Dragon Quest VIII llega a la portátil de Nintendo meses después de su séptima entrega con una aire mucho más serio pero con una experiencia igual de satisfactoria.
Bienvenidos a un largo viaje para deshacer una maldición de un rey y su hija. Un viaje lleno de peligros, mazmorras, armas, gente rara y un carromato que sabe Dios cómo aguanta todo el meneo que le dan. Bienvenidos a Dragon Quest VIII: El periplo del Rey Maldito.
Este título que ya vio la luz por primera vez en Occidente en PlayStation 2 (qué viejo me siento) vuelve con mejoras para que la experiencia sea todavía más satisfactoria tanto si es la primera vez que lo jugáis como si repetís aventura.
Entre la primera escena del juego y su título, ya os quedará bastante claro que el objetivo de nuestra aventura será deshacer la maldición del Rey Trode. Para esto nuestro objetivo será encontrar al malvado Dhoulmagus que fue el encargado de maldecir al rey (lo convierte en una especie de rana-troll), a su hija (que ahora es una yegua muy bonita) y a todo el personal del castillo, menos a nosotros. El único que salió indemne de esta maldición es nuestro protagonista y por culpa de eso nos vemos arrastrados en todo este lío.
Pero por suerte no viajamos solo con la pareja real, también nos acompaña nuestro fiel amigo Yangus, un tipo feo pero con un gran corazón y con un poder ofensivo que nos será muy útil en los primeros compases del juego. Desde el principio notaréis que muchas de las intervenciones del rey son un poco forzadas, y aunque es cierto que hay que darle importancia a su personaje (ya que es el que le da título y trama al juego) muchos seguro que le acabaréis cogiendo algo de tirria.
A medida que vayamos avanzando en nuestro periplo, se nos irán uniendo más personajes al grupo, cada uno con sus peculiaridades y características. Y esto precisamente, es una de las cosas que más tenéis que tener en cuenta a la hora de jugar. Cada subida de nivel nos proporcionará puntos de destreza para mejorar ciertas características de los personajes. Todos cuenta con 5 categorías pero ya os avanzo que lo mejor es que os centréis en 2 o 3 por personaje y siempre intentando equilibrar un poco, ya que algunas son comunes a varios personajes pero otras son únicas de cada uno.
Y ya que hablamos de los personajes, a nuestro grupo se unirán todos según avancemos en la historia menos uno de ellos. Para que se nos una uno de los personajes tendremos que cumplir un cierto requisito. No considero esto un spoiler ya que no revela nada de la trama, pero os aviso por si acaso. Si no queréis saber cómo se une pasad al siguiente párrafo. Puede que acabéis el juego sin que se os una Morris (el que habla con acento Italiano y va vestido de la bandera de Portugal) y no entendáis porque ya que es el único que no se une porque si. Para incorporarlo a nuestro equipo tendremos que superar el nivel S de la arena de monstruos. Así que olvidaros de incorporarlo cuando lo conozcáis ya que hasta que encontréis monstruos de alto nivel pasará un largo tiempo.
La personalidad de los integrantes del grupo está bien marcada, cada uno tiene su pasado, su historia y su objetivo que le hace unirse a este periplo. Formaremos un grupo bastante homogéneo en el que cada uno tendrá su propia opinión sobre cada tema, pero al final como los que mandamos somos nosotros tampoco hay mucha opción a debatir.
Durante los primeros minutos ya notaréis el marcado estilo de los Dragon Quest, las ciudades, monstruos, personajes…el sello de Akira Toriyama está muy presente y si sois habituales en esta saga lo reconoceréis enseguida. Si es cierto que después de tanto tiempo puede que algunos esperasen alguna mejora más a nivel gráficos, pero en mi opinión, la “sencillez” de estos es una esencia de la saga Dragon Quest (aunque al mapa del mundo un poco más de detalle no le habría venido mal).
El análisis sigue en la página dos, culpables
Podemos definir a Dragon Quest VIII como un título serio, con algunos espacios reservados para el humor pero que no eclipsan la seriedad de la aventura que caracteriza el juego. Y aunque sea un juego largo, este carácter constante encaja perfectamente con toda la historia. Encontraremos muchos personajes y muchas historias, alguna que se resolverán al momento y otras que se nos irán de las manos y las arrastraremos con nosotros gran parte de la aventura, incluso algunas tendrá puntos en común por lo que la trama os tendrá siempre atentos y entretenidos. Sin ninguna duda, el argumento es el punto fuerte de este juego y lo que nos hará estar enganchados a la portátil horas y horas.
La curva de dificultad podríamos definirla como una montaña rusa. Podemos estar en una zona en la que no hay enemigo que se atreva a tosernos y de repente pasar a una en donde sudaremos para salir vivos de los combates, por lo que nunca os confiéis en este mundo y sobre todo no estéis mucho tiempo evitando combates (esto lo agradeceréis mucho de cara a unos cuantos jefes finales).
En el tema de los combates, se agradece el poder jugar a velocidad normal o acelerada, ya que cuando vamos caminando por el mapa del mundo buscando pelea podemos aligerar un poco, mientras que contra un jefe final podremos tomárnoslo con un poco más de calma. Además el hecho de poder cambiar de arma durante el mismo combate os descubrirá un sin fin de estrategias.
Notaréis que durante las primeras horas de juego, el título es muy lineal y apenas deja opción a la exploración. Pero no sufráis queridos culpables, llegados a cierto punto de la historia tendréis la libertad de ir a donde os salga del joystick. Y además cada vez incorporaremos mejores métodos para viajar por lo que la aventura no solo se limita a la historia principal, si no que habrá mucho más que hacer. Y cuidado porque el mapa es enorme y si queréis explorar hasta el último rincón vais a echarle bastantes horas, pero tranquilos que por suerte no vais a tener que hacerlo todo andando (que ya que estamos, qué lento camina esta gente.).
Y vamos con la parte más floja del título, la música. Como ya os conozco ya aviso de antemano que no es mala ni mucho menos, pero si que se le puede pedir algo más para que esté a la altura del resto de apartados del juego. Cuando llevéis más de 30 horas algunas melodías puede que os suenen bastante repetitivas e incluso acabéis cansados de ellas. Quizás tendrían que haber metido más variedad o no abusar tanto de cierto temas, pero lo cierto es que la música juega un papel fundamental en la historia, queramos o no, y con un título con una trama tan buena es una pena que algunos momentos lo podamos aborrecer por la música.
La parte que si está muy bien lograda son las voces en inglés. Cada zona tiene su acento y por supuesto, cada integrante de nuestro grupo también, lo que refuerza todavía más su personalidad. El que las voces estén en inglés ayuda bastante a que podamos diferenciar mejor y reconocer mejor los diferentes tipos de acentos, aunque los más exigentes seguro que echan de menos el doblaje japonés.
Para finalizar esto ya y para que os vayáis a jugar tranquilos, Dragon Quest VIII es un título muy necesario para los amantes del JRPG clásico. Una historia seria, un estilo de juego fiel a la saga y horas de diversión garantizadas en este periplo que os absorberá a más de uno. Uno de los títulos más maduros que veréis en la Nintendo 3DS, y para los que digan que la consola está acabada con el lanzamiento de Nintendo Switch, que sigan saliendo títulos de esta calidad a estas alturas dice absolutamente todo lo contrario.