Por fin tenemos entre nosotros este Dragon Ball Xenoverse, última entrega de una de las franquicias más exitosas desde su estreno allá por los lejanos 80, y que para bien o para mal todavía sigue teniendo tanto tirón como antes.
También hay que decir que aunque su éxito no sea discutible, sí lo es en cambio la sobreexplotación a la que está sometida desde hace mucho tiempo. Bandai Namco sabe que tiene una gallina de los huevos de oro y no ceja en su empeño de crear una nueva entrega año sí, y año también.
Si al menos los productos tuvieran un “mínimo” nivel de calidad no nos quejaríamos en demasía, pero encontrando casos como el reciente Battle of Z o el de Ultimate Tenkaichi, e incluso remontándonos unos años con Burst Limit por nombrar alguno más, siempre nos encontramos con juegos que si bien no es que sean malos, les falta ese “algo” que los haga especiales y te inviten a jugarlos aunque te los hayas pasado, o que no te cansen sus mecánicas.
Ya en el salón del manga del pasado mes de octubre, con la entrevista que le hicimos a Masayuki Hirano, productor del juego, pudimos echar un vistazo de primera mano a buena parte de lo que nos encontraríamos en el juego final, y sinceramente, fue cuando empezó a llamarme mínimamente.
No sé si es la edad o no pero con el tiempo, si pienso en entregas que de verdad hayan cumplido estos requisitos creo que más de la mitad de los juegos que hayan podido existir eran fácilmente evitables. El señor Hirano nos dijo que estaban dedicándole mucho empeño a esta entrega, pero la verdadera pregunta es, ¿será este nuevo contendiente capaz de entrar dentro de los mejores juegos de la famosa serie de Akira Toriyama?
Para empezar, el guión parte del mismo autor, lo que ya es un punto claramente a su favor, y se sitúa cronológicamente después de la última película de Dragon Ball Z: Battle of Gods, en la cual hacían su aparición el todopoderoso Bills, Dios de la Destruccion, su maestro Whis, y además se presentaba en primicia la última transformación “oficial” tras el Super Saiyajin de nivel 3, el Super Saiyajin God (o como Goku le pilla el gusto a ponerse rojo como un tomate).
Nada más ejecutar el juego asistiremos a una intro animada donde la primera sorpresa que nos llevaremos será sin lugar a la duda la canción que la acompaña, el “Cha-la-Head-cha-la” (uséase, el Luz, Fuego, Destrucción en japonés) versionado por el grupo “Flow” para la película de Battle of Gods, y que suena igual de bien que siempre, con el permiso por supuesto de la gran versión original del maestro Hironobu Kageyama.
Un espacio en el tiempo
Lo primero que veremos al darle a start es un Trunks del Futuro vestido para ir a Alaska (este con los años pierde el sentido para la moda, y sino que se lo digan a su modelito “ya-no-oficial” de GT) que invocará a Shenron con las bolas de dragón en busca de un héroe lo suficientemente fuerte para ayudarle en sus «quereseres» temporales. Evidentemente, este elegido será nuestro avatar.
De esta forma y con un editor bastante bien apañado aunque quizá no tan variado como esperábamos, podremos crear al personaje que queramos. Cinco son las razas disponibles, que van desde los equlibrados humanos a los poderosos saiyans, pasando por los defensivos monstruos y los vitales namekianos hasta llegar a los rápidos Freezerianos (sí, la raza de Freezer es como una “esa”, sin nombre ni nada, lo necesitan a él para nombrarla). Eso sí, os aviso que bastantes clones de Son Gohan, Yamcha y Trunks he visto ya correteando por ahí, así que si queréis ser originales… mejor intentad innovar.
Una vez nos sintamos satisfechos con nuestra jeta, Trunks nos explicará que hemos llegado a TokiToki, la ciudad donde se encuentra el Nido del Tiempo, y que viene a ser algo así como el lugar donde convergen todos los mundos y dimensiones y sin cuya existencia, todo desaparecería.
La custodio de este lugar es ni más ni menos que la Kaiyoshin del Tiempo, la cual está acompañada por TokiToki, su pájaro y según ella, su mejor amigo (algo así como una loca de los gatos, pero con un loro barbudo superdesarrollado). Ella será la encargada de explicarnos que alguien intenta cambiar la historia por motivos aún desconocidos e intenta modificar los acontecimientos pasados para ello, por lo que les es necesaria nuestra ayuda.
A partir de aquí pasaremos a formar parte junto con ¿Trunks? y el resto del ¿grupo? de los patrulleros del tiempo (lo pongo en interrogantes porque al final somos nosotros los únicos que movemos un dedo, los demás son un hecho puramente anecdótico y decorativo para que la ciudad no quede como vacía). Pensándolo bien, miento, porque en alguna ocasión así puntual al niño le entran ganas de ayudarte. Pero siendo sinceros… para hacerlo como lo hace mejor que se quede en casa jugando con la espada o sus modelitos. No pienso hacer ningún spoiler al respecto, así que mis dedos están sellados.
Eso sí, hay que agradecer, y mucho, que el juego no sea una enésima revisión de la historia que todos conocemos, sino que le mete un poco de novedad e intriga y, la verdad, es que engancha, sobre todo por ver las barbaridades que ocurren cuando se cambia el tiempo.
En el momento en el que ya estemos al tanto de por donde va la cosa, nos encontraremos caminando por las calles de la ciudad de TokiToki la cual está separada en tres sectores: el Campo Tiempo (donde iniciaremos las misiones de historia y los torneos), el Sector Industrial (ubicación infestada de tiendas como la de objetos o la de ropa -lugar que Trunks debería visitar más-) y el Puerto Máquina del Tiempo (en el que encontraremos todo lo relacionado con el tema versus y las misiones secundarias).
Tal y como podéis ver, hay bastante oferta en la ciudad de TokiToki como para no estar siempre haciendo lo mismo, y en esta ocasión parece ser que ofrece diversidad de la buena. Si queremos hacer misiones secundarias, siempre podremos hacerlo bien solos, o bien acompañados.
Y también para los que les gusta enfrentarse a otros, el modo Torneo o el Versus a escoger entre equipos o individuales, para partidas de hasta 6 jugadores simultáneos. Todo esto además con una buena conectividad que a día de hoy no sufre muchos problemas de conexión. Ahora habrá que esperar a que con el lanzamiento del juego la cosa se quede así y no vaya empeorando conforme se vayan aumentando el número de jugadores. No podemos olvidar que a finales del año pasado se hizo una prueba de stress de servidores para el juego durante un fin de semana, así que esperamos que hayan sido suficientes.
Además, al dotar al juego de tanto contenido online, se ofrece una experiencia a lo MMO, por lo que siempre apetece darse un garbeo por la ciudad para encontrarse con gente, pedir u ofrecer ayuda, o simplemente desfilar con el último trapito que hayamos conseguido y ser admirados por ello como cualquier MMORPG al uso que se precie.
Nuevos combates
Cuando nos llegue el turno de hacer nuestra primera batalla y venideras observaremos que el sistema de juego es bastante libre, y por qué no decirlo, bastante intuitivo, ya que las habilidades especiales las podemos ordenar como queramos.
Parece que de algo sirvió Battle of Z, y es para darse cuenta de que haciendo las cosas bien, podrían ofrecer una mejor experiencia jugable partiendo de la misma base y, loado sea Goku, esta vez así ha sido.
El cuadrado y el triángulo son los asignados para hacer los ataques normales y fuertes. Según los combinemos haremos combos distintos que luego podremos encadenar con el resto de ataques. El círculo será el que haga lanzar las ráfagas de ki (o bolitas, vaya).
Luego pasaremos a las habilidades especiales. Estos se usarán con el gatillo R2 y los cuatro botones (triángulo, cuadrado, círculo y equis), y los podremos configurar a nuestro antojo son las habilidades que tengamos. Pero aun hay más ataques, los ataques especiales, de los que podremos elegir dos y usarlos con R2 + L2 y los botones. Luego tendremos un movimiento especial de esquiva y, cómo no, el bloqueo (con L1) y la cogida.
La primera vez que saltemos al ring nos encontraremos aparte de las típicas barras de energía, dos sub-barras. Una que indica el KI para utilizar nuestras habilidades especiales que se va rellenando mientras damos leches y las recibimos, y otra que indica nuestra resistencia, que es la que nos permitirá esquivar (con la equis), bloquear, correr, transformarnos o hacer desapariciones al estilo kawarimi, de Naruto (los tronquitos de los ninjas, vamos). Si nos quedamos sin algunos de estos indicadores, olvidaos de ataques especiales o defensa.
Cuantas más batallas hagamos, más puntos iremos consiguiendo para repartir en los 6 parámetros de nuestro avatar, pudiendo mejorar a nuestra conveniencia los puntos sobre los cuales queremos destacar, ya sea en el cuerpo a cuerpo (golpes básicos o golpes especiales y resistencia) o distancia (super ráfagas Ki y Ki), o simplemente para aumentar nuestra vitalidad y aguantar así más envites. La elección ya depende del estilo de lucha de cada uno.
Ahora os preguntáreis: ¿y cómo me lo hago para obtener nuevas habilidades? ¿Y los objetos y equipamiento?. Pues muy fácil, o bien jugando en las misiones secundarias, o por otro lado buscando un maestro que quiera entrenarnos.
Si nos decantamos por la primera opción obtendremos técnicas y objetos al azar (dentro de un istado de posibles recompensas por las misiones), además de dinerito adicional que poder gastar en las tiendas. En cambio, si optamos por la tutela de un maestro, este nos irá enseñando sus habilidades “marca de la casa”, y siempre que progresemos adecuadamente continuará enseñándonos hasta llegar a su “ataque de sello inconfundible”, los cuales es la única forma de conseguir, así que tocará hincar codos.
Una gran ventaja adicional que ofrece el sistema de maestría es que al ejecutar la técnica aprendida, a veces aparecerá una Z en la secuencia de activación que indica que el alma de nuestro maestro está con nosotros, y aparecerá detrás nuestro para darnos una pequeña ayudita adicional. Vamos, que podemos sentirnos como un Gohan cualesquiera.
De todas formas estas no son las únicas formas de conseguir objetos, ya que si mientras estamos en cualquier escenario activamos el visor medidor de energía que llevemos equipado, este nos indicará la localización de diversos utensilios, así que nunca está de más echar un buen vistazo.
Como veis, vamos a poder personalizarlo todo en este juego, desde el equipo, que no solo se trata de algo que cambie la apariencia, hasta las habilidades en combate. Y cuando nos pasemos el juego podremos crearnos más avatares para probar las distintas razas sin tener que pasarnos de nuevo la historia. Muy bien planteado y muy bien conseguido.
Los modos de juego
Dragon Ball Xenovers ofrece una gran variedad de modos de juego. Por una parte tendremos el modo historia, que hay que hacerlo sí o sí con el avatar y de forma solitaria. No habría venido mal que, al menos, dejase que un segundo jugador en local pudiese echarnos una mano en los combates que son de equipo pero bueno.
Conforme vayamos avanzando en la historia iremos desbloqueando misiones secundarias que, como hemos dicho, podremos hacer bien online o bien en solitario. Sea cual sea la forma, el resultado y el planteamiento es el mismo.
Hay que decir que estos combates no son para nada repetitivos, ya que muchas veces tendremos que hacer distintas cosas para poder llevar la misión a buen puerto. Eliminar enemigos, encontrar objetos, proteger a personajes, etc.
Además, durante estas misiones, podremos encontrarnos con otros jugadores que nos retarán o bien con sucesos que, si cumplimos determinadas condiciones y tenemos un poco de suerte, nos desbloquearán poderosos enemigos y, por lo tanto, recompensas de igual valor.
Luego tendremos también el modo versus normal, en modalidades online, individual y local. Las dos primeras podrán ser de 1vs1, 2vs2 y 3vs3, sin embargo el modo local solo permite un combate entre dos personas.
Por último, el torneo mundial, el proyecto más ambicioso de Bandai Namco, donde todos los jugadores tendrán que enfrentarse en torneos en tiempo real para decidir quién es el mejor jugador del mundo.
A todo esto hay que añadirle las misiones de los distintos personajes que aparecerán en TokiToki conforme vayamos derrotándolos o ayudándolos, y, cómo no, las misiones de los maestros, que, además de obligarnos a luchar contra ellos, también nos pedirán objetos o usar una habilidad un determinado número de veces.
Dragon Ball Xenoverse nos dará la opción de jugar estas misiones con los avatares que nos creemos o con algunos de los 46 personajes jugables que iremos desbloqueando poco a poco. Además a esto hay que sumarle los que se irán incorporando mediante futuros DLCs, incluyendo hasta personajes de GT (que creo que lo tratarán como universo alternativo porque de todo el mundo es sabido que papá Toriyama reniega fervientemente del SSJ 4).
Gráficamente insuficiente
Llegando al punto técnico del análisis, he de decir que la versión que hemos probado es la de PlayStation 4, y siendo sinceros funciona con una gran fluidez. En ningún momento se aprecia ralentización alguna y es un placer el ver como nada mete tirones y todo va como la seda, tanto en los modos individuales como los online. Los diseños de los personajes tienen mucho detalle y los escenarios rozan un nivel bastante aceptable con algún objeto destruíble… pero es lo que diríamos si habláramos de la versión para PlayStation 3.
Visto desde el punto de vista de la “next-gen” no alcanza el mínimo exigido. Esa fluidez de la cual hace gala no es algo que podamos aplaudir teniendo en cuenta la potencia que tenemos hoy en día.
Entendemos que en una XBox 360 o en una PlayStation 3 tengan que hacer algún escenario ligeramente “frío” por temas de rendimiento, o que no podamos dejar agujeros por todo el terreno sin que se “reparen” automáticamente, e incluso dejar una ciudad como la de TokiToki algo “vacía”, pero que en PlayStation 4 esta luzca tan desangelada o los escenarios no luzcan mucho más detalle no hace más que transmitirnos la sensación de que es un mero port ligeramente retocado de las versiones para las máquinas menos potentes funcionando en una máquina actual.
No es por meternos con ellos, pero, sinceramnte, la nueva generación pude hacer un público algo más realista que simples «cartones» puestos en el escenario del gran Torneo.
Sonoramente hablando, la única canción conocida de la serie que veremos es el opening y parad de contar. Desgraciadamente ya estamos acostumbrados al tema de licencias de las bandas sonoras de series, pero es una espinita que seguiremos teniendo clavada hasta que nos salgamos con la nuestra.
El resto de canciones originales que nos acompañan siguen bastante bien el ritmo de la acción, pero eso sí, cuando alcanzamos a oírlas. No sé por qué extraña razón suenan más bajas que de costumbre. Me he llegado a tirar horas sin oír ni una sola nota, solo gritos y chillidos. Hablando de ellos, por cierto, el juego nos trae doblaje en inglés y japonés, así que ya sabéis, a por el segundo de cabeza antes de que os empiecen a sangrar los oídos.
Lo último que citaré antes de acabar será el controvertido caso de los DLC que mencioné un poco más arriba. Las últimas informaciones nos sitúan el lanzamiento de unos cuantos durante los meses venideros, así que habrá que ver si somos muchos los dragonballmaníacos que acabamos pasando por el aro.
A lo mejor para la próxima entrega tienen a bien incluirlo todo de serie, pero es algo que desgraciadamente en los últimos tiempos es dificil de ver por parte de una gran compañía.