Este fin de semana ha llegado a las salas la última película de la cautivadora Kate Winslet y el a menudo desperdiciado Idris Elba. La montaña entre nosotros intenta crear un drama efectivo y se despeña en el intento.
Kate Winslet es un actriz increíble que se prodiga bien poco. Es una mujer que selecciona sus papeles milimétricamente e intenta participar en pocos filmes, pero bies escogidos. En esta ocasión no entendemos cómo ha podido participar en este filme, que convierte Seis días y siete noches, por ejemplo, en un drama insulso que no cuenta nada especial en ningún momento. Os lo contamos en la crítica de La montaña entre nosotros.
Winslet es una de las mejores actrices del momento sin duda alguna. Y esta película aguanta precisamente por verla a ella. Es lo mejor del filme junto a su compañero, Idris Elba. Estamos acostumbrados de ver al actor en papeles de medio pelo donde no puede destacar. Es un intérprete en mayúsculas, pero nos tenemos que conformar con verle haciendo el ganso en los 20 segundos que aparece en cada película de Thor o en la muy deficiente La torre oscura.
Crítica de La montaña entre nosotros, juntos pero no revueltos
Curiosamente, a pesar de que ambos son lo mejor de la película individualmente, no consiguen en ningún momento traspasar sus actuaciones al ámbito de pareja como se intenta. La montaña entre nosotros es una historia de amor en la que los protagonistas funcionan muy bien en solitario, pero no logran transmitir nada cuando se juntan. El guion obviamente tiene mucha culpa de ello. Pero la falta de química también puede deberse a que los actores no se creían lo que estaban haciendo.
La montaña entre nosotros cuenta la historia de dos desconocidos que comparten un vuelo en una avioneta. Por causas meteorológicas, las mismas que impidieron que despegaran sus vuelos, acaba en desastre. Perdidos en las montañas, tendrán que intentar superar todos los inconvenientes (falta de comida, frío,…) para seguir con vida. Poco a poco se irán enamorando para construir la historia principal, aunque la previsibilidad de los sucesos le restan demasiados puntos a la película.
Para lograr que ambos se enamoren, la trama intenta ofrecer serios peligros acechándolos. Superándolos con dificultades, supuestamente, se hace más fuerte la relación entre ambos. Sin embargo, salvo la magnífica escena del accidente aéreo, lo que va ocurriendo en pantalla no causa ninguna inquietud. Con una excepción: cuando entra en juego el animal que los acompaña y en un instante en concreto. Todas las penurias que pasan los protagonistas no causan sensación de desafío. Simplemente hay que esperar a ver cómo salen del atolladero. Nada especial.
Crítica de La montaña entre nosotros, conclusiones
El final de La montaña entre nosotros es simplemente ridículo. Se intenta ramificar en múltiples divisiones un camino que al final conduce al mismo lugar. Sin sentido alguno y sin adornos que conmuevan o que simplemente hagan reaccionar al espectador. Si recordáis Seis días y siete noches, le quitáis el humor tonto que tiene por un tono más dramático, el resultado es esta película.