Quince larguísimos años han tenido que pasar para que el gobierno chino derogue la absurda ley que prohibía la venta de consolas y videojuegos en el país asiático. Hoy por fin podemos anunciar que las autoridades chinas han despenalizado la manufactura y venta de consolas a lo largo y ancho del extenso territorio de la nación.
En el año 2013 se empezó a barajar la posibilidad de relajar un poco la norma, y en el año 2014 las autoridades chinas permitieron, no sin algunas complicaciones, que las empresas extranjeras que lo desearan, vendieran sus productos en la zona de libre comercio de Shangai. Microsoft y Sony no perdieron la oportunidad de introducir PS4, PS Vita y Xbox One, si bien ninguno de ellos pudo lanzar su producto en la fecha estimada, y ambas empresas tuvieron que retrasar la salida de sus máquinas.
Ahora, con la retirada de la prohibición, cualquier empresa, tanto extranjera como local, podrá manufacturar y vender sus productos en cualquier punto del país. Teniendo en cuenta el mogollón de potenciales clientes que ese mercado puede tener, auguro hostias por repartirse el pastel.
Parece que, ahora sí, el pueblo chino ha alcanzado su madurez tecnólogica, y seguro que supone una pequeña gran revolución en el mercado del videojuego, tal y como lo ha supuesto para el del cine.