Dos de las IPs que quedaron huérfanas después de la bancarrota de THQ, Costume Quest y Stacking, se las adjudicó Nordic Games, pero el bueno de Tim Schaffer ha confirmado que Double Fine (desarrolladora de ambas) intentó hacer suyos los derechos de distribución, y más por motivos sentimentales que monetarios:
No era cuestión de dinero, sino de ordenar las cosas. Y también tiene algo de emocional, como si quisiéramos tener todo lo que nosotros hemos creado. Pero tal como han acabado es lo que me hubiera gustado evitar.
Es frustrante cuando algo es valioso para ti en términos emocionales y no lo es para nadie más. Ellos (Nordic Games) podrían decir «¿Cuánto quieres por ellos?» y yo contestaría «Ah, esto no vale nada para vosotros, pero sabéis que es muy valioso para mi«.
Double Fine tiene la propiedad de ambas IPs, pero sin los derechos de distribución no va muy lejos, y Schaffer descarta de momento recomprarlos. Así que no se ve un futuro muy claro para estos dos juegos, la verdad…