La pobre Torrentera tiene su propia barra de salud y sufre daños. No lo olvides y cura a tu montura en Elden Ring cuando lo precise.
Aunque Torrentera mola mucho, y es un amor para desplazarnos por todo el mapa de las Tierras Intermedias, la pobre también sufre lo suyo cuando los enemigos la golpean. Tal es así, que tiene su propia barra de vida que se va agotando hasta morir y dejarnos vendidos en el suelo, a caramelito de un crítico de cualquier capullo que se avalance sobre nosotros. Por eso, cura a tu montura en Elden Ring, culpable, si no quieres llevarte disgustos.
¿Cómo recupero la salud de Torrentera?
A nuestro caballo-cabra le chiflan las serbas pasas, tanto, que si se las dais de comer recuperará su salud como si le hubieseis dado de beber un poco de Estus del bueno de Oscar de Astora. Para conseguirlas, tenéis dos formas: o bien las sueltan los mercenarios norteños al morir (con una probabilidad algo baja) o podéis crearlas con el kit de artesanía con el Manual de Mercenario (1) adquirido. El mismo podéis comprárselo al mercader Kale en la iglesia de Elleh en el Necrolimbo.
Una vez las tengáis, tened en cuenta que es un consumible, es decir, que a diferencia de los viales de lágrima, no se recargan al descansar, si no que una vez usados desaparecerán del inventario y tendréis que volver a farmearlos o crearlos.
Lo mejor que podéis hacer es equiparlas en alguno de los accesos rápidos del mando y así tenerlas a mano para poder darle de comer al «becho» en medio de los combates. Vigilad siempre su barra de salud, pues dura menos golpes que nosotros, y si lo matan, caeremos al suelo y quedaremos unos segundos a merced de un crítico que la impecable IA de los enemigos de Elden Ring no dudarán en aprovechar.