Una isla paradisíaca, un complejo hotelero de lujo y hordas de turistas zombis que quieren comerse tu cerebro… esto es lo que te espera en nuestro veraniego análisis de Dead Island Definitive Collection para PlayStation 4. El juego de Deep Silver y Techland se suma a las tropecientas remasterizaciones que llevamos en la “nueva generación” aunque sabe más a recopilatorio que a mejoras en lo visual y jugable.
Dead Island Definitive Collection incluye el primer Dead Island lanzado en 2011 junto a Dead Island: Riptide de 2013 para PC, Xbox 360 y PlayStation 3. Como no podía ser de otra manera, el disco contiene todos los contenidos publicados hasta la fecha, con el novedoso Dead Island: Retro Revenge que huele a 16 bits de nostalgia y del que más adelante os hablaremos.
El hecho de que el apocalipsis zombi se trasladara a un enclave paradisiaco, supuso en su momento un golpe de frescura dejando atrás las típicas ciudades caóticas, esas calles sucias y las alcantarillas llenas de ratas. La nueva propuesta ofrecía playas de aguas cristalinas e instalaciones de lujo que son invadidas por muertos vivientes, casquería y toneladas de desorden y anarquía.
Poco ha evolucionado su apartado gráfico desde entonces, imponiendo sus 1080p tan demandados actualmente y unos estables 30 fps, aunque sobre un juego que se nota que pertenece claramente a la anterior generación. No es que haya envejecido mal, simplemente en comparación con lo visto en Dying Light, deja mucho más a la vista el paso del tiempo.
[divider]Del paraíso al infierno en una noche[/divider]
Bajo la simple premisa de una invasión zombi en el complejo turístico de una paradisíaca isla, recorreremos las lujosas instalaciones a lo largo de una historia principal poco inspirada, ramificada con un buen número de misiones secundarias que nos mantendrán jugando más de 20 horas.
Dead Island es ante todo un First Person Shooter clásico, con un sistema de evolución del personaje que nos permitirá adquirir nuevas habilidades y mejorar nuestro equipo. Este componente RPG es un acierto para el jugador y aporta personalidad a un género que parece cortar a todos sus juegos con el mismo patrón. A su favor también juega un pequeño sistema de logros y retos que muchos jugadores agradecemos aunque no dista mucho de lo visto en los trofeos de PSN.
Dead Island: Riptide fue lanzado dos años después en la ambigüedad de ser una secuela o una gran expansión del primer juego. Las novedades jugables brillaban por su ausencia y se limitaba a ampliar la experiencia Dead Island en una nueva localización y más horas de desmembramientos y decapitaciones.
[divider]¿Te gusta repetir sitio en tus vacaciones?[/divider]
Dead Island Definitive Collection ha llegado con mejoras en su apartado técnico, que se quedan muy lejos del detalle gráfico que se logra en los juegos actuales. El aumento de resolución en consolas y la inclusión de texturas de mayor calidad, sirven como excusa para lanzar un recopilatorio de dos juegos que ya disfrutamos hace años. No hay que darle muchas vueltas al tema, si ya los jugaste en su momento, no vas a encontrar un gran lavado de cara ni nuevas experiencias.
Por otro lado, y esto sí que supone la gran novedad de la edición definitiva, se incluye Dead Island: Retro Revenge como simpático guiño a los juegos Beat ‘em up, con el aspecto pixelado de la generación de los 16 bits. Sencillo y adictivo donde nuestro protagonista debe recuperar a su gato enfrentándose a un gritón de hambrientos zombis. Aunque su aspecto recuerda a los míticos Final Fight o Street of Rage, nos mantendremos en constante movimiento sobre tres profundidades mientras reventamos todo lo que se nos ponga por delante.
[divider]Conclusión[/divider]
Dead Island Definitive Collection te hace revivir la experiencia zombie en un paraíso vacacional. El disco recopila las entregas Dead Island y Dead Island: Riptide con mejoras gráficas que ya no impresionan e incluyendo todo el contenido publicado en sus originales. La experiencia es la misma exceptuando al novedoso Dead Island: Retro Revenge como pequeño extra que hará las delicias de los culpables que se dejaban su paga en los recreativos de los noventa. Sin duda una buena oportunidad de pasar una vacaciones “diferentes” mientras esperamos el lanzamiento de Dead Island 2.