Me hace gracia escribir sobre este Dragon Ball Super 46 porque lo que más me ha llamado la atención y lo que más esperaba con ganas era, sin duda alguna, el final y la conexión entre esta minisaga y el nuevo arco con Trunks del futuro.
Y así ha sido durante todo el capítulo ya que la pelea entre la copia de Vegeta y Goku no ha sido ni espectacular, ni brillante, ni, tan si quiera, normalita. Ha sido aburrida (como casi todas las últimas). Eso sí, ha tenido momentos graciosos como esos sentimientos enfrentados que tenía Vegeta en su interior por no saber quién quería que ganase… o el chupete. Maldito chupete.
Pero esto ya era de esperar. Tras un primer capítulo de la saga muy currado y un segundo que nos dio más bajón que cuando te quedas sin cafeína en el cuerpo, las esperanzas sobre este capítulo se esfumaron. Sin embargo podrían haberlo salvado con alguna que otra cosilla.
Por ejemplo. Cuando Trunks y Goten van a buscar al Super Ser de Agua original, parece que, al menos, vamos a ver algo más de contenido por algún lado. Sin embargo esto no es más que otra excusa para meter otro golpe de humor con Jako. Y cuando parece que van a hacer algo, inexplicablemente Trunks vuelve con Vegeta y dice «oh, he llegado a tiempo»… para seguir mirando cómo su padre se vuelve más y más transparente.
A ver, tampoco pedía el guión del siglo pero, al menos, un poco de coherencia o un no sé qué. «Poh favóh».
Pero como digo, lo más interesante viene al final del capítulo, cuando un Trunks adulto se ve huyendo de algo que está asolando La Tierra de nuevo. Gracias a los bocazas de Toriyama y la cuenta oficial de Twitter de Dragon Ball, conocemos muchos más detalles de este arco.
Sabemos que el malo se llama, por el momento, Black, y que ha puesto a Trunks contra las cuerdas. También sabemos que la chica que le acompaña es Mai y, además, es la más que posible esposa de Trunks en el futuro (ya vimos cómo en La Batalla de los Dioses había algo así mono entre ellos). Otra de las cosas que se saben es que Bulma vuelve a recolectar energía para hacer un viaje en el tiempo pero que no puede por culpa de Black.
Pero ¿quién es este nuevo enemigo? Toriyama lo pone a la altura de Freezer, Célula y Majin Boo. Pero para ello ya se lo pueden currar mucho, pero que mucho. Y sobre todo nos tienen que explicar muy bien por qué ese Black tiene el aspecto de Goku y usa unos pendientes potala de color verde, diferentes a los azules que generaban la fusión.
Espero que esta saga tenga, por fin, algo más de trama que simplemente ir y venir de aquí para allá y que no solamente veamos a un malo malísimo al que hay que derrotar y contra el que nadie puede excepto Goku y Vegeta. Hay muchos personajes fuertes en Dragon Ball Super que esperan su oportunidad y, aunque no sean capaces de derrotar a este Black, sí que podrían tener sus momentos de gloria contra sus posibles secuaces.
Piccolo, Gotrunks, Boo, incluso personajes que hemos visto en el torneo de los Universos 6 y 7 y, sobre todo y ante todo Gohan, que lleva entrenando (supuestamente) desde que le derrotó Freezer. Por lo pronto, a ver cómo nos cambian el opening y el ending.