Silent Hill: Homecoming es la quinta entrega de la archiconocida franquicia de Survival Horror nacida en PSX de la mano de Konami y el mítico Silent Team. Silent Hill fue el título que terminó de sentar las bases de cómo hacernos sentir miedo de verdad a los mandos del pad, con un Harry Mason desesperado por encontrar a su hija, perdida en este peculiar pueblo que da nombre al juego. A la entrega original le seguirían secuelas como Silent Hill 2 (para muchos, el mejor de la saga), Silent Hill 3 (una obra maestra en su apartado técnico) y él para muchos peor título hasta la fecha, Silent Hill: The Room.
La historia de este Homecoming nos pone en la piel de Alex Shepherd, un exmilitar que decide volver a casa, ya que presiente que algo no va bien en ella, concretamente relacionado con su hermano pequeño, Joshua. El lugar de origen de Alex no es Silent Hill, sino una comunidad cercana llamada Shepherd´s Glen, aunque ambas están “relacionadas” de una manera algo macabra. Alex no tarda mucho en darse cuenta de que sus malos presagios eran ciertos: su hermano ha desaparecido, y con él muchos de los niños que habitan el lugar.
Con Silent Hill 5, Konami intentó volver a los orígenes de la saga para intentar enmendar los fallos que se cometieron con “The Room”. El reto fue confiado a los americanos Double Helix, que consiguieron en parte el desafío, pero pecaron de algunos errores garrafales que no se podían permitir en un salto generacional.
Por ejemplo, el apartado gráfico del juego es muy malo (tanto en escenarios como modelado de personajes y enemigos), hasta el punto en que habrá momentos en los que pensemos que directamente el juego carece de texturas. Esto choca bastante con la tónica seguida en anteriores títulos de Silent Hill, que (menos la primera parte) solían aprovechar bastante el hardware para el que eran desarrollados (Silent Hill 3 para PS2 sigue siendo a día de hoy un espectáculo visual). Por el contrario, los efectos de luces y sombras sin rozan un nivel bastante alto, sacando pecho sobre todo en la famosa “otra dimensión” donde todo luce realmente “terrorífico”.
Donde Double Helix se marcó un tanto fue en el apartado jugable, ya que este evoluciona de manera considerable y a mejor. Alex fue militar, y eso se nota en su habilidad a la hora de enfrentarse a los clásicos engendros que pueblan ‘La Colina Silenciosa’. Lejos de amedrentarse, nuestro personaje se convertirá en un letal verdugo para estas criaturas, hasta el punto de poder hacer hasta “Fatalitys” para rematarlos. Precisamente esto fue algo muy debatido en la época, ya que la franquicia acostumbra a tener protagonistas poco o directamente nada acostumbrados al combate cuerpo a cuerpo o en el manejo de armas, contando esa “torpeza” como un elemento más para empatizar con el mismo. Alex sabe (de manera milagrosa para los que lo vivimos en su momento) andar y disparar a la vez, ejecutar combos de golpes, y algo revolucionario para la saga, encarar al enemigo y auto-apuntarlo. Otro acierto fue “copiar” la cámara de apuntado que puso de moda el mítico Resident Evil 4 (por encima del hombro) y que tan buen resultado da.
Otro de los intentos de volver a los “orígenes” es olvidando los “puzles” (por llamarlos de alguna manera) que proponía “The Room”, simples y que no suponían ningún reto, todo lo contrario que antaño en la franquicia. En Silent Hill: Homecoming se les añade algo más de complejidad en su desarrollo, pero sin llegar al nivel de sus precuelas. Para colmo, a esto hay que añadir que el juego es mucho menos abierto que anteriores entregas, siendo en algunos momentos casi lineal, anulando por completo el factor exploración.
Donde NUNCA un Silent Hill decepcionará es en su apartado sonoro. La OST de Homecoming, con Akira Yamaoka a la cabeza, tiene temas al nivel de Theme of Laura o Room of Angel, pero pasó un poco desapercibida debido a la poca aceptación del juego. Os recomiendo echarle un vistazo, ya que es de lo mejorcito que podemos encontrar en el mundillo.
En conclusión, este Homecoming es un buen Silent Hill, pero no el digno paso a la alta definición que se merecía la saga. Tuvo que competir con un peso pesado como fue el primer Dead Space, algo que le pasó una factura horrible. Si os gustan los Survival Horror, no os defraudará, y ¿qué mejor momento que jugarlo ahora, con tanta escasez de títulos de calidad en el género?.
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