Los zombies han vuelto. Y lo han hecho a lo grande. Os contamos en esta crítica de la segunda temporada de Santa Clarita Diet lo bien que ha hecho Netflix los deberes.
Desde que vi la primera temporada estaba deseando ver todo lo que esta serie tenía que ofrecernos. Y desde luego, y como veréis en la crítica de la segunda temporada de Santa Clarita Diet, Netflix no ha defraudado.
Ha conseguido una continuación redonda. Hemos visto todo lo que nos gustó de la primera y han metido nuevos elementos que no desentonan ni están metidos con calzador. Es más, nos meten más de lleno en este extraño universo lleno de idas de ollas y conversaciones absurdas que rozan el humor negro.
Vamos con ello pero, por supuesto, sin spoilers.
https://youtu.be/DFxZh3YJ3Y0
Donde lo dejamos
La segunda temporada de Santa Clarita Diet lo retoma exactamente donde lo dejamos. Con una Sheila un poco tocada y un Joel en el manicomio. Sí, las cosas no podían «re-empezar» mejor, la verdad.
Pero lejos de lo que se suele hacer en estas situaciones, la solución de todos estos pequeños e insignificantes problemas se vuelve magistral y no desentona con lo que vimos al final de la primera temporada.
Y esto es precisamente lo que nos engancha a las mil maravillas y hace que nos quedemos sentados en el sillón mientras, de paso, nos demuestra que Netflix no ha cambiado su serie para nada.
El principio es toda una declaración de intenciones sobre lo que vamos a ver. Nada de idas de olla (más de las necesarias), conversaciones triviales sobre matar personas y sus consecuencias morales y misterios. Muchos misterios. Millones de misterios.
La pareja perfecta
Hay que admitir que Santa Clarita Diet ha conseguido una de las parejas más adorables de los últimos tiempos. Que se quiten todos los demás ante el amor que se tienen Joel y Sheila el uno por el otro.
Estos dos personajes, tan bien desarrollados en la primera temporada, siguen evolucionando en la segunda. Y lo hacen de una forma soberbia. No solo es el guión y sus historias. Es el cómo reflejan a estos dos personajes Timothy Olyphant y Drew Barrymore.
Sin olvidarnos que se trata de dos personajes caricaturescos que exageran los problemas cotidianos de una familia estándar de los Estados Unidos, los dos actores bordan el papel. Son capaces de transmitir, a la vez, la nimiedad de una conversación sobre la salsa de unos spaguettis y los dilemas morales de matar gente. Y todo en el mismo contexto: el almuerzo (en este caso de Sheila).
Lo absurdo de cada uno de ellos mezclado con esa normalidad que intentan trasmitir mientras sus vidas se desmoronan es un choque de sentimientos que no sabría explicar bien. Te ríes pero a la vez piensas. Y no lloras porque ellos no lloran. Pero realmente es para querer reencarnarse en un pepino de mar en tu próxima vida.
Nuevos elementos
Pero qué es una segunda temporada sin nuevos personajes, nuevos misterios y nuevas respuestas. Pues evidentemente nada. Y Santa Clarita Diet consigue hacer esto de una forma muy interesante.
Poco a poco y dese el primer episodio nos vamos a encontrar con situaciones nuevas y giros argumentales bastante inesperados. Además de nuestros cuatro protagonistas tendremos también apariciones recurrentes de todo tipo de seres que, una vez más, siguen burlándose de la sociedad americana.
Tendremos nuevos humanos, nuevos no-muertos, nuevos sospechosos y nuevos serbios. Todos y cada uno de ellos tendrán su dosis de protagonismo y encajan como un reloj en la trama que nos tienen montada. Pero también se reciclarán otros personajes y elementos de la temporada anterior. Y con muy buena cabeza, desde luego.
Un argumento sin fisuras
Dentro de todo lo que se le puede pedir a una serie de humor de estas características, la segunda temporada de Santa Clarita Diet cumple a las mil maravillas con la necesidad de tener un guión firme y sólido.
Sí que es cierto que habrá situaciones que sean un poco surrealistas (además del tema zombie, claro). Pero no dejan de ser parodias de situaciones normales, pero llevadas al extremo.
En lo que nos importa, como el tema del origen de la «enfermedad» de Sheila, o la evolución de los más pequeños y todo lo que ello conlleva, no hay ni una sola fisura. Iremos viendo cómo se resuelven pequeñas piezas del puzle y cómo van apareciendo soluciones delante de nuestros ojos.
Pero a la vez, los muy cafres nos dejan una tercera temporada preparada con, esperemos, un final a todos estos cabos sueltos que nos acaban de dejar.
Eso sí. Todos los cabos que se abren en la segunda temporada se cierran. Solo dejan abiertos los necesarios para tenernos pendientes de la confirmación de esta tercera temporada.
Conclusiones de la crítica de la segunda temporada de Santa Clarita Diet
Si te gustó el humor de la primera, esta te va a encantar. Los personajes, la historia, las situaciones, las conversaciones… todo es exactamente del mismo estilo que lo que vimos el año pasado. Pero ahora con nuevos elementos y más locura.
No hay nada en esta serie que desentone ni que se salga de madre. Los personajes son redondos y sus actuaciones brillantes. Así que ya puedes ir preparándote para una maratón. Que un servidor se tragó todos los capítulos en una tarde. Y se quedó con ganas de mucho más.