar, porque al final de la conferencia soltó el bombazo: PlayStation 4 costará 399 euros.
Con esto, Sony da un golpe encima de la mesa casi definitivo de cara al inicio de la próxima generación, y junto con la ausencia de restricciones, se posiciona en una situación que ni en sus mejores sueños se imaginaban a estas alturas.