Dragon Ball Super entra en una pequeña pausa tras la saga de Trunks del Futuro y nos enseña un capítulo algo forzado pero entretenido.
Tras la saga de Trunks del Futuro era obvio que llegaría el «relleno» o esos capítulos entre historias que nos ayudan a desintoxicarnos un poco. Este capítulo 68 de Dragon Ball Super es el primero de los tres episodios sueltos que iremos viendo estas semanas y que intentarán sacarnos alguna sonrisa… aunque el de hoy no lo consiga.
Poco hay que contar de esta mini historia que hemos visto hoy en Dragon Ball Super, la verdad. Goku reuniendo las Bolas de Dragón para pedir un deseo que, dicho sea de paso, es hasta altruista, y el resto de sus «amigos» pidiendo cosas absurdas y metidas con calzador.
No ha sido la más graciosa ni la más ingeniosa, por supuesto, y solamente Bulma se salva un poco en todo este asunto. Bueno, Bulma y Bills que actúa como dios de nuevo y demuestra que no es un pelele de nadie en La Tierra. Sin embargo he de reconocer que la mujer de Vegeta da bastante miedo en este capítulo. Y no lo digo por su tesón, su furia o su carácter… lo digo porque es capaz de hacer aparecer de la nada un montón de «colegialas jóvenes» por 10 millones como si nada. ¡Por dios! ¿En qué tramas y mercados oscuros está metida esta mujer para poder conseguir eso con una sola llamada de teléfono? Admitidlo, da miedo.
Por lo demás la verdad es que el capítulo al menos tiene una animación curiosa que no hace estallar los ojos y cumple lo que se propone: entretener y prepararnos para el próximo donde volveremos a ver a una Arale contra Goku después de muchos, muchos años.
Solo esperamos que el capítulo de la semana que viene sea mucho más loco, absurdo (para bien) y divertido que este. Hasta la semana que viene.