En este comienzo de 2013 nadie puede -ni osa- negar que los dispositivos móviles basados en Android –también conocidos como los robots come-chuches– e iOS le han comido buena parte de la tostada a ordenadores sobremesas y portátiles, y si no fuera por la duración de la batería, podríamos estar hablando de un triste declive de un clásico de nuestro salón, la consola.

Sirvan estos datos como confirmación de que la gente busca dispositivos todoterreno que abarquen desde una llamada a la lectura de un comic. Según Flurry, el día de Navidad fueron activados 17,4 millones de dispositivos Android e iOS a lo largo y ancho del planeta. Casi dieciocho millones. Se dice pronto, pero si nos sentamos a meditar unos segundos, nos daremos cuenta de que la cifra es espeluznante. En un solo día se han estrenado un número de cacharros equivalente a un tercio de las PlayStation 3 que Sony ha vendido en 6 años. Flipa.
Más pronto que tarde los desarrolladores se darán cuenta -ya están en ello, de hecho- del filón que este abultado número de clientes puede suponer, y las futuras consolas next gen podrían ver seriamente mermado su potencial, eclipsadas por un montón de miniaparatos que valen para todo. No es algo que me guste decir, pero a la vista de los números, puede que debamos ir acostumbrándonos a una nueva manera de hacer las cosas, que no tiene que por qué ser peor…¿o si?