Crítica de la segunda temporada de Sense8

Más personajes, más paisajes y mejores actuaciones. En esta crítica de la segunda temporada de sense8 os haréis una idea de lo que os estáis perdiendo si no la habéis visto ya.

Los sensate han vuelto. El clan está más unido que nunca y dispuesto a luchar. Esto podremos ir comprobándolo con cada nuevo capítulo, como las conexiones entre todos los miembros van creciendo y afianzándose. Con una perfecta mezcla entre intriga y diversión la serie de Netflix vuelve a dar un golpe maestro. Anda, pasad y vedlo conmigo en la crítica de la segunda temporada de Sense8 que os he preparado con tanto cariño.

Como os iba diciendo, con cada capítulo que pase veremos más y mejor la relación entre los distintos personajes. Además, veremos cómo surgen relaciones entre ellos. Así, algunos sensate comenzarán a conocer mejor a sus otros “compañeros”. Y esto no es todo, pues también irán avanzando sus historias, siempre complicándose un poquito más.

Conoceremos a otros personajes, importantes… o no (descubridlo vosotros mismos viendo la serie, no tengo que hacer yo todo el trabajo). Pero serán unos cuantos, y quizás sus actuaciones sean cruciales dentro del propio clan. También sabremos más sobre Angelica, Jonas y Whispers y su relación con los sensate. Más allá de la que ya conocemos, obviamente.

Todo siempre se complica

Podremos volver a ver los países de siempre, pero esta vez con nuevos y mejorados escenarios. Si es que había algo que mejorar, claro. Parece que los directores artísticos de la serie han decidieron usar la serie para darnos un tour por los países. Y por ahora les está funcionando. Porque no hace falta irse muy lejos para poder apreciar la belleza de lugares como Nairoba o Seúl y la diversidad de San Francisco o el frío de Berlín.

Como ya vimos en el especial navideño (que resultó ser el primer capítulo de la serie), tanto Will como Riley andan de acá para allá por Islandia, huyendo de Whispers ahora que se ha metido en la cabeza de Will. Parece que la vida de Capheus vuelve a la normalidad, aunque con una nueva y fructuosa fama que puede usar para bien… o para mal. También seguiremos viendo cómo Sun se enfrenta a todo lo que su hermano le va mandando a la cárcel para intentar acallarla.

En esta segunda temporada de Sense8, la vida de los protagonistas dará giros y giros, dejándonos muy mareados. Pero eso no significa que no haya hueco para la diversión. Sorprendentemente, cuanto peor lo pasan, más se esfuerzan en encontrarle algo bueno a sus vidas. Y teniendo en cuenta que viven 8 a la vez, algo habrá.

Buscando respuestas

Los sensate se centrarán en averiguar más cosas sobre la asociación para la que trabaja Whispers. Pero también querrán saber quiénes son Angélica y Jonas. Y, por supuesto, querrán averiguar si hay más como ellos o por ahí o si son los últimos de una extinta especie humana. O quizás, los primeros.

Para ello, deberán hacer frente a gobiernos y asociaciones secretas. Deberán apartar de sus vidas a sus seres queridos, o ponerlos en peligro. Pero siempre, con la ayuda de sus amigos, su familia. Lo que no será nada fácil. Para unos más que para otros, eso está claro.

Aunque los problemas son duros para todos, debemos recordar que a Nomi la persigue la policía, Wolfgang acaba de cargarse al clan de su tío y a Riley y Will los persigue Whispers. Aun así, no estarán solos, e irán apareciendo nuevos amigos, y no tan nuevos, que ayuden a los sensate a afrontar su dura tarea.

Como siempre, la actuación impecable y pulida de los actores y actrices de la serie casi que nos obliga a querer lo mejor para ellos. Una gran interpretación, sentida y bien hecha que nos transporta por momentos a la propia escena. Sumado a grandes paisajes y elaborados planos de cámara.

Hablemos de lo técnico

Lo sé, esta crítica de la segunda temporada de Sense8 se ha basado más en explicar la conexión de los personajes. Razón de peso, pues esta nueva temporada se basa en afianzar relaciones y luchar contra el enemigo.

Cabe destacar la actuación de todos los personajes secundarios de las tramas individuales.

Como se pudo explicar en un mini documental que el propio Netflix dejó en su web acerca de cómo se hacía la serie, los actores de cada país suelen ser los más famosos. Quizás sea una táctica para atraer al público de cada región. Quizás solo sea que quieren grandes actores incluso para interpretar pequeños papeles. El caso es que la idea les salió redonda. Desde las compañeras de celda de Sun hasta los amigos de toda la vida de Capheus, actuaciones redondas.

De nuevo, una ejecución perfecta con los planos de la cámara, y una postproducción impecable que hacen que esta serie sea posible. La buena relación entre todo el equipo es palpable en la pantalla y se traspasa. Transmiten una sensación de conexión y tranquilidad envidiable. Y no solo gracias a su conexión mental.

Esta segunda temporada tiene giros de guion completamente inesperados, muchas sorpresas, acción, carreras y momentos inolvidables. No hay nada por lo que no se pueda recomendar esta serie. Eso sí, recuerda que las escenas de desnudos nunca sobran. Sin duda, uno de los aciertos de mayo de Netflix.