De locos: la delirante cifra por la que se ha subastado un IPhone original

La subasta de un IPhone original llega a una cifra récord. El dispositivo ha sido vendido por casi 40.000 dólares.

Los videojuegos, y más genéricamente, la tecnología, ha sido objeto de atención a lo largo del tiempo. Su carácter limitado ha hecho que veamos cosas que rozan lo ridículo: subastas de PlayStation 4 con P.T instalado que superan los mil dólares o disquetes originales de DOOM 2 puestos por el mismísimo John Romero. Hay muchas más. Sin embargo, la que nos ocupa es la delirante cifra que ha alcanzado la subasta de un IPhone original: se ha vendido por casi 40.000 dólares.

La web LGC Auctions ha reportado este sorprendente caso. Describen el producto como: «Uno de los más importantes inventos de nuestra actualidad, el primer IPhone fue introducido por Steve Jobs el 9 de enero de 2007. Cinco meses después salió a la venta por 499/599 dólares. El dispositivo original contaba con un almacenamiento de 4/8 gigas, la innovadora pantalla táctil, buscador web y cámara de dos megapíxeles».

Sobre el producto concreto, dicen: «El dispositivo está en perfectas condiciones. Prácticamente no tiene muescas en la superficie ni en los bordes, el sello está limpio, sin aparentes indicios de haberse rajado. Las etiquetas del reverso se mantienen intactas bajo el sello. Totalmente nuevo, nunca activado. Raro que los coleccionistas y los inversores puedan encontrar un ejemplar mejor».

Ya vamos por el 14

15 años después del lanzamiento del primer IPhone, ya tenemos en el mercado el IPhone 14. Mucho han cambiado las cosas desde entonces, y ahora, IPhone es una grandísima plataforma para jugar a videojuegos. Mismamente, las empresas ya saben de esta tendencia; Sony, por ejemplo, ha sacado un mando oficial para jugar en remoto en el dispositivo.

Sin embargo, la presentación del dispositivo no estuvo exenta de polémica. Muchos clamaron las salvajes semejanzas entre este modelo y el anterior y los memes inundaron las redes sociales. Suele ser lo habitual, pero nos encanta desternillarnos cuando ocurre.