Crítica de Twin Peaks 3×12

Señalado en el mapa. Así ha quedado Twin Peaks tras el último capítulo emitido. El destino de todos los personajes se encuentra en el pequeño pueblo inventado por David Lynch hace 26 años.

Un pequeño pueblo conmocionó a sus habitantes y a los espectadores hace ya más de 26 años. De él salieron dos temporadas absolutamente chaladas y una tercera, la actual, totalmente inclasificable. Una semana más, atravesamos la cortina roja para meternos en la mente de su creador. Es el turno de la crítica de Twin Peaks 3×12.

Con esta nueva temporada David Lynch otorga a lo surrealista su propia dimensión. Regala en cada episodio una pizca de extravagancia consentida apreciada por una pequeña legión de fans. Aunque para ello haya tenido que sacrificar los cánones televisivos clásicos y a un gran número de espectadores que han intentado ver la serie. A la mitad de temporada, o antes, han dicho basta.

La serie comenzó desconcertante, pero a medida que han ido pasando los capítulos ha ido a más. Un episodio de Twin Peaks se compone de una porción de irritabilidad apabullante, una de psicodelia expresiva y un enorme toque de genialidad lyncheriana que exaspera y reconforta a partes iguales.

Crítica de Twin Peaks 3×12, la Rosa Azul al descubierto

Así es Twin Peaks. La serie. Pero el Twin Peaks pueblo, sacado íntegramente de la mente de su creador, está a punto de ser el centro del universo Lynch. Tras eliminar la (no) paja habitual de cada capítulo, el episodio número doce nos descubre parte de lo que aquí está ocurriendo. No esperéis que se resuelva el gran misterio, pero se habla abiertamente al fin de lo que se supone que es la Rosa Azul.

¿Y por qué Twin Peaks es el eje central? Pues eso habrá que esperar a que Lynch, si le apetece, nos lo explique. Por el momento, los personajes ya tienen el punto de mira puesto, por diferentes motivos, en el pueblo rodeado de abetos Douglas. En cuyos bosques parece encontrarse, otra vez, la enigmática resolución. Este episodio ha sido cristalino en ese sentido tras descubrirse la posición exacta de las coordenadas que aparecieron en capítulos anteriores.

Tiene mucho más este episodio. Reaparecen ciertos personajes ocultos durante mucho tiempo. Mucho, mucho tiempo en alguno de los casos. Aunque su forma de volver a ser el centro de atención no va a sacar de dudas a nadie. Al contrario, volverá a meter en la cabeza más dudas a los espectadores sobre lo que están viendo. Los diálogos son espectaculares, pero rara vez sabemos de qué están hablando los personajes.

Crítica de Twin Peaks 3×12, conclusiones

El episodio número doce de Twin Peaks ha sido revelador en muchos sentidos. Nos han explicado en parte qué es eso de la Rosa Azul que tanto se lleva hablando desde la serie original. Nos ha situado en el mapa, nunca mejor dicho, Twin Peaks. Y además han vuelto, a saber si para quedarse, personajes muy esperados y que no se conocía apenas nada de ellos. Un capítulo bastante desconcertante. Y eso, como de costumbre, es maravilloso.

Doce episodios han pasado ya desde el inicio de la tercera temporada y ya comienza a invadirme la sensación de que la aventura llega a su fin. Aunque todavía resten seis episodios para la conclusión, ya me encuentro con el desasosiego de tener que despedirme de algo que aprecio de verdad.

Seguro que os ha ocurrido en muchas ocasiones. Ya sea en el final de vuestra saga de películas favorita o el temido día de la vuelta al trabajo tras las vacaciones. Todo tiene un final y a veces da asco que llegue.

Voy a intentar disfrutar de los episodios que faltan por emitirse. Son seis y tenemos muchas dudas por delante. El agente Cooper y Twin Peaks van a ser el centro de atención en breve. Y no solo para repetir como un papagayo palabras sin ningún sentido.

Estás leyendo la crítica de Twin Peaks 3×12, pero si quieres recuperar las críticas de los episodios anteriores, puedes hacerlo a través de estos enlaces: