Harley Quinn se ha independizado pero no es la única que busca su emancipación. Te contamos qué nos ha parecido con nuestra crítica de Aves de Presa.
DC lleva un rumbo un tanto irregular en la gran pantalla. Aunque me considero un ser humano que va a contracorriente opinando sobre las películas que produce Warner, no voy a negar que ha parido auténticos ñordos estos últimos años. Sin hablar más lejos, Suicide Squad me ha parecido tremendamente insufrible por su dirección tan precaria y muchas decisiones cuestionables en cuanto al tono del proyecto. No obstante, aunque ahora estemos ante una cinta que recoge algunos de sus personajes, el cambio de dirección, tono, fotografía y forma de desarrollarlos hace que se aleje mucho del pozo. Ahora te lo cuento en mi crítica de Aves de Presa con todo lujo de detalles.
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¿En qué cómics se basa?
Pues aunque el título nos de una pista gorda, la verdad es que bebe de muchos cómics diferentes. La primera y referencia más obvia es a Aves de Presa, una obra iniciada por Chuck Dixon en 1995. En esta historieta, Oráculo (Barbara Gordon tras quedar inválida por el Joker en La Broma Asesina) y Black Canary unen fuerzas para luchar contra el crimen. Más adelante se les uniría Helena Bertinelli (Huntress) cuando recoge el testigo Gail Simone en 2003.
La serie iría engrandeciéndose con el tiempo, endorsando más heroínas -y villanas- a sus filas. Aparte de las ya citadas, Batgirl (Cassandra Cain) y Katana son algunas de sus integrantes más veteranas.
No obstante, Harley Quinn no tiene demasiada asociación con las Aves de Presa, a excepción de algún número donde aparece como villana o heroína de carácter gris. Su aparición en la película se debe a los cómics de Batman: Harley y Hiedra (2004). Una serie muy interesante en la que Harley lleva a cabo su emancipación donde, asociándose con la susodicha Hiedra, perpetúa diferentes crímenes a lo largo y ancho de Gotham. Con Rebirth, volvería a ponerse de moda esta historieta, centrándose esta vez en los problemas sociales y amorosos de ambas chicas.
Pero hay un personaje que nos falta por ubicar y esa es Renee Montoya. Esta inspectora debutó en Batman: The Animated Series pero no fue hasta 1992 que dio el salto a la línea principal de cómics del murciélago. Actúa como personaje de apoyo para el comisario Gordon, aunque más adelante se exploraría como un agente independiente, que entablaría una relación con Katherine Kane (Batwoman). Nunca formó parte de las Aves de Presa, aunque sí les tiene dada cobertura en algún que otro momento.
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Se agarra lo justo a Suicide Squad para tener personalidad propia
Suicide Squad fue un terror fílmico salido de la mente obsesionada por la cultura urbana de David Ayer. Ideas de bombero como como convertir a Killer Croc en un rapero o que Deadshoot fuese un «gangsta» que dispara de lado son obra del mismo. Por suerte, fue Cathy Yan y no Ayer la que tomó la responsabilidad de dar vida al film que tenemos entre manos.
El montaje es fabuloso. Usa muchos recursos visuales y estéticos para dar más fuerza a las escenas donde Harley -personaje, por cierto, que se come la pantalla gracias a la titánica interpretación de Margot Robbie- tiene una idea «bombástica». Tampoco olvidar que la elección de las piezas sonoras es genuina, con temazos como Mr. Sandman sonando en el momento perfecto.
El guión no se queda atrás. Un recurso como es la elipsis puede crear confusión en el espectador si se usa de forma apresurada pero no es el caso de Aves de Presa. Aquí se usa con maestría, anticipando momentos de acción loca que poseen un trasfondo interesante que los motiva.
La introducción de personajes también es original e interesante. Algunos como Renee, tienen un desarrollo más pausado que el resto, incluso diría que demasiado pausado, hasta llegar a su clímax. Otros, como Helena Bertinelli, tienen un trasfondo justo y se decide darle una cobertura cómica para suplir las carencias del personaje. No obstante, quedé insatisfecho con su villano, Máscara Negra (Ewan Mcgregor), un personaje que se jacta de ser la cabeza más importante del crimen organizado de Gotham pero que se comporta como un crío inmaduro y estúpido, echando por tierra toda coherencia con semejante rol.
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Sabe tratar temas candentes y hacer que permeen en la trama
Birds of Prey es una película que explora, de una forma cómica y agridulce, la situación de la mujer tanto dentro del crimen organizado de Gotham como dentro de su departamento de policía. Situaciones donde se intentan perpetuar abusos sexuales, los techos de cristal en el ascenso laboral, las facilidades para encontrar un hueco en el mundo del crimen si tienes una cara bonita, el respeto por ser la «novia de» antes de por ser quién eres… Cathy Yan crea un mensaje poderoso que pone de manifiesto problemas cotidianos de nuestro mundo real.
Usar a Harley o a Renee como catalizadores para que muchas mujeres se vean representadas no es difícil, lo desafiante ha sido hacerlo sin que fuese un elemento disonante o quedase como mera propaganda (Avengers Assemble, ejem, ejem). Pero Birds of Prey consigue lanzar el grito en una historia donde todo rodea a esta idea sin dejar de ser por ello un film divertido y poderoso.
Quizás el fallo más grave que le veo a la cinta es que de Aves de Presa (por mucho que se llame Birds of Prey) no tiene prácticamente nada quitando a sus personajes. Se centra demasiado en Harley Quinn, dando a entender que sin ella no sabrían cómo enfocar la película.
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Más cercana que otras películas de DC
Con mi crítica de Aves de Presa quiero hacer entender que no estamos ante la película del año ni mucho menos. Se trata de una cinta divertida, digna para pasar el rato y que da un enfoque del mundillo de los superhéroes más cercano y estrafalario. Obviamente, no estamos hablando de que sea una maravilla al nivel de The Thick o The Boys, pero participa en la misma liga.
Su multitud de personalidades en pantalla es un gozo. Que hayan tenido el detalle de meter a villanos como Victor Zsasz también, aunque conservo algunas discrepancias con Cassandra Cain. Recrearla como una niña ladronzuela con poco carisma no me ha hecho ninguna gracia. Ya no digamos el llorón de Máscara Negra, como comenté unos párrafos más arriba.
Puede que estas y otras diferencias abruptas con los cómics eche para atrás a más de uno. Sin ir más lejos, a Gail Simone no le ha gustado este enfoque. Pero bueno, nunca va llover al gusto de todos. Yo doy gracias porque Warner haya dado carta blanca a Yan para distanciarse lo máximo posible de Suicide Squad.