El capítulo de la aparición de Vegetto, el que correspondía a este Dragon Ball Super 66, debería de haber sido un gran capítulo para los fans de la saga. Sin embargo, el guión de hoy nos ha dejado un poco descolocados al echar por tierra varios de los pilares que vimos en Dragon Ball Super y, dicho sea de paso, al propio Vegetto.
Y creo que la culpa de todo esto lo tiene, principalmente, ese intento de sorprendernos a todos y de demostrarnos que no iba a pasar lo que los fans pensábamos: que sería la fusión entre Goku y Vegeta la que acabaría con Zamasu Dios, o al menos la que le daría la paliza de su vida.
Pero echando de nuevo mano de los argumentos de Dragon Ball GT (ya os dije que esta saga tenía mucho de la de Baby), ahora Dragon Ball Super tira millas y coge prestada de la saga de los Dragones Oscuros la nueva duración de la fusión, incluso con los Pothala.
No nos engañemos, era una de las posibilidades, que el hecho de que los dos saiyans fuesen ahora tan fuertes hiciese que los límites de la fusión fuesen aún más pequeños. Pero lo que no me esperaba era que una fusión que en Dragon Ball Z se nos antojó irreversible y que solo se pudo deshacer con el poder de las Bolas de Dragón, ahora resulta que, si no eres un Kaio, solo dura una hora.
Unos pendientes que se supone que te convierten en una especie de dios (o semidiós), con un poder potenciado al de los dos por separado, se rompe en una hora. O peor, no contentos con ello, se rompe en apenas cinco minutos cuando «toda la energía de la fusión se ha agotado», según el propio Gowasu.
¿Pero de dónde se han sacado esto? ¿Por qué este cambio en las reglas del juego? Cierto es que la cosa no afecta en teoría al desarrollo de Dragon Ball Z, ya que la única fusión que se hace en aquel momento entre no-kaio es la del propio Vegetto. Sin embargo, su ruptura no se explicó en ningún momento mediante esta razón. ¿Hemos tenido que esperar ahora para saber que los kaio de nuestro universo saben menos que ninguno?
Sea como sea, y admitiendo que por suerte esto no cambia demasiado las cosas de Dragon Ball Z (solo dejan al Kaioshin como un lerdo que se saltó las clases de 1º de Pothala), la fisión de Vegetto en apenas unos minutos nos pilla a todos por sorpresa y nos deja con el culo al aire. Pero a la vez nos muestra la otra inspiración de la saga: Célula, dejándonos a un Trunks como absoluto protagonista.
Lo que no acabo de entender es aún de dónde sale este ki azul que le envuelve y que no llega a completarse como un Super Saiyan Blue en ningún momento. Sí que parece que es algo muy parecido al ki de Goku y Vegeta pero no es igual. Pero al igual que el método que usaron estos dos para conseguir esa forma, parece que esto va a quedar en secreto.
Nos tendremos que contentar pensando que Truns consigue una especie de poder extra usando algo similar a un Genkidama y concentrándolo en su espada para cortar a Zamasu por la mitad. Vegeta y Goku lo entienden al instante y también le ceden su poder. ¿Será esto suficiente para que nos lo desgranen paso a paso en el capítulo 67?
Pero aún así, esto no explica por qué narices Trunks es capaz de hacerle frente con este ki a Zamasu y Black por separado cuando Goku y Vegeta escapan por segunda vez al presente. Ni si quiera cuando es capaz de parar a Zamasu Dios una vez fusionado mientras que Goku y Vegeta caen derrotados una y otra vez. Y si nos ponemos bravos, más aún, cuando derrota supuestamente a la fusión entre los dos dioses cuando ni si quiera Vegetto fue capaz ¡y en menos tiempo!
La única explicación que me queda es que esta forma fusionada y distorsionada de Zamasu pierde poder conforme avanza la batalla. De hecho, este Zamasu dios ha dado mucha menos guerra que los dos enemigos anteriores por separado (y admitámoslo, a mi me gustaba más Black).
Ya desde el final del capítulo pasado, cuando Goku le hace frente solo, y hoy mismo, ante el inesperado uso de nuevo del kaioken (aunque solo sea por unos segundos), Zamasu dios empieza a volverse menos y menos interesante. Y ya cuando se vuelve gran cual intento de Rita Repulsa por ganar a los Power Rangers ni os cuento.
Total, al final para acabar partido por la mitad por una Genkidama-Espada que no llega a transformar a Trunks en un Super Saiyan Blue. Al menos esto habría molado.
Ahora nos queda ver qué pinta en todo esto Zeno-sama, que ya hemos visto que aparece en el capítulo siguiente tras la derrota de Zamasu. O al menos supuesta derrota.
¿Conocerá a Goku? ¿Vendrá a poner orden en el universo de Trunks? Mi teoría es que él mismo es el creador de las Super Dragon Balls, por lo que tendría igualmente el poder de volver a crearlas para intentar restaurar un poco el orden en los universos. Quizás de esta forma se consiga arreglar el «futuro» y no muera tanta peña como ha muerto por culpa de Zamasu. Pero ni esto se me antoja fácil ni obvio para un dios tan caprichoso como Zeno.
Esperaremos una semana más a ver el final de esta saga que aún tiene misterios que resolver pero que, al final, nos ha dejado una batalla final algo decepcionante. Decepcionante por corta y precipitada, sobre todo. Y porque al final, después de tanto bombo con Vegetto, no le hemos visto pelear ni cinco minutos.
Tengo sentimientos encontrados, y seguramente podría haber sido peor, pero no creo que este sea el final que se merecía la saga de Black.
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