Extravagante. Extraño. Raro. Incluso, sin sentido. Así ha sido el quinto capítulo de Twin Peaks. Un resumen perfecto de lo que llevamos de temporada.
Después de disfrutar como un enano del regreso de la mítica serie, la crítica de Twin Peaks 3×05 me lleva a otro camino. El quinto capítulo no alcanza el nivel de los anteriores por varios motivos. El principal es que la serie asentó sus bases al finalizar el cuarto y el último emitido hasta el momento ha continuado las pautas de la nueva temporada.
David Lynch nos está preparando para algo gordo. No hay duda alguna. Los primeros capítulos fueron magistrales, pero este quinto, así solo, me ha sabido a poco. A muy poco. Y eso que no ha concluido con la escena musical acostumbrada en esta temporada, que ha llegado antes de lo previsto.
El episodio ganará enteros según se vayan emitiendo el resto, pero por ahora parece un capítulo de transición sin más. Han soltado algún detalle valioso, o que puede serlo en el futuro. Sin embargo, a día de hoy seguimos con la misma confusión inicial. Nada ha cambiado en ese sentido.
Para esta crítica me vais a permitir entrar en parte de la historia. Al menos en lo ocurrido en los capítulos anteriores. Avisados estáis de pequeños spoilers de la serie. Si visteis los cuatro primeros episodios, sabréis que tenemos en liza a dos agentes Cooper. Uno de ellos es el doppelgänger salido de la Logia Negra, fusionado con Bob, y el otro, también procedente del mismo lugar, es el original. Aunque su estado mental no es precisamente el adecuado. Por el momento, se encuentra atrapado en la vida de un tal Dougie Jones.
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Crítica de Twin Peaks 3×05: falsa tranquilidad
Lynch parece jugar con los espectadores con los dos Cooper. Seguir Twin Peaks es esperar a que el agente especial del FBI recupere la memoria. El director consigue que el seguidor se desespere y tenga ganas de entrar en el universo de ficción para soltarle al atontado Dougie un par de guantazos. Por Dios, Dale, ¡ya está bien! Tiene momentos muy divertidos, eso sí. Sobre todo con lo referente a uno de sus vicios, el café.
Por otro lado, la serie sigue ampliando fronteras. En esta ocasión se ha permitido el lujo de abandonar Norteamérica. Una breve escena ocurre en un lugar totalmente distinto. Twin Peaks tampoco abandona los nuevos casos de asesinato, pero hasta que no se entre en materia parece que simplemente están ahí, metidos con calzador, sin ningún sentido aparente. En el quinto capítulo también aparecen brevemente personajes clásicos de la serie. Unos personajes que, también por el momento, aparecen únicamente para recordar al televidente que efectivamente está viendo Twin Peaks.
Crítica de Twin Peaks 3×05, conclusiones
La serie transcurre con mucha calma. Tenemos muchos episodios por delante todavía y eso lo sabe manejar con maestría David Lynch. El quinto capítulo se valorará más con el tiempo, porque ahora simplemente me ha dejado con la sensación de que no ha ocurrido nada en absoluto. No está al nivel de los cuatro episodios que se emitieron a la vez en el estreno de la tercera temporada. Aunque sigue siendo enigmático y cuenta con la bendita confusión marca de la casa.